Los vecinos logran paralizar el desahucio de la Casa Orsola, símbolo de la crisis de la vivienda
La comitiva judicial ha decidido aplazar el desahucio de Josep Torrent, un inquilino que denuncia que la propiedad quiere subirle el alquiler de 700 euros mensuales a 2.000, que se tenía que ejecutar este viernes en la Casa Orsola, en el Eixample de Barcelona, ante la que se han concentrado centenares de personas, según informa EFE. El Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) ha informado de que la comitiva judicial ha acordado "aplazar el lanzamiento ante la imposibilidad de llevarla a término en condiciones de seguridad".
El desahucio se ha aplazado hasta el martes 4 de febrero a las 5:00 horas, según el Sindicat de Llogateres, una hora mucho más temprana pero que no ha disuadido a las entidades de defensa de la vivienda de volver a convocar otra protesta.
En este sentido, el portavoz del Sindicat de Llogateres, Enric Aragonès, ha pedido desde el balcón de la Casa Orsola que se repita la movilización la noche del lunes al martes. La concentración frente a la Casa Orsola, en la calle Consell de Cent, ha obligado a cortar la circulación de vehículos en esa vía. En una gran pancarta colgada de la fachada del edificio puede leerse: "No nos podrán desahuciar, defendemos la casa Orsola".
Los vecinos de la Casa Orsola denuncian que cuando el fondo de inversiones Lioness Inversiones compró las dos fincas del edificio, en octubre de 2021, informó a los inquilinos de que deberían abandonar sus hogares al finalizar sus contratos.
Tres años después, Josep Torrent es el primer vecino del inmueble que se enfrentaba a un desahucio. Denuncia que la propiedad quiere echar a todos los inquilinos para hacer alquileres de temporada, subiendo la mensualidad de 700 euros que él pagaba a los más de 2.000 que abonan los nuevos vecinos.
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El Ayuntamiento de Barcelona y el Sindic de Greuges de la capital catalana han apostado en las últimas horas por la mediación para tratar de suspender el lanzamiento del desahucio previsto.
La concentración se vive en un ambiente tranquilo, amenizado por una banda de música en un balcón, tras una vigilia en la que el Sindicat de Llogateres organizó un maratón de actividades lúdicas y reivindicativas. "Tenemos que estar aquí para solucionar este problema, porque nos están comiendo poco a poco; hasta ahora nos hemos dejado comer, pero ahora los que tenemos hambre de guerra somos nosotros", ha declarado a EFE Cristiana, una de las concentradas.
"Es una vergüenza, la gentrificación de vecinos de Barcelona es una tónica y hoy es un día de resistencia y de lucha muy significativa para Barcelona", ha afirmado Eloi. Por su parte, Pau ha considerado que se deberían aplicar "leyes más fuertes que permitan apoyar al vecino de toda la vida en Barcelona y no a los fondos buitres". "Es triste, este barrio está cambiando mucho y se va gente de toda la vida", ha lamentado otra vecina de la zona, Mar.