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Edu Galán ve resquebrajarse la pecera europea de las libertades por culpa de algunas izquierdas y derechas

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Edu Galán llama "pecera" al "primer mundo". Y lo hace para decir que vivimos en tiempos de libertad, "sin duda", aunque condene que "una derecha" y "una izquierda" quieran acabar con ella. El escritor usa las palabras del profesor de Derecho Víctor J. Vázquez en su libro La libertad del artista para trazar la línea de la libertad de expresión: "El delito de odio es nocivo para la democracia, no se pueden legislar sentimientos". El cofundador de la revista Mongolia señala que "todo es libertad de expresión, salvo señalamientos muy concretos que acaben en actos muy concretos como publicar mi domicilio y que me den una paliza"

No entiendo esa gente que enorgullece de no salir a la calle, no tener redes o no ver televisión. Son imbéciles elitistas

Para batallar contra el odio, Galán propone Ni chivatos, ni membrillos, un podcast conducido por Andrés Calamaro en Sonora. Habla del programa, del que él mismo es codirector, como "un reto a la inteligencia, a la provocación", y continúa: "Creo que todo el mundo, de cualquier ideología, lo debería escuchar. Es maravilloso y poliédrico, como mi hermano Andrés". En los tres episodios de entre treinta y cuarenta minutos que dura la "serie sonora", el cantante conversa con figuras como Vicente Zabala de la Serna, Niño de Elche, Juan Manuel de Prada, José María García, Javier Gurruchaga, Josep Pedrerol, Raúl del Pozo, Arcángel o Toni Garrido.

Reflexionando sobre la cultura de la cancelación, Galán sostiene que es "una manifestación de censura informal", pues la "persona puede seguir publicando" pero en la calle o las redes la pueden llamar "pederasta" o "violador". Considera, además, que no es una crítica legítima, sino que "es destrozar la vida personal y profesional de alguien a quien la justicia no ha condenado". Asimismo, señala a los que aseguran que no existe: "Ojalá les machaquen un día. Lo celebraré."

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El escritor apunta que el peligro en las plataformas y los medios desaparece si eres consciente de lo que consumes. "Como todo", asevera. A este respecto, insiste en que las personas que se enorgullecen de evitar salir a la calle, de no tener perfiles en redes sociales o de no ver la televisión, "son imbéciles elitistas". Al contrario, él aboga por ver y comprender todos los contenidos, pues "te quita sufrimientos". Así, recomienda Lolita, tanto la novela de Nabokov como las películas de Kubrick o de Adrian Lynne, porque la ficción está para retar y "evita muchos disgustos en la vida real".

El consejo que da Edu Galán para extraer algo útil del audiovisual es sufrir viendo obras de ficción, "no en la vida real, por favor. Les va a venir bien, hasta adelgaza". Para sufrir, entre otras cosas, recomienda la película de su "admirado" Carlos Vermut, Mantícora, una historia, según su director, de amor y monstruos posmodernos.

Lo que sugiere el escritor para poner pie en pared a los discursos que socaban la democracia es "ver muchas películas, mucha tele, mucho libro, mucho todo...". En definitiva, lo resume como "vivir entre ficciones", y salir a la calle porque ninguna obra por si sola puede desprenderte de las palabras de odio. "No existe una obra definitiva, y quien lo crea peor para él", insiste. También anima, para terminar, a desconfiar de las encuestas políticas que se publican habitualmente: "Ya ven lo que le pasó a Feijóo", finaliza.

Edu Galán llama "pecera" al "primer mundo". Y lo hace para decir que vivimos en tiempos de libertad, "sin duda", aunque condene que "una derecha" y "una izquierda" quieran acabar con ella. El escritor usa las palabras del profesor de Derecho Víctor J. Vázquez en su libro La libertad del artista para trazar la línea de la libertad de expresión: "El delito de odio es nocivo para la democracia, no se pueden legislar sentimientos". El cofundador de la revista Mongolia señala que "todo es libertad de expresión, salvo señalamientos muy concretos que acaben en actos muy concretos como publicar mi domicilio y que me den una paliza"

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