Miguel Arias Cañete, exministro de Agricultura con Mariano Rajoy y desde 2014 eurocomisario de Energía y Acción por el Clima, acaba de obtener las bendiciones oficiales de la Comisión Europea para seguir percibiendo simultáneamente dos ingresos de origen público: su sueldo como responsable comunitario en activo –unos 20.000 euros al mes– y una pensión de jubilación del Parlamento Europeo por haber ocupado un escaño en la Cámara de Estrasburgo.
El importe de esa pensión, financiada con dinero público y gestionada por una "asociación sin ánimo de lucro" a través de una sicav con sede en Luxemburgo, seguirá siendo secreto. Según el Ejecutivo comunitario, el exministro y dirigente del PP no tiene por qué incluir su paga de jubilación en la declaración de intereses que todos los comisarios vienen obligados a difundir en la web de la UE. "Los pagos del Parlamento Europeo" –dice la respuesta del Ejecutivo de Jean-Claude Juncker a una pregunta formulada por el eurodiputado de Podemos Xabier Benito– no solo son compatibles con el holgadísimo sueldo asignado a los miembros del Gobierno comunitario sino que tampoco generan ningún "conflicto de interés". Y quedan, por tanto, excluidos de la declaración de intereses.
Benito reaccionó este lunes con enfado tras conocer la posición oficial de la UE: "Este es el triángulo de la vergüenza que ha permitido a Cañete cobrar hasta 117.000 euros de pensión europea a la vez que 20.000 euros mensuales de sueldo". Tras las consultas efectuadas al servicio de pensiones de la Eurocámara, Podemos calculó a comienzos de marzo que Cañete había obtenido vía pensión esa cifra desde que en noviembre de 2014 tomó posesión como comisario europeo.
A diferencia de lo que hace un mes arguyeron el Congreso y el Senado para justificar por qué permiten a parlamentarios en activo –el exministro y hoy diputado José Manuel García Margallo y la expresidenta de Aragón y ahora senadora Luisa Fernanda Rudi– sumar a su sueldo la pensión de exeurodiputado, la UE ni siquiera se molesta en refutar el carácter público de esa retribución. Mientras que las dos Cámaras españolas sostienen que se trata de un fondo "privado", el Ejecutivo de Jean-Claude Juncker aduce esto: que el Reglamento del Consejo que establece "el régimen pecuaniario de los titulares de cargos públicos de alto nivel de la UE no prevé ninguna incompatibilidad entre el salario abonado a los titulares por el ejercicio de sus funciones y el pago de una pensión derivada de los derechos adquiridos por el ejercicio de funciones anteriores". El Gobierno ni siquiera ha accedido a explicar por qué autorizó a Margallo esa doble percepción de ingresos.
La ética de los comisarios
El entrecomillado sobre el "régimen pecuaniario" se corresponde con la respuesta a la primera de las tres preguntas que el eurodiputado de Podemos Xabier Benito remitió a la Comisión Europea en cuanto el digital comunitario euobserver.com desveló en febrero que Cañete estaba haciendo doblete. Lo que Benito preguntó en primer término fue si la Comisión considera que cobrar el sueldo de comisario y recibir al mismo tiempo le pensión de exeurodiputado encaja "con las reglas de ética e integridad de los comisarios europeos". Pero lo que, en nombre de la Comisión, le ha contestado a Podemos el eurocomisario de Presupuestos, Günther Oettinger, obvia cualquier mención al aspecto ético del asunto.
El eurodiputado de Podemos pretendía averiguar cuánto recibe exactamente Miguel Arias Cañete como parlamentario jubilado de la Cámara de Estrasburgo y por su condición de miembro del llamado "fondo voluntario" de Luxemburgo. Pero Oettinger se zafa así del asunto: "La Comisión no desempeña papel alguno en lo que respecta al plan de pensiones mencionado por su señoría. Cualquier pregunta en este sentido se deberá plantear al Parlamento Europeo".
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El importe de la pensión de Luxemburgo, de la que se benefician los exeurodiputados adscritos a ese fondo que hayan sobrepasado la edad de 63 años, depende del número de años cotizados. Por ejemplo, Margallo ingresa por esa vía 53.000 euros al año. En línea con la versión del Congreso, el exministro de Exteriores argumenta que esa pensión es fruto de su "sacrificio" porque durante años "renunció" a parte de su salario como eurodiputado.
La realidad es otra: hasta que en 2009 entró en vigor el estatuto que garantiza una paga de jubilación a todos sus antiguos miembros, el Parlamento Europeo nutrió las arcas del fondo de Luxemburgo con dos euros por cada uno que aportaba cada parlamentario afiliado a ese mismo fondo. Pero ese tercio de teórico origen privado procedía hasta 2007, y así lo acreditan las actas oficiales, de las dietas libradas por la Cámara para gastos de funcionamiento. Eso significa que, en la práctica, todo el dinero salía hasta ese año de las arcas comunitarias. Sin contar ese tercio de dietas, el Parlamento inyectó al "fondo voluntario" de pensiones 95 millones entre 2000 y 2009.
Fechada el 2 de mayo, la respuesta oficial del Ejecutivo europeo llega en un momento de efervescencia por la política del Gobierno en materia de pensiones. La exigua subida del 0,25%, cuyo impacto busca ahora amortiguar el Gobierno con su compromiso de ajustarlas al crecimiento del IPC, fue en febrero el catalizador de una oleada de protestas todavía vivas. En medio de un clima de indignación y agravio, han elevado aún más la temperatura del conflicto episodios como el de la secretaria de Estado de Comunicación, Carmen Martínez de Castro, pillada in fraganti el sábado cuando expresaba su deseo de "hacerles un corte de mangas de cojones" y decirles "¡Pues os jodéis!" a los pensionistas que recibieron a Rajoy con una pitada en Alicante. Martínez de Castro se disculpó este lunes.
Miguel Arias Cañete, exministro de Agricultura con Mariano Rajoy y desde 2014 eurocomisario de Energía y Acción por el Clima, acaba de obtener las bendiciones oficiales de la Comisión Europea para seguir percibiendo simultáneamente dos ingresos de origen público: su sueldo como responsable comunitario en activo –unos 20.000 euros al mes– y una pensión de jubilación del Parlamento Europeo por haber ocupado un escaño en la Cámara de Estrasburgo.