“¡Qué bonito perro! ¿Puedo tocarlo? Sí, no hace nada”. La imagen con esta conversación se comparte de manera continua en las redes sociales. Especialmente entre los jóvenes. A su lado se identifica al can con un logo: Ministerio de Vivienda. Y a la vez se comparte de manera repetida en Instagram, Tiktok y X una convocatoria al grito de “Se acabó, bajemos los alquileres”. La llamada es para el próximo 13 de octubre a las 12 de la mañana en el centro de Madrid.
Más de una treintena de organizaciones sociales han convocado esta marcha, que partirá desde Atocha para finalizar en la plaza de Callao, bajo el lema de La vivienda es un derecho, no un negocio. El Sindicato de Inquilinas y de Inquilinos de Madrid llama a “tomar las calles” bajo esta premisa: “Llevamos mucho tiempo pagando la crisis de la vivienda. Mientras la gran mayoría sufrimos para llegar a fin de mes, una minoría se enriquece a costa de nuestro trabajo. Pero lo tenemos claro: se acabó”.
La vivienda se abre paso de manera acelerada como uno de los grandes debates sociales, en un momento de máxima dificultad para los jóvenes especialmente para acceder a una casa o alquilar una simple habitación. El precio ha alcanzado de nuevo un máximo histórico durante el tercer trimestre de este año, según el último índice de precios de Idealista publicado este miércoles (con un incremento interanual del 8,7%).
Apoyo a la manifestación
Esta preocupación ha alcanzado de lleno a los partidos políticos, especialmente a la izquierda. Y se ha convertido en un verdadero quebradero de cabeza ante la sensación de imposibilidad de hacer algo y de frenar el alocado mercado inmobiliario pese a la aprobación durante la pasada legislatura de la primera ley de vivienda de la democracia. Como señala una fuente del espacio de la izquierda en el Congreso: “El Gobierno puede caer antes socialmente por la vivienda que por la falta de acuerdos con Junts”.
Los socios del Gobierno mueven ficha durante estos días pensando en la concentración del próximo día 13. El apoyo es total por parte de Sumar, Podemos, IU, Más Madrid, ERC, BNG y EH Bildu a estas concentraciones. Además, estas fuerzas están presionando de manera fuerte contra la actual ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, a la que acusan de no moverse lo suficiente y de no conectar con el problema social que se extiende por todo el país.
Los partidos a la izquierda del PSOE han puesto en el disparadero a la ministra especialmente por varias declaraciones polémicas. Rodríguez dijo en un acto: “Si los malagueños no tienen un lugar en el que vivir, ¿quién va a atender a esos turistas? ¿Dónde se van a alojar los camareros que después nos sirven un vino y un espeto? ¿Dónde estarán los hijos de quienes barren esas calles? ¿Dónde estarán y dónde tendrán que acudir a dormir cada noche quienes vigilan nuestras calles para darnos seguridad?”
Rodríguez volvía a protagonizar una polémica hace una semana al apelar a la solidaridad de los caseros para controlar el mercado durante una entrevista en la Cadena Ser: "Creo que España es un país solidario y, en su mayor parte, el parque de vivienda en alquiler pertenece a los pequeños propietarios. Yo les pido que se hagan cargo de esta causa, de esta necesidad social, y que valoremos estas rentabilidades en términos sociales. Que los precios sean acordes a las capacidades de los españoles”.
Un gran debate en el Congreso
Los socios que apoyan al Gobierno no ahorran críticas en público y en privado sobre Rodríguez, a la que ven en la cuerda floja y a la que acusan de inmovilismo y de no estar conectando con la sociedad y el electorado progresista en un tema tan sensible. Algunos parlamentarios consideran que debería salir del Ejecutivo en la próxima remodelación prevista con motivo de la marcha de Teresa Ribera a la Comisión Europea. Desde Sumar incluso se está impulsando que la titular de Vivienda comparezca en el Congreso próximamente para encarar un debate monográfico sobre la cuestión. Fuentes de la parte socialista indican que probablemente se produzca este mismo mes y remarcan que no pondrán ningún problema cuando se aborde en la Junta de Portavoces del Congreso.
La implicación de Sumar, socio en la coalición, en la manifestación va a ser total. Fuentes de ese espacio indican que habrá una presencia “cuantiosa” de dirigentes, aunque no irán con pancarta porque el protagonismo es de los colectivos y asociaciones que convocan. Su apoyo es máximo a esta movilización y las que se produzcan a lo largo del país en los próximos meses. También se volcarán de lleno desde Más Madrid, como trasladan desde esta formación. En Izquierda Unida avanzan que habrá "una amplia representación de dirigentes, cargos públicos y militancia".
Podemos también va a hacer de la vivienda una de sus principales banderas y estará en la manifestación con algunos de sus principales dirigentes al frente. Para los morados, las políticas del PP y del PSOE en la materia “son indistinguibles”. Además, critican que los socialistas argumenten que las comunidades populares estén en rebeldía pero luego no aplican la ley donde gobiernan (aducen que en Cataluña la ley de vivienda se impulsó con ERC). Y se refieren al hecho de que, por ejemplo, Errenteria (Guipúzcoa) este miércoles se convirtió en el primer municipio del País Vasco en ser declarado oficialmente zona tensionada por la acción de una corporación formada por EH Bildu y Podemos.
Los de Ione Belarra están poniendo el foco en la acción de Isabel Rodríguez, a la que han afeado hasta en el Pleno sus distintas declaraciones. Para Podemos, tiene un perfil de derechas y conservador, además de haber hecho consideraciones “clasistas”, en su opinión. “El PSOE nunca quiso la regulación del alquiler y lo está demostrando”, emiten desde el núcleo duro de este partido.
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Desde la parte socialista se defienden las medidas que se están tomando y señalan que son conscientes de la importancia del tema a pesar de las palabras de los socios. Recuerdan que el presidente del Gobierno habla en todo momento de la vivienda como uno de los pilares de esta legislatura. Los socialistas rememoran que fue Sumar precisamente quien no logró atar los votos de Junts para sacar adelante la iniciativa sobre la regulación de los alquileres temporales.
Ponen como ejemplo de medidas el reciente desbloqueo de la Operación Campamento en Madrid, que llevaba más de treinta años en el limbo. Los socialistas también recuerdan que las competencias están en las comunidades y acusan a los populares de boicotear la ley de vivienda en la parte para aprobar zonas tensionadas que limiten los alquileres, mirando especialmente a Madrid. Sobre la mesa ha puesto Rodríguez la posibilidad de que el Ejecutivo central recorte financiación a las autonomías “insumisas” con la ley estatal de vivienda. Los cálculos del Gobierno son que entre el 70 y el 75% de los fondos autonómicos para este tema vienen de las arcas del Estado.
Rodríguez está intensificando estos días su agenda con actos sobre la materia. Y este mismo lunes estuvo junto al propio presidente del Gobierno y al alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, visitando una promoción de vivienda de alquiler social en la capital catalana. Y la foto junto al jefe del Ejecutivo se interpreta también como un apoyo de Sánchez a su ministra y a poner en primera línea la preocupación como propia. El próximo 13 de octubre puede marcar un antes y después políticamente.
“¡Qué bonito perro! ¿Puedo tocarlo? Sí, no hace nada”. La imagen con esta conversación se comparte de manera continua en las redes sociales. Especialmente entre los jóvenes. A su lado se identifica al can con un logo: Ministerio de Vivienda. Y a la vez se comparte de manera repetida en Instagram, Tiktok y X una convocatoria al grito de “Se acabó, bajemos los alquileres”. La llamada es para el próximo 13 de octubre a las 12 de la mañana en el centro de Madrid.