Juantxo López de Uralde es ya formalmente el candidato de Equo a las elecciones generales. Y su primer triple mensaje con su nuevo traje –es la segunda vez que se lo pone, tras sus primeros comicios, los de 2011– es nítido: sí a la confluencia de la izquierda, sí a la unidad con Podemos y sí a la defensa del papel de IU en "muchas de las luchas sociales".
Las primarias abiertas de Equo se cerraron el sábado pasado y este lunes, 29 de junio, se proclamaron los resultados definitivos. Uralde, coportavoz federal de Equo desde 2001, ganó a sus dos contrincantes por un 50,5% de los votos. Rosa Martínez, colíder como él del partido verde –aunque sólo desde noviembre del año pasado–, se quedó segunda, con un 43,4% de los sufragios. Por último, el militante aragonés Ramón Claver (6,2%). La participación fue baja, del 9,87% sobre un censo total de 20.261 personas. En concreto, se emitieron 2.000 votos (el 52,68% de ellos, procedientes de militantes; el 51,04%, de independientes, y el 4,27% de simpatizantes).
Uralde, a través de un comunicado, señaló cuáles serán los tres ejes prioritarios de actuación de Equo: fortalecer la presencia del partido en la "marea de cambio", impulsar "el debate interno sobre la forma" en la que la fuerza verde ha de presentarse a las generales y "continuar con el trabajo previo de diálogo con otras fuerzas políticas para lograr una candidatura de confluencia amplia de las fuerzas comprometidas con la transformación de la política española".
El candidato subrayó que hay que "reconocer el papel determinante que ha jugado y está jugando Podemos", y por ello le apremió a jugar "un papel de liderazgo" en el proceso de unidad popular. Pero también le echa un capote a la federación de Cayo Lara: "Hay que subrayar que IU ha defendido durante mucho tiempo en solitario muchas de las luchas sociales que ahora compartimos". No es sorprendente que Uralde y Equo saquen la cara por IU. El coportavoz ya se reunió con el aspirante presidencial de IU, Alberto Garzón, y coincidieron en la fórmula para las generales: una única lista de toda la izquierda a imagen y semejanza de Barcelona en Comú o Ahora Madrid. Podemos, en cambio, se niega a ese formato: quiere acudir a las generales con sus siglas, con contadas salvedades, como Cataluña, Galicia o Valencia, donde no es aún la fuerza predominante de la izquierda y donde está dispuesto a buscar alternativas.
O relevante o que aspire a gobernar
López de Uralde gana las primarias abiertas en Equo
Para el cabeza de lista, "la confluencia amplia puede marcar la diferencia entre ser una fuerza relevante en el Parlamento o ser una fuerza de cambio que pueda aspirar a gobernar". Asimismo, confía en que la reunión que mantuvieron el miércoles pasado Alberto Garzón y Pablo Iglesias, en la que este le dejó claro que no habrá "ningún acuerdo electoral" entre Podemos e IU, "no fuera un punto final, sino el inicio de un proceso de diálogo". Pero nada hace prever que vaya a haber cambios en la posición de Podemos, vistas las acusaciones de los últimos días.
El fundador de Equo avanza que el partido entra en una "nueva fase" en la que hay que "sumar fuerzas" para lograr entrar en el Congreso –desde 2011, comparte un diputado con Compromís en la Cámara baja, el valenciano Joan Baldoví–, y conseguir que "las políticas verdes" sean un "referente" en España, como lo son "en otros países europeos". El comunicado concluye con el anuncio de Uralde de que se iniciará una ronda de contactos con plataformas y colectivos sociales para "enriquecer el programa de Equo" para las generales.
La elección del coportavoz como candidato evita una crisis interna en el seno de la formación. En el debate que mantuvieron Martínez, Claver y él mismo en la sala La Industrial de Madrid el pasado 20 de junio, adelantó que se plantearía dejar el coliderazgo de Equo en caso de no ser elegido. Una opción que no se planteó su compañera, Rosa Martínez, recién llegada a las labores de dirección federal.
Juantxo López de Uralde es ya formalmente el candidato de Equo a las elecciones generales. Y su primer triple mensaje con su nuevo traje –es la segunda vez que se lo pone, tras sus primeros comicios, los de 2011– es nítido: sí a la confluencia de la izquierda, sí a la unidad con Podemos y sí a la defensa del papel de IU en "muchas de las luchas sociales".