Este viernes se cumplen doce años de los atentados terroristas del 11 de marzo. Más de 140 meses de dolor enquistado en los cuerpos y mentes de los 1.758 heridos, con nombres y apellidos, y de los familiares de las 192 personas cuya vida fue arrebatada en cuatro trenes de la red de Cercanías aquella mañana en la que toda España quedó paralizada. El segundo ataque de estas características más importante de Europa en un país en el que estábamos acostumbrados a un sólo tipo de terrorismo: el de ETA. Con el objetivo de rendir homenaje, la capital acogerá a lo largo del día diferentes actos, organizados por las asociaciones de víctimas y las propias instituciones.
En este nuevo aniversario, infoLibre quiere conocer las demandas de las organizaciones doce años después de la tragedia. Sobre todo en el actual momento político, donde el tablero de juego se encuentra extremadamente fragmentado y la posibilidad de formar Gobierno se torna cada vez más remota. Para ello, este diario se ha puesto en contacto con Pilar Manjón, presidenta de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo, y Ángeles Domínguez, su homóloga en la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M (AAV-11M). Las principales demandas de las dos asociaciones giran en torno a su situación económica, al abandono que sienten por parte de las instituciones, al uso partidista de las víctimas y al deterioro de los monumentos en recuerdo de los afectados en los atentados.
Recorte y retraso en las subvenciones
Hasta el año 2016, el Ministerio del Interior ha concedido a las asociaciones y fundaciones que representan a las víctimas del 11-M un total de 5,44 millones de euros en subvenciones. En concreto, la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT) ha recibido desde el año 2004 un total de 2,5 millones de euros, 200.000 euros más que la que preside Pilar Manjón, que ha percibido un montante de 2,25 millones de euros, y dos millones por encima de la que dirige Domínguez, con 530.587 euros hasta este año. "Nos han recortado la ayuda. Al preguntar el motivo por el que, desde que entró el PP en el Gobierno, no percibimos la misma cantidad que la AVT, se nos ha dicho que se reparten en función del número de víctimas que tenemos en la asociación. Eso es una falacia, una mentira. Nunca nos han pedido nuestro libro de socios", explica Manjón, que pide "equidad" en este sentido.
A nivel autonómico, también existen problemas. La Comunidad de Madrid se ha atrasado en el pago de las ayudas concedidas para 2015 a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M. Unas subvenciones que nunca ha recibido, sin embargo, la Asociación 11M Afectados del Terrorismo. "A día de hoy estamos en una situación económica muy mala", explica Domínguez a este diario. Desde el Ejecutivo regional indicaron que había un retraso en la convocatoria de la anterior administración, algo que prometieron solventar con otra en el primer trimestre de 2016 que duplicaría la cuantía. Sin embargo, a fecha de hoy, siguen sin tener noticias. "El personal de las asociaciones tiene que cobrar y tiene que vivir", señala la presidenta.
Por este motivo, la AAV-11M hizo público el pasado mes de febrero un número de cuenta con el objetivo de superar el bache financiero recibiendo donanciones de los ciudadanos. Una situación que, según señaló Eloy Morán, de la junta directiva, les obligó "a prescindir de un porcentaje muy alto de la plantilla" y a cesar "el desarrollo de talleres asistenciales para las víctimas y sus familiares". "Si nos puede echar una mano la sociedad civil dentro de sus posibilidades, podremos mantenernos durante un tiempo", afirma Domínguez. Sin embargo, preguntada por el éxito de la iniciativa, reconoce que no han conseguido recaudar mucho dinero: "La gente está en otras cosas. Últimamente estamos muy inmersos a nivel político", apunta.
Abandono de las instituciones
Ambas coinciden en recalcar un abandono por parte de las instituciones. A pesar de que el Ministerio del Interior ha dedicado, durante estos últimos doce años, 318,78 millones de euros de ayudas directas a las víctimas, además de mantener activas todas las áreas de la Dirección General de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo que se ocupan de la atención integral de los afectados por el 11-M, las presidentas de las dos asociaciones no dudan en poner esta situación sobre la mesa. "Somos las víctimas del vagón de cola", apunta Manjón.
Domínguez, sin embargo, es más contundente: "Piensas que el Estado las protege al 100%, pero luego te das cuenta de que realmente no es así", asevera. Además, critica la falta de información: "Si tú, como víctima, no te asocias, no conoces tus derechos. Las instituciones tendrían que tener cauces para, cuando tienen localizada a la víctima o la familia, darle respaldo, pero no sólo ese día", explica. En este sentido, la presidenta de la AAV-11M lamenta que el Ministerio del Interior no se haya puesto en contacto con los afectados de los atentados doce años después de aquella tragedia."Sigo esperando esa llamada", dice.
La cartera que dirige en funciones Jorge Fernández Díaz cuenta, según se recoge en un comunicado de prensa difundido el pasado jueves, "con un equipo multidisciplinar especialista en la atención social y psicológica que se dedica al seguimiento de estas personas y de sus familiares". Aunque este año no ofrecen la cifra de psicólogos, en 2014 contabilizaban un total de ocho para las 1.758 víctimas y los familiares de los 192 muertos. "A mí me parecen muy pocas", apunta Domínguez, que critica que la ayuda en este sentido la den por un tiempo de seis meses. "Cuando se tienen medios, se puede coger personal y al cabo de unos años tener a más gente preparada", apunta.
Pacto de Estado para dejar de ser un arma política
Las dos asociaciones se sienten utilizadas por los partidos políticos. Y no dudan en afirmarlo. "Sí, se nos ha utilizado para su conveniencia, como si fuéramos entes. Pero no, somos personas con nombres y apellidos. En ocasiones, nos hemos sentido ninguneadas", asegura Domínguez, que lamenta que se acuerden de las víctimas "en épocas muy determinadas o cuando quieren hacerse la foto". "Que nos olviden, que nosotros no somos sus abanderados para las campañas políticas. Que pasen de nosotros con su circo", responde de forma categórica Pilar Manjón, que pone como ejemplo, en este sentido, la polémica de los titiriteros: "Que yo no estoy ofendida", apunta.
Por este motivo, la presidenta de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo pide un pacto de Estado para dejar de ser "ariete de posturas políticas". "No demandaría nada más. Déjennos en paz, salvo que quieran cuidarnos, porque no somos sus muñecos. Queremos ser víctimas del terrorismo con todo el honor, que se nos respete, que no se nos ultraje y que si se hace sea perseguido, así como todas las amenazas que recibimos", concluye.
Abandono de los monumentos de homenaje
Ver másVidas cruzadas en las vías del 11M
Las dos asociaciones ponen también el foco en el abandono, por parte de las instituciones, de los diferentes monumentos de recuerdo a todos los afectados en el mayor atentado terrorista de la historia de España. "Es una pena. Para que las cosas duren en el tiempo, hay que mantenerlas. Hacer un jardín es fácil, mantenerlo es complicado", señala en conversación con infoLibre la presidenta de la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M.
Un asunto que estalló el pasado mes de noviembre, cuando los medios de comunicación denunciaron el estado en el que se encontraba, concretamente, el monumento del 11-M en la estación de Atocha. La lona de plástico, que contiene frases de homenaje a las víctimas y recubre el cilindro de cristal exterior situado en la plaza del Emperador Carlos V, permaneció durante dos meses en el suelo debido a la falta de funcionamiento del compresor de aire que lo mantiene en su posición. Además, según un informe del mes de febrero de 2015, reveló que el Ayuntamiento de Madrid no ha pagado durante seis años el mantenimiento del memorial. Tras ser reparado en diciembre, el Consistorio de la capital decidió incluir una partida en los presupuestos de 2016 de 220.000 euros para elaborar un diseño estable.
"Pero no sabes la última. A comienzos de esta semana me llamó una víctima que perdió a su hijo el 11-M, después de ir al monumento que hay en Parla y ver que habían retirado la placa de homenaje. La quitaron sin preguntarle. Cuando acudió al Ayuntamiento, le aseguraron que habían avisado a todos los familiares: 'Hemos hablado con Francisco, su marido', le dijeron. Sin embargo, él murió hace tres años de un ictus. Intentaron mentirla", lamenta Manjón. La presidenta de la Asociación 11M Afectados del Terrorismo no quiere acabar la conversación sin hacer una última denuncia: "Esta semana la revista Interviú ha publicado una entrevista con el minero que vendió los explosivos. Con un tipo condenado a 40 años. A mí es algo que me ha quebrado el corazón", afirma y, con la voz entrecortada, añade: "No entiendo por qué nunca nos dejan llegar en paz, en sosiego, al 11 de marzo".
Este viernes se cumplen doce años de los atentados terroristas del 11 de marzo. Más de 140 meses de dolor enquistado en los cuerpos y mentes de los 1.758 heridos, con nombres y apellidos, y de los familiares de las 192 personas cuya vida fue arrebatada en cuatro trenes de la red de Cercanías aquella mañana en la que toda España quedó paralizada. El segundo ataque de estas características más importante de Europa en un país en el que estábamos acostumbrados a un sólo tipo de terrorismo: el de ETA. Con el objetivo de rendir homenaje, la capital acogerá a lo largo del día diferentes actos, organizados por las asociaciones de víctimas y las propias instituciones.