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El exgerente de Podemos Pablo Manuel Fernández Alarcón no ha confirmado una sola de las afirmaciones que sobre él hizo José Manuel Calvente en la denuncia que presentó hace más de un año sobre supuestas irregularidades en el partido morado. Según Calvente, Fernández Alarcón le habría alertado de posibles anomalías en las finanzas de la formación, afirmaciones que el exgerente ha desmentido. "De ninguna manera recuerdo haberle dicho semejante cosa a nadie"; "no he hecho este tipo de comentarios nunca en mi vida a nadie"; "nosotros no teníamos ese tipo de relación de hacer este tipo de comentarios", o "yo no recuerdo haber dicho nada de eso", son algunas de las expresiones que utilizó en la declaración como testigo en el Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, que investiga el conocido como caso Neurona, a finales del pasado mes de mayo.
En la declaración íntegra de Fernández Alarcón, de más de una hora de duración y a la que ha tenido acceso infoLibre, el exgerente fue preguntado en numerosas ocasiones tanto por el juez Juan José Escalonilla como por las acusaciones populares que ejercen Vox y la Asociación de Juristas Europeos Pro Lege, así como por los abogados de Podemos, que está imputado como persona jurídica en esta causa que se abrió a raíz de la denuncia de Calvente y en la que se investiga la contratación de la empresa Neurona para trabajos de la campaña electoral de abril de 2019, unos servicios que el magistrado sospecha que pudieron ser simulados. En realidad, el exgerente había sido citado en el marco de la investigación sobre los presuntos sobresueldos que habrían cobrado la sucesora de Fernández Alarcón en el cargo y el tesorero del partido, Rocío Esther Val y Daniel de Frutos, respectivamente, pero el interrogatorio giró en torno a todas las pesquisas que integran el llamado caso Neurona: la contratación de la consultora, los sobresueldos o la caja de solidaridad.
En su denuncia, Calvente expone sospechas de conductas irregulares en la financiación y gestión de los recursos de Podemos, pero no aportaba ninguna prueba concreta. En su declaración posterior en el juzgado para ratificar sus acusaciones, los “no sé”, “es un rumor”, “según me dijo” o “es lo que sospechábamos” fueron constantes. Pero sí mencionaba los nombres de dos personas con las que dice que llegó a comentar actuaciones anómalas dentro del partido: Mónica Carmona, exresponsable de Cumplimiento Normativo, y Pablo Manuel Fernández Alarcón, con quien dice que habló y que éste le comentó que le habían alertado "personas de dentro, confidentes de él”.
Carmona ha declarado ante el juez dando la razón a Calvente –también sin aportar documentación que acredite que estuvo investigando irregularidades–, si bien Fernández Alarcón ha desmontado la versión del que fuera abogado de Podemos, despedido en diciembre de 2019. Unas semanas después del cese, puso la denuncia ante la Guardia Civil y se abrieron las diligencias en Madrid, que cumplirán un año el próximo mes de julio.
En primer lugar, las fechas no concuerdan, según el testigo. "No recuerdo nada de eso en absoluto. Ya no era ni gerente, ya no llevaba a cabo funciones de gerencia. Es altamente probable que no sea yo porque ya no me dedicaba a eso", dijo el exgerente al ser preguntado por el juez Escalonilla si es verdad que Calvente le entregó el contrato que firmó Podemos con Neurona. "No recuerdo absolutamente nada de eso y además era un tema del que no tenía ningún tipo de conocimiento en ese momento", explicó en referencia a la empresa, que fue contratada para las elecciones de abril de 2019 y entonces Fernández Alarcón ya había dejado de ocupar la gerencia del partido, pues era candidato al Congreso. Según su versión, su trabajo en aquella época no pasaba por la elaboración de campañas electorales, sino que tenía más que ver con la confección de las listas, algo que "no tiene nada que ver con la gestión de una campaña".
Ni siquiera estaba en España
El abogado de Podemos, Gorka Vellé, quiso insistir en este asunto y para ello leyó un párrafo de la denuncia de Calvente en la que éste aseguraba que "el contrato con Neurona era simulado, no obedecía a las necesidades de contratación, sino que servía para microcréditos de Podemos, para pagos en otros países y para pagar a personas que en su día debían dinero a Podemos", algo que, según dice, le contó Fernández Alarcón. El testigo no tuvo dudas al responder: "Se refiere a una época en la que yo no era gerente, no trabajaba en Podemos y ni siquiera estaba en España –vivía en Bruselas, pues había sido elegido eurodiputado–. De ninguna manera recuerdo haberle dicho semejante cosa a nadie".
El exabogado no sólo denunciaba irregularidades en la contratación de Neurona, sino que también hablaba de sobresueldos cobrados ilícitamente o desvíos de dinero de la caja de solidaridad, una especie de fondo que gestiona Podemos para destinar a fines sociales. El letrado del partido recordó otras palabras que dijo Calvente en su declaración judicial: "Yo recordaré toda la vida cuando Pablo Fernández me dice José Manuel, están metiendo la mano en la caja de Podemos y no lo podemos permitir". El exgerente también desmintió esta afirmación: "Nosotros no teníamos ese tipo de relación de hacer este tipo de comentarios. No he hecho este tipo de comentarios nunca en mi vida a nadie. Cuando estás en ambientes profesionales, hay que trabajar profesionalmente".
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De hecho, mostró sus dudas de que Calvente hiciera una disquisición de esa clase, ya que le considera "una persona extraordinariamente profesional, que no hace este tipo de comentarios". Además, apuntó que "no tiene ninguna necesidad", pues afirmó que si se hubieran encontrado en una situación así, lo habrían denunciado al Consejo de Coordinación" de Podemos. El abogado insistió: "Si usted hubiera conocido que esto fuera así, ¿lo habría denunciado?". "No le quepa la menor duda", respondió Fernández Alarcón.
A preguntas de Vox y Pro Lege, Fernández Alarcón mantuvo la misma línea. Ni se ocupó de los pormenores del contrato con Neurona ni conocía el funcionamiento práctico de la caja de solidaridad porque él no se ocupaba de ese asunto. Y de los sobresueldos, remarcó: "No conozco ninguna norma que me impidiera poner los complementos salariales que quisiera poner". Su cargo como gerente se lo permitía, dando a entender que su sucesora en el puesto también podía hacerlo.
Con un poco de dificultad, la abogada de Pro Lege le llegó a preguntar si existía una "subtrama corrupta" al margen de la ejecutiva de Podemos que era la que realmente tomaba las decisiones. Una expresión que sacó de anteriores declaraciones de Calvente y Carmona. El exgerente lo desmintió entre risas.
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