Gracia Querejeta, de retiro a la Estación Espacial Internacional

Uno de los problemas de la vida moderna es la dificultad para desconectar. Y Gracia Querejeta confiesa sufrir ese problema. Para combatirlo, la cineasta opta por comprarse un billete –en lugar de uno de avión, uno para un cohete espacial— con destino a la Estación Espacial Internacional. Eso sí, no iría en solitario, sino que compartiría este viaje con Miguel López-AlegríaMiguel López-Alegría, el primer astronauta español en viajar al espacio. Su compañía le aportaría “seguridad y cierta perspectiva”, afirma Gracia Querejeta.

Soy una persona incapaz de desconectar”, confiesa la cineasta, quien desea que este viaje sirva para “tomar distancia” de todos los aspectos de su vida, “incluido el profesional”. La directora de Siete mesas de billar francés y 15 años y un día piensa que viajar hasta allí le permitiría “salir de uno mismo” y ver todo el mundo “desde otra perspectiva”, en todos los sentidos.

La cineasta se decantó por esta respuesta inspirándose en el documental Mira la luna (2006), el cual hace un repaso por la vida de López-Alegría, su única posible compañía en este viaje de retiro espiritual y profesional. La cinta, dirigida por Eduard Bosch y producida por la compañía de su padre, Elías Querejeta, es un viaje a través de las vivencias del astronauta, quien realizó tres misiones del transbordador espacial: en 1995, en el 2000 y en el 2002.

La cineasta Gracia Querejeta opta así por regalarse una temporada de relajación y aislamiento de los problemas cotidianos, incluidos los profesionales, además de, ya de paso, “ver el planeta también desde otra perspectiva diferente”.

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De momento, la desconexión profesional de Gracia Querejeta (Madrid, 1962) tendrá que esperar. La cineasta cuenta que tiene en mente varios proyectos: una nueva película y un nuevo guion. La película, según explica, será protagonizada por tres actrices. “Es un proyecto que me hace ilusión. Es especial, diferente a todo lo que ya he hecho, sobre todo en dimensión”, afirma. “Por eso me quiero marchar, para ver todos estos proyectos más claros desde fuera”, añade.

A pesar de haber estudiado Historia Antigua en la Universidad Complutense de Madrid, la influencia de su padre, el productor Elías Querejeta, hizo que Gracia Querejeta se dedicara finalmente al cine.

Una estación de paso (1992) fue la primera película que dirigió en solitario, ganando el premio especial del Jurado en la Semana de Cine de Valladolid. A ella le siguieron El último viaje de Robert Rylands (1996), basada en la novela Todas las almas, de Javier Marías, y Cuando vuelvas a mi lado (1999). Ya en 2004 dirigió la película Héctor, que fue galardonada con el premio a la mejor película en el Festival de Málaga de Cine Español. La película Siete mesas de billar francés (2007), le valió varias nominaciones a los premios Goya como mejor dirección y guion adaptado. Posteriormente estrenó 15 años y un día y Felices 140.

Uno de los problemas de la vida moderna es la dificultad para desconectar. Y Gracia Querejeta confiesa sufrir ese problema. Para combatirlo, la cineasta opta por comprarse un billete –en lugar de uno de avión, uno para un cohete espacial— con destino a la Estación Espacial Internacional. Eso sí, no iría en solitario, sino que compartiría este viaje con Miguel López-AlegríaMiguel López-Alegría, el primer astronauta español en viajar al espacio. Su compañía le aportaría “seguridad y cierta perspectiva”, afirma Gracia Querejeta.

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