Contaba este viernes Alexis Tsipras, el número uno de Syriza, que "cada vez" que se sienta con Cayo Lara y hablan de lo que pasa en Grecia y en España y de que comparten las "mismas políticas", sale a colación una conclusión común: "Nos dicen los mismos cuentos". Que los españoles, como los griegos o los portugueses, son los "haraganes del sur", que cada país es un "caso especial", que las clases medias vivieron en los últimos años "mejor" de lo podían permitírselo y que por eso hay que recortar. Y contra ese "frente neoliberal", contra esa "pesadilla" que vive Europa, adujo, sólo cabe la "rebeldía popular pacífica". La apelación es a todos los ciudadanos del Viejo Continente –Europa "es un campo de la lucha de clases"–, pero especialmente "para los pueblos del sur", los del Mediterráneo. "Los pueblos del sur pueden comenzar esta rebeldía con un baile, el baile de la rebeldía y la libertad. Tenemos unos cuantos puntos comunes España, Portugal y Grecia", que los tres sufrieron "dictaduras muy feroces", regímenes que cayeron por las "luchas populares". "Como en aquel entonces y hoy día, creo que los pueblos del sur de Europa pueden comenzar a romper otro tipo de dictadura, la dictadura de los mercados, para defender la democracia y la cohesión social".
Sin unión, no hay nada. Tsipras ha sido meridianamente claro en su visita de dos días a España, invitado por Izquierda Unida. Ha hablado de "frente común", de la convergencia de los "pueblos", de una "alianza de todos los pueblos de Europa contra las élites neoliberales y el capital multinacional". Mensaje unívoco. También lo hizo hoy en su rueda de prensa compartida con Lara en el Congreso, bajo la premisa de que "uno solo", un país solo, "no puede combatir" por sí mismo. Porque la tarea es ardua y no basta con "maquillaje". Falta "dar la vuelta a la situación", faltan "políticas radicales" para afrontar los problemas. A fin de cuentas, la "barbarie" se ha aplicado a los europeos, más aún a los del arco mediterráneo.
Grecia, reconoció, fue elegida como "conejillo de indias" para la implementación de las políticas del shock, pero justo esa experiencia debe servir como "lección histórica para todos los países" y para el sur del continente. No son medidas "novedosas", porque forman parte del "núcleo de la ideología" neoliberal, pertenecen a la "derecha y a la socialdemocracia europeas", que bajo la rúbrica de "modernizar la fiscalidad" o de desplegar "programas más eficaces" para recaudar dinero, lo que se produce es el "robo a las clases trabajadoras" mientras que el gran capital "sigue sin pagar nada en esta crisis".
"Los que nos han traído hasta aquí no nos pueden salvar"
"Están destruyendo derechos sociales, el Estado del bienestar, el derecho de los trabajadores, y al mismo tiempo dicen que veremos resultados positivos. Es una gran mentira. Nada de lo que han predicho positivo se ha cumplido". Puso como ejemplo el volumen de deuda pública de Grecia: antes de que fuera rescatada, estaba en el 110% del PIB, y hoy "en el 175%"; el paro se situaba "en el 14% y hoy está en el 28%. "La recesión es la receta que necesitan para la devaluación de los salarios", denunció. La última "farsa" es el prometido fondo de 6.000 millones de euros para fomentar el empleo juvenil, que supone "gastar por cada joven en paro 277 euros anuales, 23 euros al mes". "Esta enfermedad y este virus no se puede combatir con aspirinas", reiteró. "Nosotros decimos que un lobo no puede cuidar de las ovejas. Los que nos han traído hasta aquí no nos pueden salvar. Eso no puede pasar".
En términos casi calcados se expresó Lara: "Los que forman parte del problema no pueden formar parte de la solución". Lo decía porque en España, mientras, se sigue hablando de pacto, de la búsqueda de un acuerdo entre el Gobierno y el PSOE con vistas a la defensa de una posición común en el próximo Consejo Europeo. Sobre esa posibilidad se pronunció Lara. Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy actúan "como dos boxeadores noqueados y groguis que en el último round se abrazan para no caer en la lona", con la única pretensión de "salvar la nave del bipartidismo", cuando la desconfianza de los ciudadanos hacia los dos se sitúa en niveles históricos, por encima del 80%. Además, ese presunto acuerdo será flor de un día, pervivirá –anticipó–, "lo que duren los titulares", como pasó con la alianza sobre preferentes, que estalló al poco de cerrarse.
IU, reiteró su coordinador federal, sólo se subiría a un pacto que pudiera "resolver los problemas de fondo". Mientras no se derogue la modificación del artículo 135 de la Constitución, no se anule la reforma laboral o no se camine hacia una mayor progresividad fiscal y se combata el fraude, mientras no se haga una auditoría de la deuda", no habrá nada de hacer. La federación no se sumará al "pacto de la frustración".
Ahora que IU ha hecho un llamamiento a partidos y movimientos sociales y sindicales a sumarse a un gran bloque social y político, a una gran "confluencia" de cara a las europeas de 2014, se preguntó a Tsipras qué "consejos" podría dar Syriza, dada su victoria rotunda en Grecia, donde quedó como segunda fuerza en los comicios del año pasado, por detrás de la derecha de Nueva Democracia y por delante de los socialdemócratas del Pasok. El dirigente helena dijo no estar "en posición de dar consejos", pero sí podía relatar la "experiencia histórica" de su formación. Una trayectoria, relató, apuntalada sobre cuatro principios. Lo primero, que caló la "necesidad de la unidad de la izquierda a nivel social y político". Dos, que "nunca" quiso entrar en una "guerra civil entre la izquierda" –"y nunca lo haremos"–. "La lección para nosotros, lo más revolucionario, lo más de izquierdas y lo más progresista es lo que une, y no lo que separa". Tres, que Syriza presentó un "programa de poder, con cambios reales", pero no para que el pueblo "aplauda el análisis", sino para que "combata" con su formación. Y cuatro, el hallazgo de un "vocabulario nuevo", que conecta con las "nuevas generaciones".
Las figuras "trágicas" de Papandreu, Sócrates y Zapatero
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Claro que también hay cosas negativas, como es la resistencia de los mayores a votar a Syriza. La solución no es "encerrar a los abuelos", como se bromeaba en la campaña, sino "convencerles" de que deben luchar con sus hijos y nietos para que puedan vivir con "dignidad", subrayó.
La última pata de su intervención de hoy ante los medios se dedicó a la socialdemocracia. Se le preguntó por el desmentido del PSOE a su relato de la entrevista con Rubalcaba, ayer en Ferraz. Tsipras rehuyó contestar. Se limitó a una reflexión general. Los socialistas se enfrentan a una "situación muy difícil" y a unas "contradicciones muy grandes", porque se distanció de sus políticas en los ochenta y entró en el "mismo campo que la derecha", hasta el punto de que hoy "las figuras más trágicas" de la socialdemocracia europea son Yorgos Papandreu, José Sócrates y José Luis Rodríguez Zapatero.
Ahora debe responder, apremió, a un "dilema histórico": si da cobertura a la derecha o emprende el camino del cambio a la izquierda. De nuevo, Tsipras encontró similitudes entre Grecia y España: IU tiene una expectativa de voto semejante a la que las encuestas daban a Syriza hace año y medio. Así que ahora, advirtió, la pregunta no es la que siempre se ha hecho a la izquierda alternativa, si apoyaría un Gobierno socialista. "Ahora los socialdemócratas deben responder si van a apoyar un Gobierno de izquierdas o van a apoyar a la derecha. Ese dilema muy pronto también lo va a tener el PSOE en España".
Contaba este viernes Alexis Tsipras, el número uno de Syriza, que "cada vez" que se sienta con Cayo Lara y hablan de lo que pasa en Grecia y en España y de que comparten las "mismas políticas", sale a colación una conclusión común: "Nos dicen los mismos cuentos". Que los españoles, como los griegos o los portugueses, son los "haraganes del sur", que cada país es un "caso especial", que las clases medias vivieron en los últimos años "mejor" de lo podían permitírselo y que por eso hay que recortar. Y contra ese "frente neoliberal", contra esa "pesadilla" que vive Europa, adujo, sólo cabe la "rebeldía popular pacífica". La apelación es a todos los ciudadanos del Viejo Continente –Europa "es un campo de la lucha de clases"–, pero especialmente "para los pueblos del sur", los del Mediterráneo. "Los pueblos del sur pueden comenzar esta rebeldía con un baile, el baile de la rebeldía y la libertad. Tenemos unos cuantos puntos comunes España, Portugal y Grecia", que los tres sufrieron "dictaduras muy feroces", regímenes que cayeron por las "luchas populares". "Como en aquel entonces y hoy día, creo que los pueblos del sur de Europa pueden comenzar a romper otro tipo de dictadura, la dictadura de los mercados, para defender la democracia y la cohesión social".