“Nos tendremos que plantear qué es una persona o un avatar”, cómo abordar el metaverso en las instituciones
Hace ya años que oímos hablar del metaverso, aunque todavía es una realidad relegada, principalmente, al ocio y a los videojuegos, a la que accede una parte minoritaria de la población. La totalidad de sus usuarios son menores de 35 años y la mayoría no superan los 13 años. Por sexo, las mujeres son las que menos se interesan por esta tecnología, al igual que las clases sociales más bajas y los colectivos con menor formación educativa.
La Unión Europea está siendo pionera en la regulación de estas nuevas tecnologías que, en poco tiempo, podrían permitir a los ciudadanos, desde sumergirse dentro de un cuadro de Goya, a pasar consulta médica sin moverse de casa. “El derecho normalmente va por detrás de la realidad, lo que no quita que la UE avance a buen ritmo. Entre otras cosas, espero que culminemos la Ley de Inteligencia Artificial antes de que termine la Presidencia española de la UE, porque nos convertiremos en los primeros del mundo en tener ese tipo de regulación”, comenta durante un encuentro organizado por infoLibre, moderado por el director Daniel Basteiro en la sede del Parlamento Europeo, Ibán García del Blanco, eurodiputado del Grupo de la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas.
“Estábamos con los debates del metaverso y nos surgió Chat GPT, que todos los expertos aseguraban que sería una tecnología a largo plazo”, añade entre risas para explicar cómo, en ocasiones, es imposible vaticinar el ritmo o el horizonte que va a seguir la transformación tecnológica. García, como miembro del Parlamento Europeo, afirma que en la Unión “están seguros de que el metaverso, o los universos digitales, cambiarán nuestro modelo de vida”.
“La filosofía, al igual que el derecho, siempre va por detrás, pero eso nos permite observar desde otra perspectiva”, añade Roger Campione, catedrático en Filosofía del Derecho en la Universidad de Oviedo, que recuerda cómo hace unas décadas había quien no creía en Internet, pero el Times fue precursor al publicar un artículo titulado, sencillamente, “The Internet”: “Nos podemos equivocar al pensar que algo va a funcionar, pero hay que estar abiertos al cambio. Preocuparnos sin miedo”.
Lucía Recalde Langarica es directora adjunta y jefa de Unidad Industrial Audiovisual y Programas de Apoyo a los Medios de la Dirección General de Redes de Comunicación, Contenido y Tecnología de la Comisión. Trabaja en Europa Creativa Media, que cuenta con una línea de innovación sobre el metaverso y asegura que ya hay algunos proyectos en marcha, como el de una institución francesa que ha llegado a un acuerdo con Minecraft para proyectar cortos en un cine virtual. “El metaverso está muy relacionado con el ocio y la cultura. En estos ámbitos hay un gran abanico de oportunidades”, añade Recalde que puntualiza: “Afectará a todos los sectores económicos: sanidad, educación, facturación, entretenimiento…”, explica Recalde.
Cómo definir y regular el metaverso
“Si me preguntan qué es el metaverso, diría que es como un videojuego al estilo del Fornite y Roblox. En estos espacios ya hay eventos, incluso Ariana Grande dio un concierto con miles de personas”, explica Recalde. Para Campione lo más destacable del metaverso es que carece de una ubicación geográfica, lo que desde el punto filosófico obliga a replantearse cuestiones tan profundas como el “quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos”. “En 2009 un artista alemán metió 100 móviles en un carrito y se plantó en mitad de la calle. Todos los coches esquivaron esa zona pensando que había un atasco. Nos tenemos que preguntar qué es real y qué no”.
“Los riesgos del día a día se trasladan a lo virtual: abusos, ciberataques, robos, suplantación de identidad…” explica Beatriz Ríos, periodista experta en estas temáticas, que insiste en la necesidad de regular todo lo relacionado con la digitalización y el desarrollo tecnológico con rapidez, antes incluso de que el número de personas que accedan a estos tipos de herramientas sea amplio.
“El problema es cómo lo regulamos porque, ¿de dónde viene ese delito?, ¿quién lo ha cometido y dónde?, ¿qué derecho se debe aplicar a cada caso?” puntualiza García. Recuerda que las normas y sanciones actuales no son iguales ante delitos que se cometen en el mundo físico y el virtual. “Nos tendremos que plantear incluso qué es una persona o un avatar. Quizá haya que ampliar el concepto de persona física desde el punto de vista del derecho”, añade Campione.
Entre los retos y las cuestiones que aparecen durante el debate está la necesidad de poner el foco en las plataformas y el papel que deben tener, la dicotomía entre garantizar la privacidad de los usuarios y generar un espacio transparente y fiable, o el papel que debe tener lo público en estos nuevos mundos. “Hay una discusión de modelo. Nos tendremos que preguntar si queremos que se mejoren nuestros servicios públicos utilizando el metaverso o no”, apunta García.
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“Nos tendremos que plantear hasta quiénes son los actores privados que actúan en el metaverso, porque no son de Europa. El debate está en lo público, pero también en el tejido industrial y empresarial”, recalca Recalde. Al respecto de esta cuestión, Campiano recuerda que hay un “riesgo de oligopolio” en el sector porque “sólo las grandes tecnológicas pueden acceder a los trillones de datos que hacen falta para crear estos sistemas”.
Por último, los expertos recuerdan que todas estas tecnologías tienen un alto impacto en el medio ambiente, especialmente en el uso de litros y litros de agua para poder enfriar las supercomputadoras donde se almacena toda la información de la que precisan. “Además será necesario replantearse cuestiones sociales y económicas como quién va a pagar los costes en las infraestructuras que serán necesarias para la implantación, en un futuro próximo, del metaverso o del 6G”, puntualiza el eurodiputado.
Roger Campione dice verse en unos años “explorando estos mundos”: “Creo que va a ser una autopista inevitable y habrá que dialogar mucho sobre ello”. “Como trabajadora de la UE espero ser una facilitadora en cinco años, porque tenemos el reto de innovar. Tiene que haber mucha prueba y error”, dice Recalde y concluye Ríos: “Desde el periodismo tendremos que plantearnos cómo utilizar en un futuro el metaverso y acercarnos a una comunidad a la que de otra manera no tendríamos acceso. No podemos quedarnos atrás”.