Luis García Montero, en la "buena compañía" de Luis Cernuda

El ser humano está situado en un tiempo: requiere de historia que actúe como marco de contextualización para que las obras sigan vigentes. Lo necesitamos para entender lo que leemos, lo que pasa. Sin embargo, hay temas que aparecen en los poemas “una y otra vez porque son permanentes: el amor, la muerte, las contradicciones del deseo, la rebeldía ante las injusticias”, comenta Luis García Montero (Granada, 1958), poeta, nuevo director del Instituto Cervantes y colaborador de infoLibre. Cita a Luis Cernuda, miembro de la generación del 27, como ejemplo de un poeta del pasado que, con su palabra, “responde a estos asuntos con una intimidad cercana a la experiencia de hoy” gracias a la cercanía que su “educación sentimental” tiene respecto a la nuestra.

 

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“Es una buena compañía”, expresa el poeta cuando elige La realidad y el deseo, libro compilatorio de la obra del poeta sevillano, para la sección veraniega de infoLibre en la que escritores y periodistas recomiendan cada día un clásico literario. García Montero, ganador del Premio Nacional de Poesía por Habitaciones separadas (1994), del Premio Nacional de la Crítica por La intimidad de la serpiente (2003) o del prestigioso premio mexicano de poesía Ramón López Velarde (2017), añade que “con distintos tonos, sus meditaciones nos esperan en cualquier tarde”. Los textos de Cernuda recorren cuatro etapas de la vida y en ellos se agrupan los sentimientos y pensamientos que corren por la mente del escritor: el aprendizaje de la adolescencia, la juventud y el amor, las contemplaciones de la madurez y la experiencia de la reflexión real y amarga de la vejez.

Este paso del tiempo que queda retratado en la recopilación de Luis Cernuda es el tema central de Un hivern fascinant (2017), del catalán Joan MargaritUn hivern fascinant, también Premio Nacional de Literatura. El autor granadino recomienda la lectura de Un asombroso invierno, título de la edición en castellano, que trata, a su vez, la senectud. La propuesta de una obra escrita en catalán no es casual, pues uno de los objetivos de García Montero como director del Instituto Cervantes es reinvindicar el plurilingüismo para fortalecer la cultura española.

El autor del poemario A puerta cerrada (2017) y del ensayo Un lector llamado Federico García Lorca (2016) considera que “la literatura es un diálogo entre generaciones”. “Somos lo que hemos leído, asumimos el legado de nuestros mayores”, explica el escritor. “Yo escribo gracias a Bécquer, a Rosalía de Castro, a César Vallejo…”. Declara que “el arte y su memoria es el mejor remedio para evitar que el tiempo se convierta en una mercancía de usar y tirar”, y muestra así su compromiso social, por el que ha sido incluso criticado a lo largo de su carrera. Pero, además, remarca la importancia del papel de la sociedad y la participación cívica: el Farero, personaje de La realidad y el deseo, le “impresionó” en su “apuesta por la libertad de su conciencia” y por su solidaridad al vigilar porque “quiere evitar que la navegación colectiva se estrelle contra los arrecifes”.