La crisis del coronavirus
El veto británico disipa el sueño de una recuperación rápida y desnuda el monocultivo económico en Canarias y Balears
“Spain for sure”. “España seguro”. Ese fue el lema elegido por el Ministerio de Exteriores para proclamar ante el mundo que nuestro país “es fiable, puedes volver a visitarnos”. Un campaña de comunicación internacional que incluía algunos de los rostros más populares de españoles mundialmente conocidos, de deportistas a cocineros.
La iniciativa publicitaria se lanzó el 18 de junio, un mes después de que el presidente Pedro Sánchez anunciase la apertura de las fronteras españolas al turismo a partir del 1 de julio. “Les anuncio que habrá temporada turística este verano”, anunció ese día en una comparecencia por televisión. “Animo a los españoles a planificar sus vacaciones ya y aprovechar las maravillas de nuestra oferta nacional. Muchos podrán hacerlo desde prácticamente ya a finales de junio y en adelante”.Y apeló expresamente al turismo extranjero: “España os espera”, proclamó.
Cuatro semanas después de la llegada de los primeros visitantes, la escalada de rebrotes y la estadística de casos confirmados de la covid-19 ha dado pie al Gobierno del Reino Unido a someter a cuarentena a todos los viajeros procedentes de España, lo que en la práctica equivale a un cierre de fronteras. A pesar de que el Ministerio de Sanidad mantiene que la situación está bajo control y que es seguro viajar a España.
La decisión de las autoridades sanitarias del Ejecutivo británico amenaza con echar definitivamente por tierra la débil recuperación del sector turístico, el que más contribuye al PIB español y del que depende el grueso de la actividad económica de Canarias e Illes Balears, paradójicamente dos de las comunidades menos afectadas por la pandemia.
El turismo aporta a España el 12,3% del PIB y el 12,7% del empleo, según datos de la Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur). En las islas, en cambio, esas cifras se disparan: un 44,8% del PIB de Illes Balears y un 32% de sus puestos de trabajo y un 35% del PIB de Canarias y un 40,4% de su empleo.
La preocupación por Reino Unido está justificada. De los 83,7 millones de turistas extranjeros que visitaron España en 2019 la mayor parte procedían de ese país (18 millones). De Alemania llegaron el año pasado 11,1, de Francia una cifra similar, de los países nórdicos 5,5, de Italia 4,5 y de Estados Unidos 3,3, según datos del Instituto Nacional de Estadística. Juntos representan dos tercios del turismo extranjero en España.
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, puso cifras al desastre: la cuarentena británica puede costar al sector turístico español hasta 8.700 millones de euros si acaba siendo aplicada por Alemania, Francia e Italia. Sólo los ingresos procedentes de turistas británicos en agosto del año pasado ascendieron a 2.523 millones de euros, que se unen a los 2.048 millones de septiembre. Su pérdida puede resultar “devastadora” en el sector turístico y dar pie en otoño a un “aluvión de solicitudes de recursos económicos” para combatir las condiciones "muy delicadas" en las que se encuentra el sector este año.
Desde que el Gobierno de Boris Johnson anunciase su decisión, el sábado por la noche, el Ministerio de Asuntos Exteriores trabaja para intentar que reconsidere la medida o, en el peor de los casos, que la anule para las islas, en consonancia con los datos epidemiológicos de los dos archipiélagos, mucho mejores que los de Reino Unido. Se trata de parar una cuarentena catastrófica para los destinos turísticos más dependientes del extranjero y, de paso, evitar cualquier tentación de otros países de imitar a los británicos. Noruega ya anunció que desde este martes impondrá una cuarentena de diez días a todos los viejeros procedentes de España. Y Francia recomendó el viernes a sus ciudadanos que eviten viajar a Cataluña.
El Gobierno intenta desde este fin de semana convencer al Reino Unido de que “España se encuentra en un escenario de control” de la pandemia. En sus contactos con el Gobierno británico subrayan que “estaba previsto que aparecieran brotes y se están detectando precozmente y controlando, de acuerdo con el plan de respuesta temprana acordado con las comunidades autónomas”.
Mientras Exteriores insistía en los mensajes positivos, Exceltur era más directa a la hora de buscar culpables. Su vicepresdiente pidió “responsabilidad” a los medios de comunicación españoles. El clima “apocalíptico” que recogen es reproducido por los medios internacionales, asegura, que lo “multiplican por dos o tres”, ofreciendo por toda Europa un relato “mucho más grave de la situación que realmente se vive”.
El presidente Pedro Sánchez, en tono diplomático y en declaraciones a Telecinco, se ,imitó a calificar de “desajustada” la decisión británica desde el punto de vista epidemiológico y recalcó que su Ejecutivo está tratando de que recapaciten su decisión. “Las decisiones del Reino Unido están siendo desajustadas, muchos territorios tienen una incidencia acumulada de contagio inferior incluso a la media europea y también a la del Reino Unido”.
La ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, en contacto con las autoridades británicas desde antes de que se produjera el anuncio de cuarentena, confirmó que en las últimas horas España ha puesto a sus científicos al habla de sus colegas británicos para explicarles la situación y se mostró esperanzada en que estas gestiones “den sus frutos en breve”. “El diálogo continúa y confío en que la solidez de los datos y explicaciones españolas”, eclaró desde Turquía.
Corredores para Balears y Canarias
La ministra subrayó que la acción diplomática que España está llevando a cabo se hace en favor de todo el país, pero teniendo en cuenta “que hay dos zonas que tienen una especificidad, que son insulares, y que están muy por debajo cifras británicas”, justificó en referencia a la posibilidad de que se abran corredores para Canarias y Balears.
“El Gobierno de España no trabaja no solo con el Ejecutivo británico”, añadió la ministra de Industria, Reyes Maroto, “sino con el resto de países europeos". “A todos les estamos trasladado una información epidemiológica territorializada, porque queremos crear espacio de transparencia y seguridad”, subrayó.
Las iniciativas para tranquilizar al Reino Unido se sucedieron en las últimas horas. Los hoteleros españoles se ofrecieron a financiar la realización de pruebas en origen y destino a los viajeros para evitar cuarentenas y pidieron a la UE “medidas sanitarias urgentes” que garanticen la máxima seguridad de los turistas.
La Comisión Europea pidió a los países de la UE que las decisiones sobre cuarentenas obligatorias se tomen sin discriminar a unas regiones frente a otras en una situación epidemiológica similar. El portavoz de Salud del Ejecutivo comunitario, Stefan De Keersmaecker, reclamó coordinación pero reconoció que la decisión corresponde a los estados. “Desearíamos que se siguiese la misma cuarentena o enfoque con regiones que se encuentren en la misma situación para no crear discriminación entre diferentes áreas”.
El contraste lo puso el director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), el doctor Fernando Simón, que en referencia a la cuerentena decretada por los británicos obvió la situación del sector turístico y se centró en la cuestión sanitaria: “Desde el punto de vista sanitario estas decisiones nos ayudan, y es un riesgo que nos quitan”, declaró en referencia a que en Reino Unido también hay territorios con una situación epidemiológica desigual.
Las consecuencias de la decisión del Gobierno británico se hicieron notar este lunes en bolsa. Las compañías ligadas al sector turístico sufrieron una fuerte caída. La compañía IAG fue una de las más penalizadas con una caída del 5,99%, cerca de sus mínimos del año y de casi una década. El holding, que agrupa entre otras a aerolíneas como British Airways e Iberia, opera muchos vuelos entre los aeropuertos británicos y los más turísticos de España, sobre todo en verano.
Las dos cadenas hoteleras que cotizan en el Ibex, Meliá Hotels y NH Hoteles, también retrocedieron este lunes un 6,40% y un 4,35%, respectivamente. Amadeus, proveedora de soluciones tecnológicas para la industria de los viajes cayó un 2,66% y el gestor aeroportuario Aena cerró con pérdidas del 1,81.
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La presión sobre el Gobierno se dejo sentir desde bien temprano desde varias Comunidades Autónomas, entre ellas Andalucía, Comunitar Valenciana, Galicia o Cantabria, a pesar de que la cuarentena afecta, sobre todo, a Baleares, donde la dependencia del turismo extranjero en agosto está por encima del 85%, así como a Canarias, Costa Blanca y parte de Andalucía, especialmente la Costa del Sol, ya que, en el resto de la región, el 55% del turismo proviene de los propios andaluces.
La derecha parlamentaria pasó al ataque. El líder del PP, Pablo Casado, exigió al Gobierno de Pedro Sánchez que financie y “asuma el coste” de las pruebas PCR de los turistas que visiten España y una rebaja de impuestos para ayudar al sector. Delors Montserrat, portavoz del PP en el Parlamento europeo, justificó la decisión del Gobierno británico ante la inacción de Sánchez, que según ella está dejando toda la responsabilidad en manos de las comunidades autónomas en lugar de liderar la coordinación de todas ellas para dar“una única respuesta”.
Ciudadanos y también se mostró extremadamente crítico. “Esto ha sido una chapuza y no podemos consentirlo, el Gobierno tenía que haber tomado cartas en el asunto con anterioridad, tenía que haber previsto la situación y haber negociado con los países del entorno que nos nutren de turistas muchísimo antes”, declaró su portavoz adjunto, Edmundo Bal.