Iñaki Urdangariny su antiguo socio Diego Torres no pisarán la cárcel de momento para cumplir sus respectivas condenas a seis y ocho años hasta que el Supremo confirme la sentencia, lo que suele requerir un año. Esa es la principal consecuencia de las palabras que el fiscal del caso, Pedro Horrach, acaba de pronunciar en la comparecencia convocada por el tribunal para decidir qué tipo de medidas cautelares adopta respecto de los dos condenados. En ambos casos, Horrach solicita prisión, pero eludible bajo fianza. La que pide para Torres (100.000 euros) es menor que la solicitada para Urdangarin (200.000), con lo que de manera tácita el fiscal expresa que, al igual que el juez José Castro, tampoco él entiende que el cuñado del rey haya recibido una pena de cárcel más baja que su antiguo socio.
Dado que el tribunal en ningún caso puede imponer una medida cautelar más grave o costosa que las solicitadas en esta comparecencia o vistilla, y dado que la abogada que representaba a Manos Limpias, Virginia López Negrete, se ha retirado del caso, se da por seguro que los dos sentenciados seguirán en libertad porque cada uno de ellos podrá afrontar el pago de la fianza. "Fijar una cuantía millonaria habría entrañado el riesgo de que Urdangarin siguiera libre y que Torres hubiera tenido que ingresar de inmediato en prisión", explican fuentes del entorno de Horrach.
El, como adelantó infoLibre esta mañana de jueves, fiscal no cree que exista riesgo de fuga. Urdangarin y su familia siguen disponiendo de escolta policial española y en principio la seguirán teniendo tanto si permanecen en Ginebra (Suiza) como si acaban mudándose a Lisboa en el supuesto de que el tribunal no le prohíba la salida del territorio nacional.
Que los Urdangarin-Borbón se establezcan en la capital lusa es la hipótesis manejada con mayor fuerza en estos días. Pero, ya vivan en Ginebra o en Lisboa o en cualquier ciudad de España, una eventual e improbabilísima desaparición del marido de Cristina de Borbón se convertiría en un escándalo inasumible y aún mayor que el provocado por el expreso apoyo institucional que la hija de Juan Carlos I recibió del Gobierno desde su imputación y por la decisión de la Fiscalía de oponerse a su presencia en el banquillo de los acusados y la de pedir luego su absolución.
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Tampoco Torres ha hecho "nunca" ningún movimiento sospechoso, subrayan fuentes del caso. Fuentes del caso añaden que el fiscal no pone objeción a que Urdangarin pueda seguir viviendo fuera de España. El tribunal tendrá que decidir al respecto.
Pero fuentes cercanas a la Fiscalía aseguran que esa diferencia de importe en las fianzas solicitadas denota también otro hecho de calado: que pidiendo una caución inferior para Diego Torres, Horrach visibiliza su incomprensión. No ya por el hecho de que el tribunal haya rebajado a seis años y tres meses los 19,5 que pedía de cárcel para Urdangarin y a ocho los 16,5 que reclamaba para Diego Torres. La incomprensión de Horrach obedece a que la pena impuesta al cabeza visible y motor del Instituto Nóos, que obtenía convenios y contratos por su "proximidad a la Jefatura del Estado" sea inferior a la que tendrá que afrontar su número 2 si el Supremo confirma la sentencia.
Iñaki Urdangariny su antiguo socio Diego Torres no pisarán la cárcel de momento para cumplir sus respectivas condenas a seis y ocho años hasta que el Supremo confirme la sentencia, lo que suele requerir un año. Esa es la principal consecuencia de las palabras que el fiscal del caso, Pedro Horrach, acaba de pronunciar en la comparecencia convocada por el tribunal para decidir qué tipo de medidas cautelares adopta respecto de los dos condenados. En ambos casos, Horrach solicita prisión, pero eludible bajo fianza. La que pide para Torres (100.000 euros) es menor que la solicitada para Urdangarin (200.000), con lo que de manera tácita el fiscal expresa que, al igual que el juez José Castro, tampoco él entiende que el cuñado del rey haya recibido una pena de cárcel más baja que su antiguo socio.