“Me resulta difícil acordarme y escoger un solo libro de todos lo que leí de pequeño durante el verano… Podríamos hablar de cualquier libro de aventuras de eso que llamaban literatura juvenil. De una lectura un poco para niños. Por elegir uno, diría Colmillo Blanco, de Jack London, que es un autor conocido de relatos de viajes y aventuras”, comienza contando Carlos Tarque, compositor, cantante y líder del grupo M-Clan, en una charla con infoLibre sobre lecturas veraniegas. “Mi casa estaba siempre llena de libros porque mi padre trabajaba en la editorial Aguilar, estuvo también en Carroggio y, en general, colaboró con distintas editoriales. Por eso leía tanto de pequeño”.
“Cuando leí a London por primera vez debía tener 9 o 10 años y con Colmillo Blanco tardaría igual 3 o 4 días. Era bastante rápido”, continúa recordando. Lo que no tiene claro es cómo llegó hasta sus manos la novela de escritor estadounidense: “Supongo que lo compraría mi padre, como tantos otros. Siempre andaba llevando y trayendo libros de casa al trabajo”. Eso sí, este tipo de volúmenes de literatura adolescente no solía sacarlos de su propia editorial. “En Aguilar publicaban una literatura mucho más seria, más adulta”, nos explica.
Este primer descubrimiento literario le animó a profundizar en la extensa producción de London, empezando por sus Relatos de los Mares del Sur. “No recuerdo ahora todos los títulos, pero tenía un montón de historias de aventuras increíbles. De exploradores, piratas… Cosas así”. Ahora bien, ni siquiera la nostalgia le ha empujado a releer esa primera novela que tantos recuerdos le trae de su juventud: “No sé si he visto alguna película, que creo que sí que hicieron, pero nunca me ha apetecido volver a leerlo como tal”.
Es maravilloso que tu cerebro trabaje y disponga de todas esas ideas e imágenes que le aporta leer. Es como una gimnasia mental
Tarque recuerda con especial cariño los paquetes de libros que les regalaba su padre en Navidad, durante las vacaciones y por su cumpleaños. “Cuando le daba por ahí. Cosa que agradezco bastante porque disfruté mucho leyendo de niño”, nos confiesa. Y no solo de London. Salgari, Stevenson, Verne. “Podría enumerar muchos más libros y autores de esa literatura juvenil de aventuras”.
También leía libros que no eran precisamente para críos o adolescentes. La mayoría los sacaba directamente de la biblioteca. “Los libros te marcan, te hacen viajar a otros mundos. Sobre todo de pequeño”, reflexiona el cantante, que aprovecha para defender el trabajo intelectual que supone la lectura. “Creo que es maravilloso que tu cerebro trabaje y disponga de todas esas ideas e imágenes que le aporta leer. Es como una gimnasia mental”.
Una vez más, Tarque subraya el impacto de su familia en la promoción de su interés por la lectura: “Vengo de una familia lectora, pero más que eso, es que mi padre vendía, trabajaba con y tenía muchos libros. Todos mis tíos se movían en el mundo editorial. Emigramos a Sudamérica y empezaron ya allí, primero en Chile y luego en Uruguay”. A través de sus familiares, el compositor tuvo acceso a todo tipo de literatura clásica, libros de museos, de arquitectura y a mucha cartografía, muchos atlas. Y aunque, siendo tan pequeño, todavía no pensaba en escribir, el impacto de todas esas lecturas ha sido innegable en su vida y trayectoria posteriores. “Desde luego, si he escrito algo después —canciones, poemas o algún tipo de pensamiento— viene dado porque he leído mucho”, nos confirma.
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Para Tarque, verano y libros solían ir de la mano cuando era pequeño. “Es una buena época para leer, sobre todo porque la gente tiene algo más de tiempo. Son muchos los que aprovechan las vacaciones para coger su sombrilla y su libro”. Sin embargo, hace ya tiempo que le pasa precisamente lo contrario: “Al ser músico, en verano estoy todo el rato tocando, cansado y con mucho movimiento. Sí que leo en las furgonetas, en los viajes…” Pero sobre todo le gusta el invierno. “Cuando se hace de noche pronto y puedo aprovechar para coger un libro y pegarme lecturas de 4 o 5 horas”.
Si he escrito algo después –canciones, poemas o algún tipo de pensamiento– viene dado porque he leído mucho
Después de pensarlo por un momento, se lanza con unas recomendaciones literarias para aprovechar el final de las vacaciones. “Realmente cualquier libro es recomendable. Lo que estoy leyendo ahora es la autobiografía de Alejo Stivel, un compañero de profesión y amigo. Se llama Yo debería estar muerto”. Y para no salir de Argentina, nos sugiere además La llamada, de Leila Guerriero, "basada en la historia real de una mujer torturada en la ESMA durante la dictadura de Videla".
En palabras de Tarque, la gente que no lee “se está perdiendo algo muy interesante, que te hace pasar unos ratos increíbles”. “Estamos acostumbrados a las pantallas, a que nos den la información hecha. Pero el hecho de desarrollar ideas tú mismo no tiene comparación”, sigue argumentando. Aparte del propio placer de leer y del de poder viajar sin moverte de tu sofá, Tarque destaca los beneficios que supone “para el vocabulario, la ortografía y el entrenamiento cerebral”. “Mientras lees, tu cerebro está trabajando activamente, no solamente recibiendo las imágenes que le han diseñado otros. Lo estás diseñando tú mismo. Para la imaginación, sobre todo para niños, debería ser obligatorio fomentar esa educación mental. Tanto como el cuidado y la educación física”, concluye tajante.
“Me resulta difícil acordarme y escoger un solo libro de todos lo que leí de pequeño durante el verano… Podríamos hablar de cualquier libro de aventuras de eso que llamaban literatura juvenil. De una lectura un poco para niños. Por elegir uno, diría Colmillo Blanco, de Jack London, que es un autor conocido de relatos de viajes y aventuras”, comienza contando Carlos Tarque, compositor, cantante y líder del grupo M-Clan, en una charla con infoLibre sobre lecturas veraniegas. “Mi casa estaba siempre llena de libros porque mi padre trabajaba en la editorial Aguilar, estuvo también en Carroggio y, en general, colaboró con distintas editoriales. Por eso leía tanto de pequeño”.