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Transparencia

La transparencia de Change.org... a debate en Change.org

Imagen de la petición en Change.org.

"En Change.org, personas de todos los rincones del planeta están iniciando campañas, movilizando seguidores y trabajando con las personas responsables de adoptar decisiones para lograr soluciones". Así se anuncia en su página web la plataforma Change.org, "la mayor plataforma de peticiones del mundo". Las cifras avalan esa afirmación. Cuenta ya con más de 267 millones de usuarios en todo el mundo —más de 14 sólo en España— y han obtenido 32.158 "victorias" en 196 países, según sus propios datos. La compañía, fundada por Ben Rattray, tiene su sede central en San Francisco, en California. Pero a pesar de las grandes cifras de usuarios, está formado por un equipo que no supera las 212 personas a nivel mundial —sólo siete en España—. Su labor es poner en contacto a personas de todo el mundo para que, a través de la recogida de firmas, emplacen distintas peticiones a diversos organismos e instituciones. Pero, desde hace algunos meses, la plataforma también ha sido el escenario de creación de un debate sobre el funcionamiento de la propia plataforma

El responsable, uno de sus usuarios habituales: Arturo Tirador. Tal y como explica en conversación con infoLibre, su actividad en la plataforma siempre se había basado en la firma de distintas campañas que le interesaban. Un día, en cambio, decidió cambiar de papel y ser él el que iniciara una. "Me llevé la sorpresa de que no firmaba casi nadie", recuerda. Intentó conseguir adeptos entre sus conocidos, pero no era suficiente. Con ese método, descubrió rápidamente que no iba a conseguir las miles de firmas que sí tenían otras peticiones iniciadas por otros usuarios. "Descubrí entonces que se podía pagar para conseguir más firmas y pensé que podía ser una buena forma de moverlo", continúa. Así, si la propia Change.org percibía que la campaña interesaba, comenzaría a darle publicidad, pensó. "Empezaron a mandar la petición a distintos usuarios a través de anuncios", relata.

Entonces, se planteó una pregunta: ¿A dónde va dirigido ese dinero que los usuarios invierten en Change.org para dar una mayor visibilidad a sus campañas? Así surgió la idea de iniciar un debate sobre la plataforma, en la propia plataforma. En el mes de julio, inició una petición "por una mayor transparencia en Change.org". En estos meses ya ha conseguido 10.073 apoyos. Y va en aumento. "Cuando vi que no publicaban cuánto ganaban y a dónde lo destinaban descubrí que Change.org no era la ONG que yo pensaba", dice. Fue entonces cuando decidió preguntar por qué no publicaban el destino de sus ingresos. Y a pedir que, desde ya, comenzaran a hacerlo. "El reivindicar la transparencia de una organización que dice ser social y que depende del dinero de sus usuarios creo que es algo que ni los propios empleados podrían rebatirlo", explica. 

"Gracias por crear esta petición y darnos la oportunidad de explicar mejor lo que hacemos (y lo que no)", respondió el equipo de Change.org. "Antes que nada, Arturo y todas las personas que habéis firmado esta petición, queremos que tengáis muy claro que Change.org va a seguir ayudando a la gente a cambiar las cosas. En España ya hay más de 14 millones de personas firmando y difundiendo peticiones. Y estos millones de personas son los que hacen posible que haya victorias ciudadanas cada día", explicaron. Pero no fue suficiente y las tres preguntas que planteó Arturo en un principio permanecieron publicadas en la web:

1.¿Es Change.org una 'corporación de beneficio sin ánimo de lucro' o es una 'compañía con fines de lucro'?

2. En cualquier caso, ¿por qué se menciona la transparencia como uno de los valores de la empresa y sin embargo yo he sido incapaz de encontrar las cifras de ingresos, así como el origen y destino de los mismosen su página web?

3. ¿No deberíamos conocer los usuarios los criterios de selección de las propuestas que más apoyo reciben por parte de la organización en términos de difusión? ¿Ceden nuestros datos personales a otras organizaciones obteniendo beneficios económicos por dicha cesión?". 

José Antonio Ritoré, director de la plataforma en España, confirma que se responderá a estas preguntas. Tal y como asegura en una conversación telefónica con infoLibre, Change.org trabaja ya en un informe que se publicará en el mes de marzo —o, como tarde, en abril— en el que detallarán el destino de las cantidades de dinero que aportan los usuarios. "Básicamente, es a la tecnología de la empresa", adelanta. Por tanto, y según afirma, la petición de Arturo ha sido escuchada y será contestada, aunque explica que sus cuentas "pueden encontrarse en el Registro Mercantil".

Cambio de modelo de financiación

Lo cierto es que Change.org, aunque de momento no publica a dónde va dirigida su financiación, sí detalla cómo la obtiene. Hasta 2016, el modelo era el de "coste por adquisición", según explica a este diario Dafne Calvo, investigadora en la Universidad de Valladolid que ha estudiado a la plataforma. ¿En qué consistía? "Determinadas peticiones eran patrocinadas, de manera que al suscribirte a las noticias de quien proponía la petición, la plataforma recibía una suma de dinero de la ONG" o del patrocinador de la campaña.

Lo confirma Ritoré. "Teníamos anunciantes. Eran las grandes ONG, que patrocinaban publicaciones", explica. "Cuando un usuario firmaba en alguna campaña, se les mostraba un anuncio de alguna de estas organizaciones", que previamente habían pagado para promocionarse de ese modo. 

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Pero el modelo ya no es el mismo desde hace dos años. Tal y como explica Ritoré, en 2016 decidieron cambiar hacia "un modelo más centrado en los usuarios". "Dejamos de tener anunciantes externos e implantamos un nuevo modo de financiación con dos modelos: uno en el que los socios aportan una cantidad mensual y otro en el que cualquier usuario puede aportar desde 1 euro para promocionar una petición y que comience a mostrarse a otros usuarios dentro de la propia plataforma", relata. 

Calvo critica este método. Desde su punto de vista, el cambio ha provocado una desigualdad entre los usuarios apoyada en que quienes más dinero puedan aportar, más éxito cosecharán en la plataforma. "No lo digo tanto por la cuestión de los changer (los socios/as) sino por la posibilidad de promocionar peticiones. Al final, ese mecanismo lo que está permitiendo es que quienes cuenten con mayor poder adquisitivo tengan más recursos dentro de la plataforma para llevar su firma adelante", indica.

"Por un lado, hay (o habrá) internautas que no puedan patrocinar y se encuentren en desventaja, lo cual ya es cuestionable cuando estamos trabajando en términos de participación política. Por otro, siempre se corre el riesgo de que sean entonces los temas y preocupaciones de quienes cuenten con los recursos económicos suficientes" los más atendidos por el resto de usuarios que componen la comunidad, concluye. 

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