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Todo lo que tienes que saber a 100 días del 9J: ¿Caerá la derecha en las garras de los euroescépticos?

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

Este viernes comienza la cuenta atrás para la celebración de unas elecciones europeas que prometen ser las más importantes de los últimos años. Entre el 6 y el 9 de junio, más de 450 millones de personas están llamadas a las urnas para elegir a los 720 diputados que decidirán el rumbo de la Unión durante los próximos 5 años. Cada país elegirá quiénes serán sus representantes en una institución que todos los años va ganando peso en el club comunitario y que durante la pasada legislatura reguló, junto con el resto de instituciones de la UE, materias tan importantes como la inteligencia artificial, el Pacto Verde o la migración. Además, su composición es clave para influir en la elección de la Comisión Europea, es decir, la institución que tiene el poder ejecutivo en la UE.

Este año, el número de eurodiputados ha subido con respecto a la anterior legislatura. En las elecciones de 2019, tras la salida de Reino Unido de la UE,  el número de sillas bajó de las 750 (máximo permitido por los tratados), hasta las 705, un número que ha vuelto a aumentar en esta legislatura. Esta subida llevará a España a elegir el próximo 9 de junio 61 eurodiputados, 2 más que en los pasados comicios. Nuestro país es el cuarto que más escaños de la Eurocámara designa, tan solo superado por Alemania (96), Francia (81) e Italia (76).

¿Cómo se vota en las elecciones europeas?

Las elecciones europeas son consideradas por los expertos como unos comicios de “segundo orden”, ya que para los votantes no suelen ser considerados tan importantes como, por ejemplo, unas generales. La consecuencia de esto es que la participación suela ser bastante baja y rara vez llegue al 50%. De hecho, las pasadas elecciones de 2019 fueron las primeras en las que se superó esta barrera a nivel continental, con un 50,66% de participación y una subida de 8 puntos con respecto a las anteriores. En España, la cifra aumentó hasta el 60%, debido a que las europeas coincidieron el mismo día que las autonómicas y municipales.

En cuanto a los votantes, su comportamiento suele ser sustancialmente distinto al de las elecciones generales. Al considerar las europeas como unos comicios menos importantes, los electores ejercen su voto de forma menos estratégica, dando más peso a aquellos partidos más en línea con su ideología. Esto favorece sobre todo a partidos pequeños, de una ideología menos moderada y también a las formaciones euroescépticas, cuyo discurso antieuropeo se ha demostrado muy potente en este tipo de comicios.

Por ejemplo, uno de los casos más paradigmáticos en este sentido es el del UKIP o Brexit Party en Reino Unido. Este partido, liderado por Nigel Farage y favorable de forma radical a la salida del país de la UE, ganó las elecciones europeas de 2014 y 2019 en las islas, mientras que en las generales de 2015 tan solo obtuvo un diputado. De igual forma, el partido de Marine LePen (por entonces Frente Nacional) ganó las elecciones europeas francesas tanto en 2014 como en 2019, un éxito que no logró repetir en las presidenciales.

A los partidos pequeños también les favorecen los umbrales más bajos que en su mayoría tienen las elecciones europeas con respecto a las nacionales. La UE sólo obliga a que cada país establezca un umbral mínimo de entrada para los partidos de entre el 2 y el 5%, nunca pudiendo superar esta última cifra. En España, por ejemplo, esta norma y la circunscripción única (y no provincial) favorece a partidos pequeños que en las generales y autonómicas pierden muchos escaños pese a tener altos porcentajes de voto por culpa precisamente de los umbrales y de la circunscripción provincial.

¿Cómo van las encuestas?

En este momento, las encuestas se mantienen bastante estables desde principios de año. Los dos primeros puestos, como es previsible, los ocupan los dos grupos principales, el Partido Popular Europeo (PPE) y la Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas (S&D), según la media de encuestas del medio Politico. Los conservadores obtendrían 174 escaños, perdiendo 13 con respecto a 2019, y los socialdemócratas se colocarían a bastante distancia, con 137 asientos en el Parlamento y también reduciendo su peso en la cámara con una pérdida de 10 escaños.

Sin embargo, la tercera posición no está aún nada clara, y quien la ocupe podría condicionar sobremanera la próxima legislatura en la UE. La media de encuestas de Politico coloca un empate técnico entre los euroescépticos Identidad y Democracia (85), donde se integran entre otros los partidos de Marine LePen y Matteo Salvini, y los liberales de Renew Europe (82), seguido de cerca por los Conservadores y Reformistas Europeos (76), grupo al que pertenece Vox y la formación de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni.

Queden en la posición que queden, lo que parece claro es que, por terceras elecciones consecutivas, los grupos contrarios a la integración europea subirán en escaños en la Eurocámara. Si la suma de ambos grupos en 2019 fue de 138 escaños, en 2024 su fuerza podría aumentar hasta los 161 eurodiputados, superando a los socialdemócratas y quedándose relativamente cerca del PPE, la fuerza mayoritaria. Con muchos menos escaños quedarían los grupos más a la izquierda, la Alianza de Los Verdes (45) y The Left (33).

¿Por qué estas elecciones son tan importantes?

En este sentido, los comicios del próximo 6 de julio podrían cambiar por primera vez el equilibrio de fuerzas tradicional en el Parlamento Europeo. Durante años, por la necesidad de construir grandes consensos en el hemiciclo, la Eurocámara ha estado gobernada por una gran coalición de los dos principales grupos. Sin embargo, en los últimos años, sobre todo a raíz de la entrada en el liderazgo del PPE de Manfred Weber, los conservadores han mirado hacia su derecha y se han abierto a realizar alianzas con el grupo de los Conservadores y Reformistas, no solo en el europarlamento, sino también a nivel nacional en países como Italia o Finlandia.

¿Qué se juegan los jóvenes en las elecciones europeas del 9 de junio?

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Pero aunque el PPE quisiera, los números de la media de encuestas no dejan mucho espacio a los pactos entre los euroescépticos y los de Manfred Weber. Su suma (250), se quedaría muy lejos de los 361 escaños que marcarían la mayoría absoluta y ni siquiera incorporando a Identidad y Democracia, algo realmente improbable, llegarían a ella (335). Por eso, lo más probable es que se reedité la mayoría que eligió a Ursula Von der Leyen hace 5 años como presidenta de la Comisión, formada por el PPE, los S&D y los liberales, que sí superarían la mayoría absoluta por un amplio margen (393), e incluso con Los Verdes dando apoyos puntuales.

Durante la próxima legislatura, se prevé que la discusión política se centre a la defensa europea, lo cual supone un riesgo para leyes estrella de la todavía vigente comisión, sobre todo aquellas relacionadas con el medioambiente. En este sentido, el PPE ya ha mostrado con su rechazo a la Ley de Restauración de la Naturaleza su posición contraria a continuar en la senda proteccionista marcada por Von der Leyen. A ello se suman las protestas de los agricultores, las cuales también pueden contribuir a que la agenda verde pierda protagonismo en la próxima legislatura no solo por las reclamaciones de los manifestantes, también porque las marchas pueden favorecer a las formaciones de derecha radical contrarias a las medidas para frenar el cambio climático.

¿Y en España?

Según la media de encuestas del portal de referencia Europe Elects, si las elecciones europeas se celebraran ahora mismo en España, el PP las ganaría con 25 escaños, 12 más de los obtenidos en el año 2019, que con Dolors Monserrat de candidata marcaron para los conservadores uno de los peores resultados de su historia. El PSOE resistiría con 20 escaños (tan solo uno menos que en los anteriores comicios), seguido por Vox y Sumar, que se estarían disputando la tercera posición. Además, la media de encuestas da un escaño a Podemos, que entraría en el Parlamento Europeo con Irene Montero a la cabeza.

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