401 votos a favor, 284 en contra, 15 abstenciones y 7 nulos. Ursula Von der Leyen ya tiene oficialmente entre sus manos por segunda vez la batuta de la Comisión Europea. La exministra alemana de Defensa se pone al frente de la institución materializando un gran pacto entre conservadores, socialdemócratas y liberales, con el apoyo externo de verdes y dejando fuera de la ecuación a la ultraderecha. Europa marca su rumbo.
Von der Leyen, del PPE, logró sacar adelante este jueves su elección al frente de la Comisión con mayoría absoluta (necesitaba como mínimo 360 votos) en un Pleno en el que se visualizó la apuesta de las instituciones europeas por la estabilidad y por la fórmula tradicional de grandes consensos que ha dominado la UE en las últimas décadas. A pesar del crecimiento de la ultraderecha, los partidos ultra no han logrado ser decisivos en el reparto de los top jobs y no serán capitales en la gobernabilidad.
Además, supone un gesto a todo el continente sobre las alianzas en un momento en el que los ultras dominan gobiernos como los de Italia, Hungría y Holanda o forman parte de ejecutivos tan importantes como el de Finlandia, además de haber sido, por ejemplo, primera fuerza en las europeas en Francia. El PPE, que coqueteó con estas opciones durante la campaña, finalmente ha unido sus fuerzas con socialdemócratas y liberales.
Una fórmula de cordón sanitario en Europa que precisamente no tiene su reflejo por parte del PP en España, aunque Alberto Núñez Feijóo trate de identificar su imagen con la de Von der Leyen. A pesar de la ruptura por parte Vox de los gobiernos de coalición con los populares, los barones de Génova 13 siguen apostando por acuerdos con la ultraderecha para aguantar la legislatura. Y, además, no se ha quebrado ninguno de los 140 ayuntamientos en los que cohabitan desde el 28 de mayo del año pasado.
Las claves de Von der Leyen
El discurso de Von der Leyen fue el ejemplo más claro de los equilibrios con los que tiene que jugar en esta nueva legislatura. Su promesa más potente fue la de elaborar un plan de vivienda asequible, que ha sido precisamente la medida con la que más ha presionado el grupo socialdemócrata para garantizar sus votos a la alemana. Hasta el momento no se había considerado como un gran tema europeo al tener las competencias los Estados miembros, pero ahora se quiere convertir en uno de los focos principales de la institución.
La presidenta de la Comisión también ha recogido algunas propuestas de los socialdemócratas como la puesta en marcha de una cartera de Igualdad en la que se elaborará, por ejemplo, una estrategia de trato para las personas LGTBi y un nuevo plan de lucha contra el racismo. Von der Leyen también volvió a abrazar parte del discurso contra el cambio climático por la necesidad de contar con el voto de los verdes, dejando atrás parte del argumentario del PPE durante la campaña sobre las dudas del Pacto Verde ante el crecimiento de la ultraderecha. Una de sus grandes promesas es un plan de adaptación climática, además mandó un mensaje de conservación ambiental a pesar de las duras protestas de los agricultores en los últimos meses en Bruselas.
Von der Leyen tiene ahora por delante un complicado verano en el que debe encajar las difíciles piezas del puzle de los miembros de la Comisión. Al quedarse fuera de los top jobs, Francia e Italia presionan ya para conseguir algunos de los puestos clave (normalmente en carteras económicas). España ya lleva tiempo negociando de manera discreta con una apuesta clara sobre la mesa: una vicepresidencia con competencias relacionadas con energía y medio ambiente para Teresa Ribera, que encabezó la papeleta del PSOE el pasado 9J. La previsión de la presidenta es reunirse con los Estados a lo largo de agosto para perfilar su equipo. En este camino además se ha encontrado con que muchos gobiernos le piden que no acapare tanto poder en la toma de decisiones y evite algunos vicios de la pasada legislatura, sobre todo mirando a su todopoderoso jefe de gabinete, Bjoern Seibert.
Freno a la ultraderecha
El grupo socialdemócrata también ha advertido de que la legislatura debe respetar ese cordón sanitario contra la ultraderecha. Fue la española Iratxe García, líder de los progresista en la Eurocámara, quien lo explicitó ante Von de Leyen durante la celebración del debate en el Pleno: “Frente a la aspiración de la extrema derecha de volver a la Europa de las naciones que trajo las dos catástrofes mundiales, el 9 de junio ganó la Europa de la paz y del progreso. El compromiso de la familia socialdemócrata es firme, seremos el muro de contención de la extrema derecha en toda la UE. Señora Von der Leyen, ante el auge de la extrema derecha, estamos obligados a hacer un examen de conciencia. Hace mucho tiempo que venimos advirtiendo de que asumir las ideas de la extrema derecha sólo conducirá a dar credibilidad a fuerzas que quieren acabar con el modelo de progreso y libertad”.
En el Pleno también intervino la eurodiputada española del PP Dolors Montserrat, que ignoró el pacto contra la ultraderecha y quiso cargar contra el Ejecutivo español. “Es importante redoblar la defensa de los valores europeos. Es inadmisible que gobiernos nacionales amnistíen a prófugos corruptos para mantenerse en el poder. Es preocupante que gobiernos nacionales señalen a jueces por investigar supuesta corrupción y amenacen con silenciar a la prensa crítica que informe. Eso ocurre hoy y es una anomalía democrática que Europa no puede permitir”. De esta manera, la parlamentaria caía en la contradicción de criticar el reglamento de medios que ella misma votó a favor en Estrasburgo y que ahora va a implementar de manera obligatoria La Moncloa dentro de plan de regeneración democrática.
El cordón a la ultraderecha que se materializó este jueves en el Parlamento Europeo no se extenderá en España. A pesar de la salida de Vox de los gobiernos de Murcia, Aragón, Castilla y León, Extremadura y Comunidad Valenciana, el puente se mantiene tendido. Desde el Gobierno central se advierte de que sólo el PP podrá desprenderse de esos socios y girar al centro con sus políticas, por lo que le han retado a romper en los consistorios y a pactar la reforma de la ley de extranjería que el martes se someterá a la primera gran votación en el Congreso con su toma en consideración.
Desde Bruselas se arranca una nueva etapa, en la que Von der Leyen se ha conjurado también para luchar contra la polarización y en la que se ha logrado frenar también en Francia el ascenso de la ultraderecha. Pero en las instituciones son conscientes de que esas fuerzas ultra siguen subiendo y no se puede estimar si han tocado a su techo electoral. Una de las claves, como confiesan los principales dirigentes, es que los ciudadanos vuelvan a conectar con el proyecto en un momento también muy inestable geopolíticamente con conflictos como el de Ucrania y el de Palestina. Además, en el corazón europeo se contiene el aliento mirando a Estados Unidos y la posible victoria de Donald Trump en las elecciones de noviembre.
401 votos a favor, 284 en contra, 15 abstenciones y 7 nulos. Ursula Von der Leyen ya tiene oficialmente entre sus manos por segunda vez la batuta de la Comisión Europea. La exministra alemana de Defensa se pone al frente de la institución materializando un gran pacto entre conservadores, socialdemócratas y liberales, con el apoyo externo de verdes y dejando fuera de la ecuación a la ultraderecha. Europa marca su rumbo.