Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias prometieron mantener que las primarias abiertas para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno se celebren el próximo noviembre, tal y como ya había acordado el Comité Federal en enero pasado. Con este compromiso arrancó el primer y único debate de campaña en la carrera por la Secretaría General del partido, mantenido en la sede federal de Ferraz y moderado por la periodista Carmen del Riego. Una hora y 55 minutos de duelo dialéctico –25 más de los previstos– en los que dominó el guante blanco, pero también algunos roces, pullas, entre los aspirantes, especialmente entre los dos mejor posicionados, Sánchez y Madina.
El diputado vasco era quien al principio de la competición subrayó que no haría cambios en el calendario, que él quería las primarias para noviembre. El madrileño nunca había sido tan rotundo. Por eso Madina intentó aprovechar ese punto a su favor. En su primera intervención, emplazó a sus otros dos rivales a pronunciarse. Sánchez lo hizo: "No os quepa duda, soy coherente con mi trabajo. Dije que vamos a hacer primarias, y las haremos en noviembre", dijo. Con un matiz: su principal meta es que haya "más alcaldes y presidentes" socialistas en mayo de 2015.
Mientras, Pérez Tapias reiteró la propuesta con la que comenzó la andadura por el liderazgo del PSOE: independientemente del resultado del congreso federal extraordinario, él no se presentará a las primarias abiertas. "A muchos le produce vértigo la bicefalia, a mi me da más dolor de cabeza el presidencialimo y la acumulación de poder. Que el secretario general no se presente a las primarias es la mejor manera de garantizar que éstas son imparciales y transparentes. El secretario general no tiene que ser juez y parte, sino potenciar la participación". Madina respondió que no entiende que se "prohíba" al secretario general ser candidato a las primarias y, respecto a sus planes, dijo que si no es elegido no se presentará y que si es elegido secretario general, se lo pensará "a fondo". Sánchez no pronunció sobre sus planes personales en relación con las primarias de noviembre pese a que le insistió la moderadora.
Los tres candidatos se mostraron partidarios de la máxima "unidad e integración" tras el congreso extraordinario que el PSOE celebrará el próximo 27 de julio, pero sólo Sánchez se comprometió a incluir en la ejecutiva federal a los otros dos candidatos en caso de que gane la votación entre los 197.468 militantes el próximo día 13.
Lucha contra la corrupción
Los tres aspirantes a liderar el PSOE desgranaron las múltiples medidas para luchar contra la corrupción, aunque el más duro fue Pérez Tapias. Para empezar, respecto al momento en que un cargo público debe presentar su dimisión en caso de que se vea inmerso en un caso de corrupción política: el candidato de la corriente Izquierda Socialista cree que la renuncia debe producirse en el momento en que sea imputado, mientras que Sánchez y Madina sitúan la dimisión obligatoria en el momento en que se abra el juicio oral.
Esta diferencia también se puso de manifiesto a la hora de abordar el caso de los ERE en Andalucía. Mientras que Sánchez y Madina alabaron la reacción del Gobierno socialista, Pérez Tapias lamentó que no se hubiesen asumido responsabilidades políticas mucho antes. "Una cultura de la responsabilidad política es fundamental para dignificar la vida pública", destacó.
En cuanto a las medidas concretas de lucha contra la corrupción, Sánchez enumeró la limitación de mandatos a ocho años, "el aforamiento cero" de diputados y senadores, fijar un máximo de 2.000 euros para los donativos privados a los partidos y poner fin "a la presencia de políticos en las instituciones que son garantes de la democracia, por ejemplo en el Tribunal de Cuentas". Sánchez resumió su postura como de "honradez intransigente".
Madina, por su parte, anunció la creación de una Sala específica en la Audiencia Nacional para que investigue los casos de corrupción y no haya las diferencias actuales según los tribunales. Además, defendió que las empresas no puedan financiar a los partidos y los particulares lo hagan de forma transparente, que el Consejo de Ministros no pueda indultar por casos de corrupción (algo que también apoyaron los otros dos candidatos) y prometió copiar en España la Ley de Transparencia del Reino Unido, "que es la más avanzada del mundo". Al contrario que Sánchez, Madina defendió el aforamiento de diputados y senadores "en el ejercicio de sus funciones". Este fue uno de los asuntos donde asomó una cierta tensión entre ambos. "Esto es serio, Pedro, y hablemos en serio", le lanzó, como acusando a su principal rival de una cierta frivolidad en el planteamiento de cero aforados.
¿Monarquía o república?
Pérez Tapias arrancó los mayores aplausos del público presente en el debate –33 invitados por cada candidatura– cuando defendió que convocaría un referéndum para saber si los españoles prefieren una monarquía o una república como modelo de Estado y que los socialistas mantengan "las posiciones republicanas". Tras criticar el "procedimiento exprés" de sucesión en la Jefatura del Estado, Tapias propuso "que ese referéndum no se hurte a la ciudadanía en su momento. La monarquía tiene un déficit de legitimación, como señalan juristas como [Javier] Pérez Royo. Ese referéndum puede realizarse y nosotros mantener las posiciones republicanas. Eso no supone falta de respeto al jefe de Estado y no supone quiebra alguna del pacto constitucional".
Madina aseguró que entre sus prioridades de reforma constitucional está "la protección de unos mínimos de inversión en educación y sanidad y una reforma de carácter federal". No citó entre ellas el referéndum sobre el modelo de Estado. Planteó que se camine hacia la reforma federal del Estado y que si no se consigue que el Senado sea la Cámara de representación territorial, directamente se cierre, para "abaratar costes" y "simplificar el procedimiento legislativo". Y Sánchez, por su parte, se mostró partidario de consultar a los militantes socialistas sobre temas de calado político ("sin caer en asamblearismos"), aunque no habló de convocar un referéndum para que se pronuncien los españoles. Reivindicó, eso sí, el "sentido republicano" y que el partido sea "coherente" con su historia.
"Sin complejos"
Sánchez insistió en que el PSOE tenía que quitarse los complejos: "El PSOE está formado no por casta, sino por gente con casta. Voy a proponer que el socialismo se quite los complejos, que reivindique que lo mejor que le ha pasado a este país ha venido de la mano del PSOE". Una respuesta a Pablo Iglesias, líder de Podemos, y su denuncia de la casta política.
Madina recordó que es un "socialista vasco" y reivindicó que había sido él quien había exigido que todos los militantes pudiesen votar en la elección del secretario general: "Puse mi cara para que vosotros votárais. Si vosotros estábais, yo estaría. Pedí transparencia en este proceso" al demandar el desglose territorializado de los avales. Sánchez le afeó este planteamiento e insistió en que la "democracia" es un compromiso de todos los militantes socialistas, "no de uno solo". El madrileño se presentó en todo momento como un "militante de base", que no ha estado sentado en ninguna ejecutiva federal –insistencia con la que quería evidenciar que Madina sí ha estado en Ferraz desde 2008– y que forma parte de los quieren un cambio en el PSOE, "desde abajo, no dirigido". Estrategia que le servía para intentar desquitarse de la etiqueta de candidato de los aparatos regionales.
Pérez Tapias, el más autocrítico en todo momento, recordó que el PSOE había pasado de 11 millones de votos en 2008 a 3,5 millones en las elecciones europeas de mayo, un dato "muy indicativo" de lo que está ocurriendo al partido. De modo que toda "reconstruirlo" a fondo, porque 135 años de historia "no garantizan" la supervivencia de los cinco siguientes. Él fue quien recordó en el primer bloque la historia procelosa del PSOE y de sus militantes, muchos de ellos fusilados en las cunetas o condenados al "exilio". Y señaló que el partido había sido "incoherente" en temas como la reforma de la Constitución –él no votó la reforma del artículo 135 de la Constitución– o el rechazo a crear una comisión de investigación sobre el escándalo de Bankia.
Las puertas giratorias y las prioridades de cada uno
El segundo bloque, el de las preguntas de los militantes, comenzó más tarde (tras 45 minutos colonizados por las preguntas de Del Riego a los aspirantes) y arrancó por un invitado de Sánchez, Javier, granadino, que inquirió por las puertas giratorias. En el pensamiento de todos está el caso del expresidente Felipe González, que aún mantiene su puesto como consejero de Gas Natural Fenosa, por el que cobra 126.500 euros al año. El diputado madrileño se comprometió a "cerrar" el flujo de cargos políticos a empresas privadas y, reivindicando al fundador del PSOE, Pablo Iglesias, subrayó que es básico que los cuadros den "ejemplaridad".
Tapias también se mostró partidario de "cerrar" las puertas giratorias, "políticamente injustificables" y poco presentables estéticamente. Madina elaboró una respuesta más matizada: sí a reforzar las incompatibilidades del cargo público, pero debe hacerse "con la temperatura legislativa perfecta", sin que supona "condenar a nadie a la muerte laboral" y procurando atraer "talento". "Talento para decir lo mismo lunes y martes, Pedro", remachó. Otro de los ataques recurrentes del vasco, quien al subrayar que es importante que se diga lo mismo todos los días estaba acusando a su rival de cambiar de criterio en función del momento.
Iván, el invitado por el equipo de Madina, preguntó por las prioridades de cada uno, como líder del PSOE y, si llega el caso, como presidente del Gobierno. Sánchez citó las suyas: poner toda la carne en el asador para que se puedan ganar las municipales y autonómicas de 2015 (el primer reto electoral), para "jubilar a la derecha", convocar las primarias abiertas para elegir al candidato a la Moncloa en noviembre y proponer que se acabe con la financiación privada de los partidos y se limiten las donaciones. Como presidente, derogaría la reforma laboral e impulsaría una ley de muerte digna.
El parlamentario vasco coincidió en que, como secretario general, prepararía la "mejor campaña" de locales y autonómicas "de toda la historia" del PSOE, daría vida a una ejecutiva "unida", donde los secretarios de área "se lo sepan", pararía la "cacicada" de la elección directa de alcaldes que quiere el PP, y buscaría el encuentro con quienes antes estuvieron cerca del partido (colectivos sociales, plataformas ciudadanas). Como jefe del Ejecutivo, derogaría todos los "ataques de derechos" sociales y civiles aprobados por el PP, la reforma laboral y llamaría a Artur Mas para que se encauce el desafío soberanista por la vía del diálogo y se abra la reforma constitucional en clave federal.
Tapias convergió en que es "fundamental" retomar el diálogo social con los movimientos ciudadanos, las mareas, en que hay que abrir las agrupaciones, hacerlas verdaderas casas del pueblo, impulsar las vías de entendimiento para "situar al PSOE a la izquierda". Y ahí aprovechó para subrayar que jamás auspiciará ninguna gran coalición con el PP, que es una "gran trampa". Aunque no será candidato a la Moncloa, sí dijo que propondría "algunas cosas" a quien encabece la lista de las generales: recomponer el Estado del bienestar, afrontar una Unión Europea "desdibujada" y "fragmentada" y retomar el "diálogo para salir de la grave crisis institucional" y luchar contra el paro. Cogiendo el pie de Madina sobre Cataluña, reiteró que su propuesta es el reconocimiento de una España "plurinacional". Él sí cree en un referéndum consultivo y previo sólo para los catalanes.
Pullas entre Madina y Sánchez por la consulta
La cuestión soberanista ya había entrado en el debate. Pero Del Riego, periodista de La Vanguardia y presidenta de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM), les pidió que profundizaran, que explicitaran además la relación de PSOE y PSC. Madina y Sánchez coinciden en que el punto de referencia es la Declaración de Granada que se pactó hace justo un año. Pero los dos utilizaron la pregunta para echarse en cara las meteduras de pata respectivas durante la campaña. Madina, por ejemplo, defendió al principio de la carrera por el sillón vacía de Alfredo Pérez Rubalcaba que veía bien una consulta en Cataluña "si es dentro de la legalidad", una afirmación que luego tuvo que aclarar ("Las consultas legales que acepto son las que están previstas en la constitución para el conjunto de España"). El madrileño se agarró al primer traspié: "Discrepo de Eduardo y José Antonio porque no creo que se tenga que hacer un referéndum ni pactado ni legal". Su propuesta es la de la reforma constitucional en clave federal descrita en Granada. Asimismo, reivindicó la "relación federal" actual entre PSOE y PSC y las figuras de Pere Navarro, el dimisionario líder de los socialistas catalanes, y su seguro sucesor, Miquel Iceta.
Madina contraatacó, achacando de nuevo a Sánchez cambio de criterio. El madrileño, de hecho, llegó a afirmar en la fase de recogida de avales que Cataluña es una "nación", aunque después se retractó: "No estoy de acuerdo, Pedro, ni contigo, mi querido José Antonio, con que tengamos que ir a una discusión sobre el perímetro de las naciones, las fronteras, según el día de la semana. No voy a decir que España es una nación los lunes y dos naciones los jueves. Voy a decir siempre lo mismo", que España tiene "derecho a decidir una reforma constitucional en clave federal", la que ha pactado el PSOE, "materia suficientemente seria como para que este partido no juegue con ella". Eso sí, Madina cree en las "consultas populares", los referendos que vienen recogidos en el artículo 92 de la Constitución. Sí puntualizó que es preciso mejorar el "marco de relaciones" con el PSC, apuntando la necesidad de actualizar el protocolo, iniciativa paralizada hace un año.
Tapias se explicó más tras la pregunta de Del Riego. Cree que hay que saber "qué piensan los catalanes" antes de emprender una modificación de la Carta Magna, vía referéndum consultivo que, a su juicio, no debe equipararse, como hizo Rubalcaba y su dirección, con un "referéndum de autodeterminación". Una vez se tenga esa orientación, y para no fallar en la reforma constitucional, se empezaría a abordar ese diseño de la España federal y "plurinacional". Y luego un referéndum vinculante a todos los españoles. Había que ser "valientes", dijo.
Los traspiés del pasado
Desde la candidatura del miembro de Izquierda Socialista se les preguntó a los tres aspirantes por los errores del pasado y por su posición entonces. Sánchez enumeró cuatro fallos. Uno, la tendencia del PSOE a "autoflagelarse" en exceso. "Tenemos unos cuantos complejos, debemos quitárnoslos". Dos, la reforma fiscal de José Luis Rodríguez Zapatero de 2006, que debió ser "más progresista y socialista". Tres, indultar, cuando el Gobierno ya estaba en funciones, al banquero del Santander Alfredo Sáenz, una "injerencia del poder ejecutivo en el judicial". El madrileño, para apoyarse, volvió a mostrar el voluminoso tomo de las resoluciones de la Conferencia Política que él coordinó en 2013. Entonces se oyeron unas risas en el auditorio. Reaccionó rápido: "Es el proyecto de todos, lo hemos parido entre todos". Y cuarto error: que Zapatero nombrara a Miguel Ángel Fernández Ordóñez como gobernador del Banco de España.
Madina denunció otras tres equivocaciones. La presencia de los políticos en las cajas de ahorros, lo que les responsabiliza en la venta de preferentes, que "condenaron a una vida indigna" a miles de españoles. El candidato lo ligó con los desahucios, que en la época de Gobierno socialista no se atajaron, aunque luego, ya en la oposición, sí se corrigió y se abrazó la dación en pago y el arbitraje extrajudicial. Segundo error: no haber aprobado una Ley de Igualdad de Trato, prometida por Zapatero en su segunda investidura. Por eso la propondrá como primera medida en el primer Consejo de Ministros que se celebre tras una eventual victoria del PSOE en 2015. Tercer fallo: no haber "derogado el Concordato con la Santa Sede", afirmación que concitó el efusivo aplauso del público. Sánchez, después, también se mostró partidario de anular los acuerdos con el Vaticano (en realidad, ya está en la Conferencia Política) y la revisión de los "privilegios fiscales" de la Iglesia.
"Algunos levantábamos la mano y lo decíamos", señaló Pérez Tapias, recordando que él sí fue crítico con las decisiones de la dirección cuando ocupaba un escaño en el Congreso (2004-2011). El decano de la Facultad de Filosofía y Letras de Granada subrayó que la gran torpeza de los socialistas fue la aprobación de la reforma del artículo 135 de la Constitución –que él no votó en 2011–, un error "por procedimiento y por contenido". "No fue sólo de Zapatero, sino del grupo y del partido en su conjunto. No supimos reaccionar", fue la manifestación del "desvalimiento" de los valores socialistas. Ahí agradeció a Madina su posición como secretario general del grupo, al aceptar "el disenso" en momentos "muy duros". Otra "incoherencia" fue no defender la creación de una comisión de investigación en torno al desadtre de Bankia.
Tapias indicó un último tropiezo, "sintomático" de cómo no vale hacer pactos de gobierno "a cualquier precio": la moción de censura en Ponferrada (León), el año pasado, que el partido primero autorizó sin reparar en que estaba acordando con un condenado por acoso. El PSOE echó a los que protagonizaron la moción, pero no cayó el secretario de Organización, Óscar López, porque la ejecutiva de Rubalcaba no le aceptó su dimisión. "Debieron haberse asumido más responsabilidades políticas". Madina señalaba con el dedo hacia arriba, hacia los despachos nobles. Hacia López.
Los mensajes finales
La última intervención del público corrió a cargo de Soledad Murillo, ex secretaria general de Políticas de Igualdad. Les preguntó si mantendrían la Secretaría de Igualdad como una responsabilidad dentro del núcleo duro de poder de la dirección, si defenderán las listas cremallera y las políticas de dependencia. Los tres dijeron que sí a las tres cuestiones y reivindicaron el legado de Zapatero en esta materia. Madina introdujo un matiz más: su ejecutiva no sólo será paritaria en número de hombres y mujeres, sino en las áreas que asuman unos y otras.
Pero en esa última pregunta los tres candidatos incardinaron su mensaje final a los 197.468 militantes del PSOE llamados a votar el 13 de julio. Todos pidieron una alta participación –hay temor a que una baja afluencia desluzca el resultado–, pero a partir de ahí cada uno sacó su perfil. Sánchez: "Creo en el cambio y creo en la unidad. Mantengo mi oferta a Eduardo y a José Antonio para que se incorporen a la ejecutiva", y si él pierde el domingo, se integrará en la dirección entrante y se pondrá "a disposición" del nuevo secretario general. "Prometo cambiar el PSOE para cambiar España. Ese es mi reto".
"Soy lo que veis, aquí no hay nada más. Soy yo, soy autónomo, me represento a mí mismo y a los miles de compañeros que me dijeron que diera un paso. Lo hago de vuestra mano, y este será más vuestro congreso que nunca. No estaba previsto que lo fuera, pero lo ha sido. Es vuestro congreso, es vuestro tiempo", remachó Madina. Con ello, reivindicaba su eslogan básico de la campaña: que él pidió que el cónclave se abriera a toda la militancia (gesto que, sin embargo, en Andalucía y otras federaciones, vieron producto de un "pacto" con Rubalcaba para frenar el camino a Susana Díaz) y que no depende de ningún aparato.
Tapias subrayó que el congreso "va a salir bien", frente a "tantos malos augures" que pensaban que el PSOE se iba pro el precipio. Insistió en que quiere "reconstruir" el proyecto socialista, aportando "entusiasmo" y "pasión", llevándolo a la izquierda.
Los gestos, el lenguaje
El programa en Ferraz se cerró a las tres de la tarde, tras casi dos horas clavadas de diálogo y sin interrupciones. Ante 99 invitados y 150 periodistas. Hubo debate (o más bien, entrevista a tres bandas) y mayor concreción gracias a las intervenciones de Del Riego. Y hubo guante blanco, sí, pero también gestos que delataban a los candidatos. Sánchez, el favorito (ganó en avales) prefirió no arriesgar, escogió ser deliberadamente difuso en el contenido e intentó presentarse cercano, siempre sonriente, aunque a veces resultó algo forzado. En ocasiones se puso delante de su atril para evidenciar una mayor proximidad con los militantes congregados en la sala Ramón Rubial de Ferraz.
Madina buscó marcar más perfil, ser algo más concreto, ir a la ofensiva, pero se le vio y se le oyó un tanto agresivo, impetuoso. Quiso poner tierra de por medio con el madrileño y acercarse al portavoz de IS en la expresión corporal y hasta en el lenguaje ("mi querido José Antonio"). El vasco incluso subrayó que él no era un recién llegado, que no le había hecho falta recorrerse kilómetros y kilómetros en los últimos meses porque conoce el "corazón", "alma", el "cuerpo" y las "ideas" del PSOE como la palma de su mano. Constantemente se apoyó en el movimiento de brazos y en el índice para marcar y delinear sus ideas, para imprimir énfasis a sus intervenciones.
Los dos, por cierto, comparecieron en mangas de camisa, y arremangados. Madina se desprendió de su chaqueta con coderas tras la foto de rigor y justo en el arranque. Sánchez, enfundado en una camisa blanca, ya se había quitado su americana antes de aterrizar al debate. Ambos se cruzaban a veces ciertas miradas de desaprobación, en tanto escuchaban con interés y asentían a lo expresado por el miembro de IS.
Pérez Tapias derrochó tono profesoral, fue el más crítico y claro, y prefirió el humor, el tono cordial con sus compañeros, y de hecho levantó risas y aplausos contundentes del auditorio. Fue el más ovacionado, de hecho. Desde el principio, cuando saludó en los cuatro idiomas cooficiales. Es esta, dijo, una "carrera fraternal". Carrera hasta en el sentido literal. Porque todos se han hecho más kilómetros, bromeó, "que el baúl de la Piquer".
Ninguno leyó, eso sí, aunque llevaban papeles y tomaron notas. Y ninguno protagonizó equivocaciones calamitosas. Los tres se mostraron contentos y satisfechos con el debate, se sintieron ganadores y enfatizaron el "paso histórico" que supone para el PSOE, un ejemplo de cómo se conduce la contienda en un partido. Ahora queda por delante una semana de campaña. Y que se oiga la voz de los militantes este domingo. Ellos elegirán a su nuevo secretario general y decidirán el rumbo de un PSOE postrado por las sucesivas derrotas electorales. Ellos votarán al sucesor de Rubalcaba. El viejo líder no apareció ante las cámaras. Vio el debate en la sede con Óscar López y con sus colaboradores y luego se reunió con ellos y les dio la enhorabuena. Su mandato entra en tiempo de descuento.
Pedro Sánchez, Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias prometieron mantener que las primarias abiertas para elegir al candidato a la Presidencia del Gobierno se celebren el próximo noviembre, tal y como ya había acordado el Comité Federal en enero pasado. Con este compromiso arrancó el primer y único debate de campaña en la carrera por la Secretaría General del partido, mantenido en la sede federal de Ferraz y moderado por la periodista Carmen del Riego. Una hora y 55 minutos de duelo dialéctico –25 más de los previstos– en los que dominó el guante blanco, pero también algunos roces, pullas, entre los aspirantes, especialmente entre los dos mejor posicionados, Sánchez y Madina.