La UE admite que nadie vigila de forma regular los vertidos nucleares frente a las costas de Galicia

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En 2017, en el 35 aniversario de los últimos vertidos nucleares frente a Galicia, en la conocida como Fosa Atlántica, Praza.gal realizó una larga investigación en la que una docena de organismos internacionales y españoles no fueron capaces de responder a la pregunta de si alguien vigilaba con algún tipo de programa estable de supervisión esos bidones de acero y hormigón con 140.000 toneladas de residuos arrojados entre 1949 y 1982. La Comisión Europea tampoco fue capaz de aclarar esa cuestión, pero ahora admite en un documento oficial que “no hay programas regulares de vigilancia de la radiactividad del medio marino” en esas zonas sino solo de la radiactividad que pueda llegar a las costas, procedimiento este que ya había relatado este diario.

La investigación realizada por Praza.gal en 2017 provocó la reacción de varias formaciones políticas y de Greenpeace, cuyas campañas junto con marineros gallegos a bordo del barco Xurelo lograron poner fin a los vertidos en 1982. En el campo político, BNG, PSOE y En Marea formularon diversas iniciativas en el Parlamento de Galicia, el Congreso de los Diputados y el Parlamento Europeo. En ese último foro, la Comisión Europea respondió, como ya había hecho a Praza.gal, que los vertidos están en aguas internacionales y que los Estados miembros solo tienen el deber de analizar la radiactividad en sus costas, procedimientos que la UE supervisa periódicamente. 

La Comisión respondió, ante una pregunta del entonces eurodiputado socialista José Blanco, que el Gobierno de Mariano Rajoy no veía necesario controlar los residuos a pesar de discrepar entre sí varios ministerios.

Ante esas respuestas, la eurodiputada del BNG, Ana Miranda, siguió formulando preguntas para conocer el resultado de la siguiente supervisión europea sobre cómo España, a través del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN), detecta la radiactividad en sus costas, control que se hizo en octubre de 2021 y que ahora acaban de comunicarle a la parlamentaria nacionalista. La Comisión, en su respuesta avanzada el pasado domingo por Faro de Vigo, dice que “las actividades de verificación realizadas demostraron que las instalaciones necesarias para el control de los niveles de radiactividad del medio marino del litoral gallego y cantábrico son adecuadas”. 

También añade que se pudo “verificar el funcionamiento y la eficacia de una parte representativa de estas instalaciones”, pero recuerda que “la verificación de todo tipo de control de las escombreras en la Fosa Atlántica queda fuera del ámbito de aplicación” de las normas europeas. 

Pero junto con esa respuesta directa de tipo político la Comisión también facilita a la eurodiputada el informe técnico [aquí el PDF] de esa supervisión realizada sobre España. Y es en ese documento en el que la Dirección General de Energía de la UE contextualiza la situación de Galicia recordando los vertidos nucleares en la Fosa Atlántica y poniendo por escrito a respuesta a la pregunta formulada por Praza.gal hace unos años a una docena de organismos internacionales y estatales: nadie vigila.

El documento destaca que en España no hay posibles descargas de residuos nucleares a ríos que den a la costa norte peninsular, pero sí recuerda los residuos vertidos en la Fosa Atlántica y el submarino nuclear soviético hundido en 1970 en el Golfo de Vizcaya. Sobre los primeros dice que si bien son conocidos los lugares de vertido, en aguas internacionales a varios cientos de kilómetros de la costa, “se desconoce el estado técnico” de los bidones. Y añade que “no hay programas regulares de vigilancia de la radiactividad del medio marino” en las áreas de los vertidos históricos.

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El documento avala completamente la manera en la que España registra la radiactividad en sus costas. Pero formula dos sugerencias, que realiza cuando su equipo verificador “identifica una acción que mejoraría aún más la calidad del seguimiento” del país supervisado, frente a las recomendaciones que se formulan cuando ven una “clara necesidad” de mejora. Una de las sugerencias formuladas por la Comisión Europea va dirigida a cómo el laboratorio español analiza las muestras y otra pide al Consejo de Seguridad Nuclear “considerar” la posibilidad de realizar determinados análisis con periodicidad anual y no cada tres años. 

El documento señala que “mientras el muestreo de agua de mar es realizado anualmente, el muestreo de biota marina se basa en un muestreo trianual” que cumple con un acuerdo internacional al respecto. Sin embargo, se sugiere a España “considerar un programa anual de muestreo de los productos alimentarios marinos más producidos en el área”.

Aquí puedes leer el texto original en gallego.

En 2017, en el 35 aniversario de los últimos vertidos nucleares frente a Galicia, en la conocida como Fosa Atlántica, Praza.gal realizó una larga investigación en la que una docena de organismos internacionales y españoles no fueron capaces de responder a la pregunta de si alguien vigilaba con algún tipo de programa estable de supervisión esos bidones de acero y hormigón con 140.000 toneladas de residuos arrojados entre 1949 y 1982. La Comisión Europea tampoco fue capaz de aclarar esa cuestión, pero ahora admite en un documento oficial que “no hay programas regulares de vigilancia de la radiactividad del medio marino” en esas zonas sino solo de la radiactividad que pueda llegar a las costas, procedimiento este que ya había relatado este diario.

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