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Las decisiones del nuevo CGPJ muestran que el empate pactado entre PP y PSOE favorece a la derecha

Vox elogia a Ayuso pero avisa de que tendrá que elegir entre ellos o mantenerse fiel a Casado

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Fernando Varela

Vox está convencido de que el 4 de mayo tendrá la llave del gobierno de Madrid. Y aunque no oculta que en ningún caso facilitará, por acción o por omisión, que la izquierda se haga con el control del ejecutivo madrileño —“nuestro enemigo es el comunismo y hay que hacer frente a las políticas que arrebaten a los madrileños la libertad, que traen miseria y ruina”, proclamó la candidata Rocío Monasterio—, el apoyo de la formación ultra a la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, no será gratis.

Para empezar, esta vez quieren estar en el gobierno. Dan por despejado el obstáculo de Ciudadanos —creen que los naranjas desaparecerán de la Asamblea al no conseguir ni el 5% de los votos que la ley exige para entrar en el reparto de escaños— y cuentan con que Ayuso no tenga escrúpulos a la hora de darles acceso, por primera vez, a tareas de gobierno.

La formación de Santiago Abascal nunca ha ocultado su simpatía por Ayuso. La consideran una de las suyas y se muestran particularmente de acuerdo con su discurso anticomunista y sobre todo con su apuesta por mantener abiertos en los peores momentos de la pandemia los establecimientos de hostelería, en contra de lo que hizo el resto de España, incluidas las comunidades gobernadas por el PP.

Pero la tratan como una excepción. Y la distinguen expresamente de Pablo Casado, a quien siguen señalando como adversario desde que el pasado mes de octubre se enfrentó Abascal en la moción de censura y votó en contra de acabar con la presidencia de Pedro Sánchez y con su gobierno “socialcomunista”.

El portavoz del PP en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, no pudo ser más explícito este martes. “Yo a la señora Ayuso le tengo estima y afecto. Creemos que no ha sido una mala presidenta”, pero “no lidera una agrupación independiente de electores”, advirtió. “Es la candidata del PP. Cuando acabe todo esto”, en referencia a las elecciones, “probablemente formará parte de un Gobierno y una de dos: o depende de Génova o depende de Vox. Yo creo que más vale que dependa de Vox, porque como dependa de Génova ya sabemos los bandazos que pueden pegar”, añadió en referencia a la los vaivenes de Casado en su proclamada ruta hacia el centro.

Sobre la expectativas de Vox dejó pocas dudas la más que probable candidata de este partido, Rocío Monasterio. Esta vez, declaró en una entrevista en Antena 3, su formación va a entrar en el Gobierno de Madrid y gracias a ello, añadió, va a haber “sensatez” frente al “bochorno y el espectáculo” que se está viviendo ahora.

Y los ultras ya ponen condiciones. Espinosa de los Monteros se extendió en rueda de prensa para subrayar lo que les separa del PP y que, si llegan al gobierno de Madrid, serán las bases de la política que tratarán de aplicar. Los “pilares del auténtico patriotismo“, explicó: libertades, servicios sociales, protección de los barrios, dignidad laboral y familia.

Inmigración e islamismo

La campaña de Vox, con la que espera distinguirse del PP no va a ser muy distinta de la que acaba de desarrollar en Cataluña asociando inmigración a delincuencia e islam a terrorismo. Propondrá a los madrileños “seguridad en las calles” y “tolerancia cero con la inmigración ilegal”. Prometerán acabar con “los problemas de convivencia” que sus líderes se empeñan en atribuir a los menores inmigrantes no acompañados y con el “alto coste” que, aseguran, tienen para “los españoles” los centros de acogida de estos niños. Denunciarán la supuesta tolerancia de las autoridades con las “mezquitas salafistas” que “otros partidos parece que quieren pasar por alto”. Exigirán que “la prioridad” de las ayudas públicas sean “los españoles”. Y volverán a poner el foco en el problema de la ocupación de viviendas: “Que un particular pierda su vivienda a manos de unos ocupas es el fracaso de los políticos que no han sabido gestionar un parque de viviendas”.

Todo eso sin olvidar un componente social, porque “en la Comunidad de Madrid faltan viviendas sociales. Y nosotros tenemos un programa muy claro de promoción de estas viviendas”, subrayó Espinosa de los Monteros.

Porque Vox sabe el eco cada vez mayor que tiene en zonas deprimidas y en especial entre los ciudadanos más perjudicados por las consecuencias de la pandemia. Por eso tratarán de marcar distancias con el PP defendiendo lo que llaman “un programa de estabilidad y dignidad en el empleo y la defensa de ciertos servicios públicos que no han sido suficientemente defendidos en estos años”.

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Y poniendo el foco en los municipios del sur, que claramente quiere disputar a la izquierda. “Hemos hablado de un plan general para paliar las diferencias entre el norte y el sur de la Comunidad de Madrid”, Ese sur “que antiguamente se conocía como el cinturón rojo” y que según Espinosa de los Monteros , “hoy se conoce como cinturón verde, porque son poblaciones donde Vox tiene enorme implantación y fuerte arraigo”.

Si llegan a Gobierno, exigirán recortes. “Yo creo que en Madrid vamos a tener que elegir entre servicios públicos y ciertos chiringuitos que seguimos financiando”. El PP, recordó, lleva décadas en el Ejecutivo y “no ha querido finiquitar las subvenciones a muchos de esos chiringuitos”. Por eso Vox defenderá “una auditoria de la gestión y de los gastos en la Comunidad de Madrid”. Para muestra, un botón: sólo del examen de las cuentas de proyecto de Presupuestos que finalmente no se debatirá por la convocatoria de elecciones, los ultras aseguran haber “identificado más de 100 millones de euros perfectamente suprimibles en beneficio de los madrileños”.

Vox cree que también puede marcar diferencias con el PP en políticas de fomento de la natalidad y apoyo a la familia. Y planea usar su influencia con Ayuso para revisar leyes que tacha de progres y supuestamente “avanzadas” en “defensa de colectivos muy especiales y muy premiados” por parte de la Comunidad de Madrid.

Vox está convencido de que el 4 de mayo tendrá la llave del gobierno de Madrid. Y aunque no oculta que en ningún caso facilitará, por acción o por omisión, que la izquierda se haga con el control del ejecutivo madrileño —“nuestro enemigo es el comunismo y hay que hacer frente a las políticas que arrebaten a los madrileños la libertad, que traen miseria y ruina”, proclamó la candidata Rocío Monasterio—, el apoyo de la formación ultra a la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, no será gratis.

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