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¿Engañar a una mujer alegando esterilidad para mantener relaciones sexuales sin protección podría ser delito? ¿Hasta qué punto el consentimiento es libre cuando se ha adoptado basándose en una mentira? Ese es el debate jurídico que se ha abierto después de que la ministra de Igualdad, Irene Montero, se haya dirigido a la Fiscalía para que valore si detrás de las declaraciones machistas del tiktoker Naim Darrechi puede haber un ilícito penal. Sólo unos días después de la aprobación en Consejo de Ministros del proyecto de ley de Libertad Sexual, conocida como ley del sólo sí es sí, la polémica ha sacado de nuevo al centro del debate la definición de consentimiento.
En unas declaraciones en un canal de Youtube, Darrechi presumió de no mantener nunca relaciones sexuales con preservativo: "Un día pensé que era raro no haber dejado a ninguna embarazada así, asi que me propuse acabar dentro siempre", aseguraba. "Le digo tú tranquila, que yo me he operado para no tener hijos". Para la ministra, "quitarse el preservativo o eyacular dentro sin consentimiento es hoy abuso sexual", por lo que ha pedido al Ministerio Público que investigue las palabras del tiktoker. La denuncia ha sido enviada a la fiscal delegada de Violencia sobre la Mujer, Teresa Peramato, pero ésta la ha remitido a su vez a la Fiscalía General del Estado, puesto que tiene competencias únicamente sobre hechos que afecten a la pareja o expareja. Desde la Fiscalía han explicado que remitirán la denuncia a la territorial correspondiente para que estudie si abrir o no diligencias de investigación.
Juristas consultados por infoLibre admiten que la jurisprudencia ante una situación así es realmente escasa y no todos tienen claro si podría haber indicios o no de delito. Lo que contaba Darrechi era muy general y en el caso de los delitos contra la libertad sexual ha de haber una víctima y unos hechos concretos sobre los que investigar, tal y como recuerda la magistrada Lucía Avilés. Y es que, en un caso como el que nos ocupa, debe mediar denuncia de la víctima para que se pudiera investigar y, de momento, no la hay o al menos no se conoce.
Este es el principal escollo que ven los expertos consultados a la denuncia presentada en Fiscalía por la ministra Montero. Tal y como explica el magistrado Joaquim Bosch, las palabras del tiktoker son "sólo unas declaraciones unilaterales", pero detrás de los hechos que narra no hay "víctimas concretas" que hayan interpuesto denuncia o querella, por lo que considera que la actuación del Ministerio Público no tendrá ningún recorrido penal.
¿Qué habría hecho si no hubiese sido engañada?
Pero Avilés y Bosch tienen claro que, de haber denuncia, los hechos de los que hablaba el tiktoker, engañar a mujeres para mantener relaciones sexuales sin protección, sí podrían investigarse como posible delito de abuso sexual. Según el Código Penal en vigor, comete abuso sexual quien, "sin violencia o intimidación y sin que medie consentimiento, realizare actos que atenten contra la libertad o indemnidad sexual de otra persona". La clave estaría en determinar si la mentira de Darrechi fue clave para que las mujeres de las que habla accedieran a mantener relaciones sexuales sin preservativo.
Distintos juristas ven muy claro que el consentimiento en una relación sexual así está "viciado". Lo que cabría preguntarse, explican fuentes de la Fiscalía, es qué habría hecho la víctima en caso de haber sabido del engaño o si el tiktoker no les hubiese dicho que era estéril. Si la respuesta es que habrían utilizado protección, entonces se entiende que el consentimiento dado por las mujeres no ha sido plenamente libre, ya que no tenían toda la información para decidir. En este caso, habrían sido engañadas, si la versión que cuenta Darrechi es cierta.
La magistrada de la Audiencia Nacional María Tardón también está de acuerdo con esta conclusión. Tardón, que es miembro del Grupo de Expertos en Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), tiene claro que de mediar denuncia de alguna mujer, el Ministerio Público tendría base para encargar al menos algunas diligencias de investigación por posible abuso sexual. En su opinión, aplicar la perspectiva de género es, una vez más, primordial en casos como este para entender que el consentimiento no ha sido plenamente libre, sino que se ha logrado recurriendo a un ardid con el que la libertad de elección se ha pervertido.
Pero donde estos juristas ven claro el consentimiento viciado, otros consideran que los hechos de los que ha hablado el tiktoker podrían no ser constitutivos de delito, medie o no denuncia de una mujer. Uno de ellos es la fiscal Escarlata Gutiérrez, quien explica a este periódico que en los sucesos que narró Darrechi sí había consentimiento, aunque éste se fundara en una supuesta mentira. En casos de engaño para obtener el consentimiento, los hechos sólo son delictivos en los supuestos del artículo 182 del Código Penal: "El que, interviniendo engaño o abusando de una posición reconocida de confianza, autoridad o influencia sobre la víctima, realice actos de carácter sexual con persona mayor de dieciséis años y menor de dieciocho, será castigado con la pena de prisión de uno a tres años".
Diferencia con el stealthingstealthing
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Las palabras del tiktoker llevaron a la ministra de Igualdad a reaccionar advirtiendo de que "quitarse el preservativo o eyacular dentro sin consentimiento es hoy abuso sexual". Aunque no se trata de supuestos idénticos, Montero tal vez estaba pensando en una reciente sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que confirmó la condena de cuatro años y medio de cárcel impuesta a un hombre por la práctica sexual conocida como stealthingstealthing, consistente en quitarse el preservativo sin consentimiento de la pareja durante el acto sexual.
Gutiérrez explica que los casos no son parecidos. En esta sentencia sobre el stealthing, la perjudicada sólo había aceptado mantener relaciones sexuales si él se ponía el preservativo, pero al producirse un contacto sexual distinto al que ambos habían acordado, la capacidad de autodeterminación de la mujer en el ámbito sexual fue atacada y anulada, sometiéndola a algo que en ningún caso consintió. La diferencia con el tiktoker Naim Darrechi es que en su caso sí había consentimiento para mantener relaciones sexuales sin preservativo, aunque esto se fundamentara en un engaño.
Sea lo que sea lo que decida la Fiscalía y si se investiga o no la conducta del tiktoker, lo que revelan declaraciones como las que ha hecho es, para Lucía Avilés, una muestra más de la falta de educación afectivo-sexual entre los más jóvenes de la sociedad. La magistrada ve complicado que se inicien diligencias sin una denuncia, pero más allá de esto, alerta del "daño social" que las palabras de Darrechi pueden generar en muchos de sus seguidores.
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