Los vetos cruzados anunciados en campaña alejan la opción de una Presidencia no independentista

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Todas las encuestas pronostican que el Parlament que saldrá de las elecciones del próximo 21D seguirá estando muy fragmentado, y los pactos serán claves para dilucidar quién accede finalmente al Gobierno de la Generalitat. Pero no parece que los partidos vayan a poner fácil la formación del nuevo Ejecutivo. Durante la campaña, prácticamente todas las formaciones han hecho públicos vetos a algunos de sus rivales, y la combinación de todos ellos deja prácticamente una única opción con posibilidades de formar Gobierno: que ERC, Junts per Catalunya y la CUP siguieran apostando por la vía unilateral y obtuvieran la mayoría absoluta, fijada en 68 diputados. Pero, a su vez, muy pocas encuestas pronostican una nueva mayoría absoluta de los secesionistas.

A poco más de una semana para que se celebren los comicios, la polarización sigue siendo la nota dominante de la campaña electoral y la gran pregunta que se formula a todos los candidatos es con quién estarían dispuestos a pactar tras el 21D para formar gobierno. Las encuestas, que hace unas semanas pronosticaban una cómoda victoria de ERC, ahora ya no son tan claras y registran una fuerte subida de Ciudadanos –que, en algunos casos, incluso se coloca en la primera posición– y también de Junts per Catalunya. Pero no se vislumbra ninguna mayoría estable de Gobierno.

Y es que todos los partidos están fijando fuertemente su posición durante la campaña electoral, y una parte de esa estrategia pasa por señalar las formaciones con las que nunca llegarían a un acuerdo. Incluso el fantasma de la repetición de las elecciones planea en el ambiente, ya que el mecanismo para elegir president es el mismo que se utiliza para escoger al presidente del Gobierno central: tras la primera votación de investidura fallida, las formaciones tienen un plazo de dos meses para ponerse de acuerdo, y si no lo hacen en ese plazo se convocarían automáticamente unos nuevos comicios "que deben tener lugar entre cuarenta y sesenta días después de la convocatoria", según señala el Estatut.

  ERC

Como todavía favoritos para ganar las elecciones, buena parte de las miradas se dirigen a los republicanos y a cuál será su política de pactos tras el 21D. Con su candidato, Oriol Junqueras, en prisión, quien está llevando el peso principal de la campaña es la secretaria general de ERC, Marta Rovira, y pese a que se había planteado la posibilidad de un tripartito junto a Catalunya En Comú Podem y el PSC, en las últimas semanas Rovira ha enfriado mucho esa posibilidad con su rechazo hacia los socialistas.

Compartir responsabilidades de Gobierno "implicaría un pacto con el PSC, y ahora mismo creo que es imposible", afirmó la dirigente en el debate que mantuvo con Inés Arrimadas hace unos días en el programa Salvados, de La Sexta. En esa misma emisión, Rovira pidió saber "dónde están los comuns", si bien no descartó un acuerdo con la lista que encabeza Xavier Domènech que, sin embargo, no sería suficiente por sí solo para garantizar una mayoría al candidato de ERC, según las encuestas. Pero el más contundente fue el diputado en el Congreso Gabriel Rufián, quien este lunes aseguró: "En Esquerra no pactamos con carceleros ni con expoliadores".

Por lo tanto –y descartado cualquier acuerdo entre ERC y el PP o Ciudadanos–, los únicos partidos con los que ERC ha dejado la puerta abierta a pactar son Junts per Catalunya y la CUP, además de Catalunya En Comú Podem. De hecho, pese a que en las últimas semanas los republicanos habían descartado explícitamente la confrontación directa con el Estado –Junqueras incluso ha utilizado este desistimiento para tratar de ser excarcelado–, el pasado domingo Toni Castellà, número 15 de la lista de ERC por Barcelona, aseguró que "si el día después [de las elecciones], habiendo ganado las fuerzas leales a la República, el Gobierno no acepta la negociación", su apuesta es recuperar "la vía unilateral".

  Junts per Catalunya

La plancha encabezada por el expresident Carles Puigdemont trata de no perder el liderazgo del bloque independentista. Y, para ello, su mensaje durante los días que lleva en marcha la campaña pasa por intentar que los partidos secesionistas se comprometan a apoyar la investidura de Puigdemont incluso aunque su lista quede por detrás de la de ERC en las elecciones. Su argumento es que las elecciones convocadas por el Gobierno a través del artículo 155 de la Constitución no son legítimas y tampoco lo es la destitución de Puigdemont, por lo que los separatistas sólo tienen la opción de restaurar el anterior Ejecutivo.

"La democracia pasa por restablecer las instituciones catalanas, y, por lo tanto, nuestro candidato tiene que ser siempre el president Puigdemont", aseguraba hace unos días Elsa Artadi, la jefa de campaña de Junts per Catalunya, en una entrevista en La Vanguardia. "No investiremos a ningún president diferente al president Puigdemont", señalaba en esa misma entrevista. Y en sus argumentarios, el razonamiento es incluso más claro: "Impulsar cualquier otro candidato (que no sea Carles Puigdemont) es legitimar el artículo 155 y el ataque a la democracia".

  Ciudadanos

Según las encuestas, la candidatura de Inés Arrimadas peleará con ERC por ser la más votada el próximo día 21 de diciembre. Pero, incluso aunque eso fuera así, no implicaría automáticamente que Ciudadanos accediera al Gobierno de la Generalitat: su apuesta, y lo afirman claramente desde hace semanas, es la de alcanzar un pacto con el PSC y el PP para obtener sus apoyos de cara a la investidura, y al menos conseguir que Catalunya En Comú Podem se abstenga en la votación.

"A mí me gustaría que Podem, o Podemos, o como se presente esta vez, pudiera abstenerse para que haya un Gobierno alternativo y no alargar el procés", afirmó Arrimadas en Salvados, mientras el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, ha prometido prestar sus votos al candidato del PSC, Miquel Iceta, si él es el más votado del bloque no independentista. Los únicos vetos del partido naranja son a los partidos independentistas, y ese es precisamente el leit motiv de la campaña de Ciudadanos.

  PSC

Pero los planes de Ciudadanos podrían encontrarse con varios escollos, a tenor de lo escuchado en lo que va de campaña. Iceta ha asegurado que no piensa hacer presidenta a Arrimadas porque su partido "piensa que la solución sólo es decir 'no' a la independencia en Cataluña". "Recuperar el estatuto, han dicho que no. Una mejor financiación, no les veo muy por la labor. Más inversiones en Cataluña y que se gestionen desde allí, no dicen nada. Que la lengua, la cultura y la educación sean competencias estrictas de la Generalitat, les parece mal [...]. Y sobre la reforma constitucional, ellos lo que proponen es recentralizar un poquito", criticó Iceta en El Objetivo de La Sexta, donde avisó de que si el programa de Ciudadanos "va por ahí", el PSC "no" lo apoyará.

De la misma manera, Iceta también descarta apoyar como president a un candidato de ERC, si bien no cierra la puerta a recabar los apoyos de los republicanos para que lo apoyen en su carrera a la Generalitat. "Hagan lo que hagan", el PSC "seguro" va a votar en contra de Junqueras o Rovira, si alguno de los dos se presenta como candidato, sostuvo Iceta en El Objetivo. "ERC va diciendo hasta ahora que ellos lo que harán es realidad la república, y que van a promover una campaña de desobediencia para hacerla irreversible. Pues a nosotros que no nos llamen, que no pierdan el tiempo", señaló.

  Catalunya En Comú Podem

Por su parte, los votos de Catalunya En Comú Podem podrían ser los más codiciados si ninguno de los dos bloques de partidos consiguieran por sí solos la mayoría absoluta. Y la coalición entre Catalunya En Comú y Podemos también tiene sus vetos: no negociarán nada ni con Ciudadanos, ni con el PP, ni con Junts per Catalunya, los tres principales partidos de derechas que se presentan a las elecciones. "No vamos a hablar con el PDeCAT, que ahora se llama Junts per Catalunya, porque son los responsables de empobrecer a las clases populares en Cataluña; no vamos a hablar con García Albiol porque no somos xenófobos y no nos parece bien utilizar el manual de Marine Le Pen para hacer campaña; y tampoco vamos a hablar con Ciudadanos, que tiene la misma posición que el PP en lo económico y en lo territorial tiene una posición todavía más pirómana", señaló el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, en una entrevista con infoLibre hace unas semanas.

Así las cosas, la opción preferida por la candidatura liderada por Xavier Domènech es un tripartito junto a ERC y el PSC. Pero, más allá de los recelos que estas formaciones tienen entre sí, los comuns también tienen condiciones para dar su apoyo a socialistas o republicanos: que el PSC abandone "la vera de Rajoy, la hoja de ruta del PP y la represión" y ERC "se posicione claramente por resolver los problemas de los catalanes" y renuncie a la construcción de "una supuesta república catalana". Es decir, que los socialistas dejen de apoyar el 155 y los republicanos, la vía unilateral.

  PP

El candidato del PP, Xavier García Albiol, apuesta por constituir un Gobierno con Ciudadanos y el PSC apoyando al candidato no independentista más votado y entrando al Ejecutivo. Pero, sin embargo, Albiol tiene una condición: que en ese eventual acuerdo no esté Catalunya En Comú Podem, pese a que sus votos podrían ser necesarios. "Apostamos por un gran acuerdo en favor de la reconciliación, y eso pasa por un Govern de no independentistas", pero para ello PSC y Ciudadanos deben evitar las "tentaciones" de "llegar a acuerdos con partidos muy poco respetables" como los comuns, ha afirmado el líder del PP catalán durante la campaña.

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  CUP

La CUP, por su parte, lo tiene claro: sólo apoyará una investidura, incluso si es de un presidente independentista, si éste se compromete a continuar con la vía unilateral y no recula hacia el "autonomismo". Su candidato, Carles Riera, lo aseguró así hace unos días en una entrevista en RAC1, donde señaló que "hay un mandato del 1 de octubre y una decisión democrática del Parlament que proclamara la república". "La CUP se presenta para seguir con esta hoja de ruta republicana, más allá de revertir los efectos del 155", sostuvo Riera, que afirmó que los anticapitalistas están dispuestos incluso a entrar en un Gobierno de concentración secesionista.

"Ahora bien, si se trata de continuar haciendo autonomía, con nosotros que no cuenten", afirmó el líder de la lista de la CUP, que tachó de "inquietante" el hecho de "leer los programas de Junts per Catalunya y ERC, porque parece que estén por volver a hacer autonomía". "Nosotros queremos aplicar la ley de transitoriedad que aprobó el Parlament", por lo que "si tenemos una propuesta de presidencia que quiere aplicar el Estatuto de Autonomía, con nosotros no contarán", planteó.

Todas las encuestas pronostican que el Parlament que saldrá de las elecciones del próximo 21D seguirá estando muy fragmentado, y los pactos serán claves para dilucidar quién accede finalmente al Gobierno de la Generalitat. Pero no parece que los partidos vayan a poner fácil la formación del nuevo Ejecutivo. Durante la campaña, prácticamente todas las formaciones han hecho públicos vetos a algunos de sus rivales, y la combinación de todos ellos deja prácticamente una única opción con posibilidades de formar Gobierno: que ERC, Junts per Catalunya y la CUP siguieran apostando por la vía unilateral y obtuvieran la mayoría absoluta, fijada en 68 diputados. Pero, a su vez, muy pocas encuestas pronostican una nueva mayoría absoluta de los secesionistas.

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