El Parlamento Europeo pide que se investiguen las injerencias rusas en el 'procés' que publicó la prensa
No tiene valor jurídico ni efectos prácticos, pero sí un impacto político innegable. El Parlamento Europeo aprobó este jueves, por amplia mayoría (433 votos a favor, 56 en contra y 18 abstenciones) una resolución que pide que se investiguen las injerencias rusas en Europa, entre ellas las que se hubieran producido durante el procès. El juez Joaquín Aguirre tiene abierta una investigación a Víctor Terradellas, ex responsable de Relaciones Internacionales de la extinta Convergència, antecesora de Junts. También investiga a Lluís Alay, jefe de gabinete del expresidente Carles Puigdemont y a Jaume Cabaní, un informático que trabajaba para ellos. La ley de amnistía, en proceso parlamentario, no incluye los delitos de traición.
Los eurodiputados piden que las autoridades nacionales investiguen esas injerencias rusas y las relaciones de miembros del independentismo con agentes rusos. Esa supuesta injerencia es, según la Eurocámara, “parte de una estrategia más amplia para desestabilizar a la UE”. Porque nadie cree que si el Kremlin apoyó o quiso de alguna forma la independencia de Cataluña o al menos alimentar el procés fuera por amor a Puigdemont y sus compañeros de viaje sino como un plan más grande para fomentar la desestabilización política de la Unión Europea en su conjunto.
La resolución asegura que la Eurocámara está “preocupada por las supuestas relaciones entre los secesionistas catalanes y la Administración rusa” y señala su “preocupación por las campañas de desinformación a gran escala que Rusia llevó a cabo en Cataluña”, además de los supuestos contactos de agentes rusos con responsables independentistas. También “deplora los ataques a jueces que investigan actividades de injerencia” rusa. La resolución entra en otros asuntos, como el miedo a las actividades rusas de cara a las elecciones europeas del próximo 9 de junio y dice que Rusia busca “influencia política y económica para desestabilizar la democracia en la Unión Europea”.
No es la primera vez que la Eurocámara muestra malestar por la inacción general de los gobiernos en la investigación de las supuestas injerencias rusas (en España se señala el procés, pero en otros países hay otros escándalos, como la financiación del partido de Marine Le Pen en Francia o las relaciones de la extrema derecha de La Lega de Matteo Salvini en Italia, del FPO austríaco o el apoyo ruso al Brexit, aunque desde la guerra en Ucrania la extrema derecha europea, en general, se ha vuelto antirusa). Tampoco es, previsiblemente, la última vez que la Eurocámara tratará el asunto, que las derechas mantienen vivo.
Gran parte del texto se centra en las injerencias rusas en general y en el caso de la eurodiputada letona Tatiana Danoka, de quien se acaba de saber que lleva años trabajando como agente de los servicios de inteligencia rusos.
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Los eurodiputados socialistas españoles votaron a favor de la resolución, como han hecho en el pasado con textos similares. En 2021 ya aprobaron una enmienda a otra resolución en la que exigían que se investigaran los lazos entre el independentismo catalán y agentes del Kremlin.
El texto tiene un párrafo importante sobre campañas de desinformación rusas durante el procès y de relaciones de personas cercanas a Puigdemont con agentes rusos. Dice así: “Hay noticias periodísticas que pusieron de relieve durante mucho tiempo los contactos y las estrechas relaciones personales entre los independentistas en Cataluña, incluidas las autoridades del Gobierno de la Comunidad Autónoma, y el Kremlin”.
Tanto el Partido Popular como Ciudadanos intentaron hasta última hora añadir enmiendas que endurecieran el tono general de la resolución en todo lo que tuviera que ver con Cataluña, así como que aparecieran nombres propios, para empezar el de Carles Puigdemont. Pero el texto salió adelante finalmente como habían acordado los principales grupos, también el socialista.