Hay viajes inolvidables, ya sea por el lugar que se visita o por las personas que lo acompañan. Daniel Guzmán sabe a dónde viajar y con quién, y por eso se decanta por regalar una aventura “muy especial e inolvidable” a “tres amigos” de cuyo nombre parece no querer acordarse. Eso sí, les define como “tres distinguidos señores”. Su periplo comenzaría en el mar, por lo que rechaza el billete de avión que le ofrece la sección ¿Ventana o pasillo?
“Iniciaríamos la ruta en el Cantábrico, saldríamos del País Vasco, por ejemplo, y viajaríamos por mar por toda la costa vasca, asturiana, gallega, aguas lusas hasta Huelva, Málaga, Cádiz, Algeciras, Almería y todo el Levante, disfrutando de las bellas vistas que han esculpido los diferentes gobiernos de nuestro país, a través de las leyes de costas aprobadas”, relata. Sin embargo, a pesar de recorrer toda la costa ibérica, deja claro que su destino final se ve, todavía, algo lejano. “Una vez deleitados nuestros ojos con el sentido común del desarrollo de un país y la voluntad de sostenibilidad del ser humano con el medio ambiente, pondríamos rumbo a nuestro verdadero destino a través del Mediterráneo: IrakIrak”. El cineasta tiene claro el rumbo que debe tomar su viaje junto a estos “tres distinguidos señores”, con los que desearía “conversar e intentar entender sus planteamientos sobre una decisión que ha marcado la historia, influyendo, directa y dramáticamente, en numerosos países y al resto del mundo”, cuenta.
El director de A cambio de nada imagina y relata lo que haría en aquel el país, dejando claro que el destino final dista mucho de ser vacacional para convertirse en un lugar de reflexión. “Una vez llegado a Irak, me gustaría vivir con ellos, en primera persona, el estado del país, las cifras de muertos hasta la fecha, el número de refugiados que han huido y los beneficios obtenidosrefugiados por las empresas extranjeras (la mayoría americanas) que han reconstruido el país junto a los beneficios de la industria armamentística”. Pero su viaje no termina aquí, sino que visitarían también Afganistán y algunos países de Oriente Próximo “dejando para el final, antes de volver, Siria”.
El cineasta madrileño rechaza los viajes de placer, cumplir sus sueños o los de sus allegados, y opta por hacer reflexionar a aquellos que, según su criterio, deben hacerlo. “Me gustaría analizar y compartir con ellos la visión del mundo más seguro que han dejado después de la guerra que iniciaron. Por supuesto, viajaríamos en patera, todos con asiento en ventanilla. Me interesaría tener la oportunidad de poder comprobar la personalidad de cada uno, según sus reacciones en los momentos más difíciles del viaje y, con cierta perspectiva, saber su opinión de la decisión que tomaron”.
“Una vez ya de vuelta (si hubiéramos conseguido volver con vida) me despediría de ellos, cortésmente, por supuesto, mirándoles a los ojos durante unos segundos, me daría la vuelta y me alejaría”.
Y en la vida real…
En la vida real, Daniel Guzmán se encuentra sumergido en su trabajo. Actualmente combina las actividades de actor, guionista y director, y durante este verano parece que no ha desconectado de ellas. "Ahora estoy escribiendo una pieza teatral de encargo para estrenar en octubre en el Infanta Isabel, (sólo cinco funciones) y, a la vez, escribiendo mi siguiente película".
Daniel Guzmán (Madrid, 1973), pese a tener un pasado como grafitero bajo el pseudónimo de Tifón, ha conseguido labrarse una carrera en el cine, televisión y teatro con la que no ha cosechado nada más que éxitos. El último: su Goya a mejor director novel por su película A cambio de nada (2015), que narra la aventura de verano que vive Darío (Miguel Herrán, premio Goya a mejor actor revelación) junto a su amigo y vecino Luismi (Antonio Bachiller), ambos de 16 años. Tras la separación de sus padres, Darío huye de casa y comienza a trabajar en el taller de un viejo delincuente que le enseña el oficio y otra manera de ver la vida. También se cruza en su camino Antonia (Antonia Guzmán, nominada al Goya a mejor actriz revelación), una anciana que recoge muebles antiguos por los contenedores de Madrid. Junto a ellos, Darío encuentra una nueva familia que le cambiaría la vida para siempre.
Pero este no ha sido su único trabajo como director. En 2002 presentó su cortometraje Inseguridad y, tan solo un año más tarde, Sueños, con el que ganó el Goya a mejor cortometraje, galardón al que siguió la Espiga de Oro al mejor cortometraje en el Festival de Cine Internacional de Valladolid.
Sin embargo, antes de llegar hasta aquí, Daniel Guzmán no ha dejado de trabajar. Sus primeros pasos como actor comenzaron con tan solo 14 años y ha realizado teatro –con obras como Los miércoles no existen (2013-2014) o Recortes (2015)–, cine y televisión.
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En la pequeña pantalla ha trabajado en series como Compañeros (2000), Aquí no hay quien viva (2003-2006), La familia Mata (2007-2009) o Velvet (2014-2015), donde interpretó a Lucas, el hermano de Mateo (Javier Rey) que regresa tras una larga temporada fuera para acaparar todo el protagonismo como hijo pródigo.
En cuanto al cine, Daniel Guzmán ha participado en tres cortometrajes: Sirenas (1994), de Fernando León de Aranoa, al que seguirían Maika (1994) y Entre vías (1995), tras los cuales trabajó en películas como Hola, ¿estás sola? y Puede ser divertido. Después de esto, pasó a encabezar el reparto de la película Eso (1996), dirigida por Fernando Colomo y en la que el madrileño interpretó a Domingo, un veinteañero obsesionado con perder la virginidad. Tras estos inicios, la carrera de Daniel Guzmán como actor se consagró participando, hasta ahora, en 15 películas como A golpes (2005), Arena en los bolsillos (2006), Mia Sarah (2006) o Mi gran noche (2015).
Por todo ello, el cineasta madrileño ha sido premiado en once ocasiones, entre las que destacan el Goya a mejor dirección novel, la Biznaga de oro en el Festival de Málaga y el Premio del público del Certamen Patalla Abierta en el Festival de Cine de Alcalá de Henares por A cambio de nada. Como actor, también ha recibido numerosos premios, como por ejemplo el Premio Interpretación del Festival de Málaga por Cuando todo esté en orden o el premio a mejor actor concedido por el Festival del Centro Cinematográfico de Cortometrajes por su interpretación en El olor del vientre.
Hay viajes inolvidables, ya sea por el lugar que se visita o por las personas que lo acompañan. Daniel Guzmán sabe a dónde viajar y con quién, y por eso se decanta por regalar una aventura “muy especial e inolvidable” a “tres amigos” de cuyo nombre parece no querer acordarse. Eso sí, les define como “tres distinguidos señores”. Su periplo comenzaría en el mar, por lo que rechaza el billete de avión que le ofrece la sección ¿Ventana o pasillo?