"Si uno no quiere ir a ver la Copa del Rey, pues que no vaya. Y si un equipo no está conforme con jugar la Copa del Rey, pues que no juegue". Así de tajante se mostró el pasado jueves la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, durante un desayuno informativo en Cuenca organizado por el diario La Tribuna al ser preguntada por la pitada, promovida desde la organización política Catalunya Acció, contra el himno nacional y el monarca Felipe VI durante la final de la Copa del Rey que se disputará el próximo 30 de mayo y que enfrentará, al igual que sucedió en 2012, al FC Barcelona y al Athletic Club de Bilbao.
La jefa del Ejecutivo autonómico se suma así a las declaraciones que realizó la semana pasada la presidenta del PP madrileño y candidata de su partido a la Alcaldía de Madrid, Esperanza Aguirre. "Un deportista o un club pueden despreciar el Campeonato de España de su especialidad, pero entonces no deben presentarse a competir en él con ánimo de ganarlo", afirmó Aguirre en un artículo de opinión publicado en el diario El Mundo. La candidata conservadora para las municipales también pidió "tomar ejemplo" de Francia: "El expresidente de Francia, Nicolas Sarkozy, lo dejó bien claro: si en un partido de fútbol se silba La Marsellesa, el partido se suspende y se juega días después a puerta cerrada".
Durante las dos últimas semanas también se subió al carro de la polémica el presidente de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), Javier Tebas. En la línea de la presidenta del PP madrileño, el máximo representante de la institución deportiva se mostró partidario de suspender la final si se producen abucheos hacia la Marcha Real –nombre que recibe el himno nacional– o el monarca. "Por el hecho de que haya ocurrido otras veces, no se puede convertir en una tradición, en una costumbre. ¿Suspender la final? ¿Por qué no?", aseguró Tebas en rueda de prensa, añadiendo a renglón seguido que aunque no está dentro de sus competencias, trabajará "en la medida de lo posible para que no sucedan hechos así".
Como bien apuntó Tebas en rueda de prensa, la competición y su organización no compete a la Liga de Fútbol Profesional. Desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) confirmaron a este diario que la suspensión de un partido de fútbol "es competencia del organizador de la competición".
En este caso, el promotor de la Copa del Rey es la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Desde la institución aseguraron este viernes a infoLibre que la pitada al himno no es motivo suficiente para suspender el encuentro. "No existe ninguna ley que detalle que pitar el himno sea motivo de suspensión. Un partido puede suspenderse siempre que exista un problema de orden público, si se producen acciones violentas... el partido no se suspenderá si hay pitos al himno, siempre y cuando estos abucheos no vayan acompañados de actos vandálicos", detallaron desde la RFEF.
La normativa de la RFEF deja claro, en su capítulo IV, que la institución deportiva "tiene la facultad de suspender cualquier encuentro cuando prevea la imposibilidad de celebrarlo por causas excepcionales". Preguntada por si los abucheos entraban dentro de estas "causas excepcionales" recogidas en el texto, la Real Federación Española de Fútbol reiteró que "si la pitada multitudinaria es pacífica, no se puede suspender el encuentro".
A pesar de que la FIFA detalla en sus Reglas de Juego que "el partido será controlado por el árbitro" y que éste "interrumpirá, suspenderá o abandonará el partido por cualquier tipo de interferencia externa", desde el Sindicato de Árbitros explicaron a este diario que "el colegiado encargado de este encuentro específico sólo podrá suspenderlo si hubiera una orden superior, concretamente de la RFEF, porque, siendo serios, los temas políticos deben ser tratados por nuestros dirigentes". "El árbitro sólo podría hacer constar en acta los pitos, pero nada más", sentenciaron.
Donato E. Tagliavia, profesor de derecho deportivo, incide en que en estos casos se produce "una colisión entre la libertad de expresión y el respeto al himno de España y a la figura del Jefe de Estado". El profesor señala que la decisión de suspensión que deberían adoptar "las autoridades competentes" respondería más a circunstancias "políticas que jurídicas". Y hace hincapié en que la suspensión y desalojo del estadio podría ser peligrosa para los asistentes al partido.
Otros escándalos
No es la primera vez que una final de la Copa del Rey entre estos dos clubes es motivo de polémica. En 2009 y 2012, en Mestalla y el Vicente Calderón, respectivamente, las aficiones de los dos equipos de fútbol consiguieron silenciar las notas del himno español durante los instantes previos al inicio del encuentro. Ni siquiera la potente megafonía instalada por la Federación Española de Fútbol o el despiste de TVE, que censuró los abucheos al himno atribuyéndolo a un "error humano", pudieron silenciar a los aficionados.
Estos incidentes fueron criticados entonces por varios dirigentes políticos. Además, la Fundación para la Defensa de la Nación Española (Denaes) presentó en julio de 2009 una querella contra los colectivos Catalunya Acció y la Plataforma Pro-Selecciones Vascas (ESAIT), organizadores de la pitada. Finalmente, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz la rechazó al entender que estas acciones "están amparadas por la libertad de expresión y no pueden considerarse difamatorias, injuriosas o calumniosas, ni mucho menos que que propugnen el odio nacional".
Ver másUn alcalde alicantino llama “mierdas” a los catalanes que silbaron el himno
Prohibido pitar 'La Marsellesa'
El abucheo contra La Marsellesa y el presidente de la República de Francia durante el partido que enfrentaba a la selección nacional del país galo y Túnez, celebrado a finales de 2008, provocó que en el país vecino se regulara este tipo de situaciones. El entonces presidente francés, Nicolas Sarkozy, se puso manos a la obra para que los hechos no volvieran a repetirse.
Al día siguiente, Sarkozy se reunió en el Palacio del Elíseo con el presidente de la Federación Francesa de Fútbol, Jean-Pierre Escalettes, en una cita a la que acudieron también la entonces ministra de Sanidad, Juventud y Deportes, Roselyne Bachelot-Narquin, y el secretario de Estado de Deportes, Bernard Laporte. La medida acordada en esa reunión fue tajante: si durante un encuentro deportivo se pita durante la interpretación de La Marsellesa, "los ministros presentes abandonarán el estadio" y el partido quedará suspendido de forma inmediata.
"Si uno no quiere ir a ver la Copa del Rey, pues que no vaya. Y si un equipo no está conforme con jugar la Copa del Rey, pues que no juegue". Así de tajante se mostró el pasado jueves la presidenta de Castilla-La Mancha y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, durante un desayuno informativo en Cuenca organizado por el diario La Tribuna al ser preguntada por la pitada, promovida desde la organización política Catalunya Acció, contra el himno nacional y el monarca Felipe VI durante la final de la Copa del Rey que se disputará el próximo 30 de mayo y que enfrentará, al igual que sucedió en 2012, al FC Barcelona y al Athletic Club de Bilbao.