El futuro de la izquierda

Ventajas y riesgos para PSOE y Podemos del pacto en Castilla-La Mancha

Emiliano García-Page, tras el acto de toma de posesión de José García Molina e Inmaculada Herranz.

El PSOE y Podemos certificaron este jueves el deshielo de sus relaciones con la entrada formal de dos consejeros del partido morado al Gobierno castellanomanchego liderado por el socialista Emiliano García Page. Tras meses de tensiones, la vuelta de Pedro Sánchez a la Secretaría General del PSOE ha acercado a los dos partidos, que han rubricado su primer pacto de coalición en una comunidad autónoma. Los expertos consideran que tanto para Podemos como para los socialistas hay más ventajas que inconvenientes en este acuerdo, aunque dudan de que la forma en la que se desarrolle sea decisivo para conformar otro pacto a nivel estatal.

Desde este jueves, el Gobierno de Castilla-La Mancha cuenta con dos nuevos altos cargos: el secretario general de Podemos en la región, José García Molina, se convierte en vicepresidente segundo de la Junta, mientras Inmaculada Herranz pasa a ser la consejera encargada de aplicar el "Plan de Garantías Ciudadanas". El Ejecutivo de coalición es el primero que comparten PSOE y Podemos en una comunidad autónoma, y el paralelismo con una eventual colaboración entre ambos partidos a nivel estatal no ha tardado en surgir. Pero mientras el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, se ha mostrado confiado en que el acuerdo pueda "marcar el rumbo" para los dos partidos a nivel estatal, Page fue el encargado de rebajar las expectativas: "Ni tiene por qué ser exportado este modelo ni nuestros errores tienen que ser imitados", aseguró el presidente socialista.

Lo cierto es que la única comunidad donde, a corto plazo, podría replicarse el pacto sería Baleares, donde las relaciones entre Podemos y el PSOE son buenas desde el inicio de la legislatura y donde el actual secretario general del partido morado, Alberto Jarabo, defiende la entrada al Gobierno de cara al congreso autonómico de la formación, que tendrá lugar en octubre. En el resto de autonomías donde Podemos apoyó la investidura de presidentes socialistas, la opción es mucho más lejana, ya sea por la mala relación entre ambos partidos (Aragón y Extremadura) o porque la dirección territorial no considera prioritario entrar al Gobierno (el caso de la Comunitat Valenciana).

Pero "está claro que Podemos ya ha roto el tabú de los gobiernos de coalición con los socialistas, y yo apuesto a que se van a generalizar a partir de 2019, porque para los socios junior del pacto, entrar al Gobierno tiene ventajas", explica Pablo Simón, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M). ¿Cuáles son esos beneficios? En primer lugar, Simón apunta a una cuestión técnica pero de vital importancia para el desarrollo de Podemos: "Les permitirá formar cuadros, rodarse y desarrollar estructura territorial", señala el experto, que también apunta que la colaboración en un Gobierno permite "desarrollar confianza" entre los dirigentes de cara a posteriores pactos.

"La anomalía, en realidad, es que no haya habido hasta ahora gobiernos de coalición, y si eso se ha producido es porque la estrategia autonómica estaba subordinada a la estrategia estatal", apunta Simón, que insiste en lo "incómodo" de mantener al mismo tiempo una posición de "oposición" y de sostenimiento del Ejecutivo. "Entrar al Gobierno es más ventajoso para Podemos, sobre todo si logra esquivar el riesgo de diluirse" y quedar desdibujado ante el PSOE, explica el politólogo, que precisamente señala éste como uno de los grandes riesgos para Podemos, sobre todo teniendo en cuenta que queda menos de la mitad de la legislatura.

"No es cierto que siempre el socio grande de una coalición se coma al pequeño, depende de las políticas que se apliquen o de cómo se repartan las carteras, pero sí que existe ese riesgo" para Podemos, plantea Simón. Y es que la diferencia de fuerzas entre los socialistas y el partido morado a nivel regional es evidente: mientras el PSOE cuenta con 15 diputados en las Cortes, Podemos únicamente tiene dos. Pero, para el profesor, los de Pablo Iglesias tienen la opción de sacar tajada de la colaboración incluso en esas circunstancias. "Es verdad que Compromís tiene una fuerza similar al PSOE en el Gobierno valenciano, pero también han sabido separar muy bien las carteras y se identifica perfectamente" la acción de cada partido, apunta Simón.

Las disensiones internas son otro de los grandes riesgos para Podemos que identifica el experto. "Cuando los partidos entran en un gobierno de coalición divididos, eso les penaliza, y en el caso de los partidos a la izquierda de la socialdemocracia, eso les suele penalizar mucho más", porque normalmente están sometidos a un escrutinio mayor de la opinión pública, apunta Simón. En este sentido, de los dos diputados autonómicos con los que cuenta Podemos en Castilla-La Mancha, el anticapitalista David Llorente ha criticado duramente la decisión de entrar en el Ejecutivo de Page y ha llegado a asegurar que García Molina ha "pasado del bonobús al coche oficial".

Un pacto que potencia el discurso de ambos partidos

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En cualquier caso, Máriam Martínez Bascuñán, profesora de Ciencia Política en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), apunta otra virtud del pacto tanto para el PSOE como para Podemos: su potencia a nivel discursivo. "Está claro que los dirigentes de los dos partidos han visto que, ahora mismo, pierden terreno si confrontan sus discursos, pero a la vez ellos siguen compitiendo por un electorado similar, por lo que si el electorado lo pide, hay que escenificar el entendimiento", interpreta Bascuñán, que sin embargo se muestra muy cauta sobre la posibilidad de extrapolar este pacto en Castilla-La Mancha a otros territorios o incluso a nivel estatal. "Hasta que no haya elecciones y quede claro el resultado no vamos a conocer realmente las intenciones de los partidos", zanja la experta.

Además, Bascuñán coincide con Simón en relación al provecho que puede sacar Podemos del pacto regional. "Si Podemos ha tenido tanto interés en entrar al Gobierno, imagino que piensan que pueden mantener cierta autonomía", sostiene la politóloga, que se muestra convencida de que en los poco menos de dos años que restan de legislatura el partido morado "escenificará desacuerdos en algún momento" para satisfacer a su electorado más receloso de los socialistas.

"Pero no deja de ser ganar experiencia" y, además, estar en el Gobierno permite a Podemos apuntarse tantos mediáticos con la implantación de políticas sociales, interpreta Bascuñán, algo que para ella son unas ventajas que superan a los riesgos. Y a Page, por su parte, le permite acercarse a Pedro Sánchez después de haber defendido en las pasadas primarias del PSOE el proyecto de Susana Díaz, contrario a pactar con Podemos, señala la experta.

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