El 3 de agosto de 1987, las grandes cabeceras españolas —a excepción de ABC— informaban sobre la millonaria revuelta popular en Irán en respuesta a la masacre de más de 400 civiles en La Meca por autoridades saudíes. Todos los países de tradición islámica de la región —menos la Libia de Gadafi— se posicionaron del lado de Arabia Saudí, y el ayatolá Jomeini llamó a los fieles iraníes a la venganza. Mientras tanto, en España se celebraba la segunda victoria mundial de Jorge Martínez Aspar en 80 cc en el circuito inglés de Donnington. Este verano, infoLibre repasa la historia española reciente a partir de las portadas de los principales periódicos de la época, un espejo de los temas que llenaban el debate público en las vacaciones de entre 1978 y 2002.
Entre 1980 y 1988 se libró una de las peores guerras de desgaste del siglo XX: la guerra entre Irán e Irak o, como la llamó el pueblo iraní, la Guerra Impuesta. Fue el presidente iraquí Sadam Husein quien, a los pocos meses de haber alcanzado la presidencia de Irak, impuso la guerra a Irán con el objetivo de revertir los Acuerdos de Argel y anexionar los estratégicos territorios fronterizos del sureste. Husein todavía no había invadido Kuwait (lo haría en agosto de 1990), por lo que gozaba del beneplácito y el apoyo logístico estadounidense. La guerra de trincheras y el uso de armas químicas fue la postal de un conflicto inútil, especialmente sangriento, que acabó con la vida de más de 1,5 millones de personas y dejó más de 7 millones de mutilados.
En el contexto final de la Guerra Impuesta, cuando tuvo lugar uno de los peores genocidios químicos de la historia, la Campaña Anfal de Sadam Husein contra el pueblo kurdo, en La Meca morían 402 personas. Entre ellas, 275 peregrinos iraníes. Ocurrió el viernes 31 de julio y, como informaría a las pocas horas la agencia de noticias iraní IRNA, miles de manifestantes iraníes estaban protestando en la ciudad santa en contra de la coalición internacional entre Estados Unidos, Arabia Saudí y el resto de países islámicos de la región. La policía saudí cargó contra la multitud con porras, gases lacrimógenos, mangueras de agua hirviendo y, finalmente y sin avisar, armas de fuego.
Según las estimaciones de las autoridades saudíes al día siguiente de la masacre, de los 402 fallecidos, 275 eran partidarios iraníes del ayatolá Jomeini, 85 eran agentes de la policía saudí y 42 eran peregrinos de otras nacionalidades. No obstante, Radio Teherán afirmaría que los enfrentamientos causaron 650 muertes y desapariciones entre los peregrinos iraníes, a las que se sumaban 700 hospitalizaciones. Dos días más tarde, el domingo 2 de agosto, más de un millón de iraníes se congregaban frente al parlamento de Irán y clamaban venganza. Acusaban a Arabia Saudí y a su patrocinador estadounidense de haber organizado la matanza de peregrinos iraníes de La Meca. El presidente del parlamento, Hachemi Rafsanjani, dijo a la multitud encolerizada lo que quería oír: "Los mártires inocentes de La Meca serán vengados".
La manifestación, que contó con la asistencia de todos los políticos gubernamentales de Irán, pedía la sangre de la Casa Saúd. El periódico Diario 16 reproducía numerosas de las sentencias condenatorias de Hachemi Rafsanjani: "Nosotros, como soldados de Dios e implantadores de los principios divinos, nos comprometemos a vengar a estos mártires, barriendo al régimen saudí de la zona", decía, mientras acusaba al Gobierno de Riad de ser uno de "los agentes criminales del imperialismo y de los infieles" y pedía a "todos los musulmanes del mundo" que vengaran "la carnicería". Entre los cientos de miles de personas, se quemaban fotos del rey de Arabia Saudí y se escuchaban gritos: "Muerte a América", "Mueran los saudíes" y "Venganza, venganza".
En su discurso, y entre el sentimiento general de luto enardecido, el presidente del parlamento iraní anunció una ofensiva militar contra Irak. El periódico La Vanguardia precisaba: "Las fuerzas aeronavales iraníes comenzarán mañana en aguas del Golfo unas maniobras a las que han puesto el nombre de 'Martirio', justo cuando está previsto que el 'Gas Prince' y su escolta norteamericana crucen el estrecho de Ormuz, rumbo al mar de Omán". El pueblo iraní se había levantado en numerosas ciudades del país y se habían asaltado las embajadas de Francia, Kuwait y Arabia Saudí. El fervor había adquirido tintes revolucionarios y la comunidad musulmana iraní exigía −y así lo anunció Rafsanjani− arrebatarle a Arabia Saudí el control de las ciudades santas de La Meca y Medina, "que pertenecen al Islam". La noticia de El País tomaba el pulso internacional: "El grupo libanés proiraní Hezbolá (...) ha hecho pública su voluntad de atacar los intereses norteamericanos en todo el mundo" mientras "numerosos jefes de Estado árabe se han solidarizado con el rey Fahd de Arabia Saudí, y Egipto ha pedido una reunión urgente de la Organización de la Conferencia Islámica".
Aspar, campeón del mundo de 80 cc por segunda vez
Aquel agosto de 1987 fue inaugurado por el motociclismo español, que se anotó una nueva victoria histórica de la mano de Jorge Martínez, más conocido como AsparAspar. El motorista valenciano de Derbi arrasó en el Gran Premio de Gran Bretaña cuando todavía restaban tres carreras para la conclusión del campeonato. Era su segundo premio mundial consecutivo y reconoció que le había resultado más fácil de conseguir que el primero, cuando tuvo que enfrentarse "incluso a Ángel Nieto".
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Todos los diarios generalistas −a excepción de ABC, que hacía un alegato de la monarquía− trajeron la noticia en portada e ilustraron la victoria mundial de Aspar con una fotografía del corredor descorchando una gran botella de champán con la mirada puesta en el cielo. La Vanguardia resumía: "Aspar tiene 102 puntos en la clasificación del campeonato y su principal perseguidor, el alemán Gerhard Waibel, suma 54 puntos. En el mejor de los casos, el piloto alemán solo podría añadir 45 puntos más a los que ya tiene, cifra insuficiente para alcanzar a Aspar".
Jorge Martínez Aspar (Alcira, 1962) sería dos veces más campeón del mundo con el fabricante de motocicletas Derbi en 1988: una más en 80 cc y otra en 125 cc. Entraba así en la lista de los campeones con doblete, en la que se encuentran el legendario piloto italiano Giacomo Agostini o el español Ángel Nieto. El inicio de su carrera fue fulgurante, pues pasó de correr por primera vez con una moto alquilada en 1979 a hacerse con el Campeonato de España en la categoría de 50 cc en 1981. En esta categoría, que se transformaría en la de 80 cc, mantendría el liderazgo en el torneo nacional hasta 1989, con la excepción de 1987, donde triunfó Manuel Champi Herreros. Aspar fue el último piloto en llevarse dos mundiales en el mismo año.
El 3 de agosto de 1987, las grandes cabeceras españolas —a excepción de ABC— informaban sobre la millonaria revuelta popular en Irán en respuesta a la masacre de más de 400 civiles en La Meca por autoridades saudíes. Todos los países de tradición islámica de la región —menos la Libia de Gadafi— se posicionaron del lado de Arabia Saudí, y el ayatolá Jomeini llamó a los fieles iraníes a la venganza. Mientras tanto, en España se celebraba la segunda victoria mundial de Jorge Martínez Aspar en 80 cc en el circuito inglés de Donnington. Este verano, infoLibre repasa la historia española reciente a partir de las portadas de los principales periódicos de la época, un espejo de los temas que llenaban el debate público en las vacaciones de entre 1978 y 2002.