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¿Y si volvemos a hacer casetes para los viajes por carretera?

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El botón de aleatorio y los daily mixes de Spotify fueron creados expresamente para mí. No tengo dudas, aunque tampoco pruebas. Lo único totalmente verdad es que son mi salvavidas en el día a día ya que siempre dejó que el algoritmo de la plataforma elija por mí. Vagancia o pereza, lo cierto es que me conoce tan bien que la plataforma sabe mejor que yo misma la canción que necesito en cada momento. Pero mi desidia actual contrasta con el esmero que ponía en mi infancia creando auténticas selecciones musicales en analógicas cintas de casete.

En aquella época, cuando en mi familia nos íbamos de viaje (y con viaje en el 90% de los casos me refiero a la media hora de coche a la playa o los veinte minutos de bajar a la aldea), mis padres nos cedían a mi hermana y a mí el poder de la radio del coche. Recuerdo que en la época navideña, yo solía torturar al resto de mi familia con cintas repletas de villancicos que no recuerdo ni de dónde salieron ni a dónde han ido a parar (me imagino que a algún contenedor tras la enésima vez que sonaba el mítico "campana sobre campana"). Pero en verano, los casetes eran otra cosa: eran una tradición de trabajo en equipo con olor a sal y a crema de playa. 

Al principio de nuestras vacaciones escolares, mi hermana y yo nos sentábamos a hacer un par de casetes con nuestras canciones favoritas que solían incluir muchas de los míticos recopilatorios de Caribe Mix, algunas de Alejandro Sanz (mi hermana es muy fan y, por esta razón me sé casi toda su discografía de los 90 y principios de los 2000 aunque lleve más de una década sin ponerme a propósito una) y los éxitos de ese año. Elegíamos las que más nos gustaban y las ordenábamos a nuestro gusto para completar nuestra selección veraniega limitada a los 60 o 90 minutos que dejaban las viejas cintas. Y con estos ritmos recorrimos Portugal, la costa cántabra o la playa oficial que elegía (y elije) mi padre de forma casi dictatorial cada verano: un año Vilanova, al siguiente Ribeira, después Rianxo, al otro Boiro y vuelta a empezar.

Era una tradición veraniega que mantuvimos en la época de los cd, pero que se perdió en algún momento de mi adolescencia con la irrupción del mp3. Y ahora, cuando me han propuesto esta playlist, se me ha ocurrido preguntar: ¿por qué no crear una lista de reproducción como las que hacía de niña en las viejas casetes para esos viajes en coche del verano? Eso sí, con las canciones que Spotify elegiría ahora por mí. Y así, con este cóctel de ingredientes variados, mi baila con nosotras es muy indie, con muchos estribillos pegadizos y con sugerencias de mis amigas como bonus track.

Love of Lesbian: Los toros en la Wii (Fantástico)

"Soñé un mundo feliz, muy, muy lejos de aquí / y como no lo encontré, pues fui a buscarte con mi coche". Así arranca Los toros en la Wii (Fantástico) de Love of Lesbian y son los versos perfectos para empezar esta lista de reproducción. La canción le va como anillo al dedo, aunque vaya de menos a más. Mi parte favorita llega ya hacía la mitad de la canción cuando Los toros en la Wii evoluciona hacía Fantástico y a esa Fantastic Shine que se convirtió hace casi diez años en la banda sonora del verano de una conocida marca de cervezas. 

Shinova: Ídolos (Los mejores momentos están por llegar)

Y después del mundo feliz de Love of Lesbian, nada mejor que Shinova y su Ídolos (Los mejores momentos están por llegar). Su estribillo es pegadizo e ideal para un viaje en coche, y más en verano: "Que los mejores momentos sean los que están por llegar / que no se agote la fe y que la suerte nos venga a buscar". Recuerdo que esta canción se coló como un rayo de sol en mi Spotify en algún momento del 2020 entre confinamientos, restricciones y mascarillas. Y ahora, en este casete imaginario, no podía faltar.  

Zahara: Hoy la bestia cena en casa

Zahara tiene plaza fija en mi Spotify. Y aunque si esta lista fuese de canciones favoritas, la seleccionada sería otra bien distinta (Con las Ganas, evidentemente), lo cierto es que no he tenido dudas al seleccionar Hoy la bestia cena en casa. Esta canción tiene todos los ingredientes para sacarte de la modorra del calor veraniego de camino a la playa: estribillo pegadizo y mensaje implacable para cantar a pleno pulmón con frases como "si eres tan valiente, préstame tú tu vientre". 

Supersubmarina: Puta vida

Por motivos más que evidentes, hay un momento en los últimos seis veranos en el que siempre vuelvo a Supersubmarina. Aunque mi canción favorita probablemente sea De Las Dudas Infinitas, para este recopilatorio la mejor opción quizás sea Puta vida y su "te juro que no puedo más / pero me da igual, solo me dura un segundo / luego vuelves a atacar, y me pides paz / y me creo el rey del mundo". Se les echa de menos. 

Tanxugueiras: Figa

Este 2022, Tanxugueiras no podía faltar en mi selección veraniega. A 600 kilómetros de casa, suenan a casa. Aunque muchas de sus canciones podrían ser perfectas para esta lista y a pesar de que la elección segura sería el eurovisivo Terra, lo cierto es que yo me voy a decantar por Figa. Sus panderetas omnipresentes, sus tradicionales alalás reconvertidos en unos pegadizos "ay, lerelé-lerelé" (fáciles de cantar a pleno pulmón se sepa gallego o no) y versos como "non teñas tanta amarghura / nn corpiño tan pequeno / vaiche vaiche podrecendo / até acabar falmaguento", la convierten en la ganadora. 

ELYELLA ft. Jero Romero: Hola, ¿qué tal? 

Esta canción del dúo de djs ELYELLA junto al cantautor Jero Romero se ha colado a última hora en esta lista. Muchas veces por alguna de las informaciones que preparo o por las retransmisiones que sigo en el trabajo (hola señores del PP que provocaron que estuviera tarareando más de una semana People Have The Power de Patti Smith) termino con alguna melodía en bucle en mi cabeza durante días. La última semana ha sido este Hola, ¿qué tal? Pegadiza, optimista, perfecta para hacer amigos en los atascos y con un toque de realidad que nos recuerda que las vacaciones no son tan largas como nos pueden parecer: "No sé qué es peor / volver o estar de vuelta". 

Vetusta Morla: Saharabbey Road

Y para terminar, pero no por ello menos importante, el broche de oro a mi lista lo pone Vetusta Morla. Ellos no podían no estar en mi casete imaginario. Aunque digo que Spotify escoge por mí la mayor parte del tiempo, lo cierto es que cuando me salgo de la aleatoriedad del algoritmo, los madrileños son mi remanso de paz, mi elección segura. No obstante, tengo que reconocer que ha sido la canción más difícil de elegir y la que más he cambiado.

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¿Sólo puedo meter una? Pero mis favoritas son demasiado lentas y para un viaje un coche es mejor algo movido… ¿Una de las viejas o de su último disco? Primero me quedé con Otro día en el mundo, pero la cambié por Palmeras en La Mancha y pocos segundos más tarde por Te lo Digo a Ti. Y a continuación entré en el bucle de las más nuevas dudando entre La virgen de la humanidad, Al final de la escapada o Finisterre. Al final, y tras mucho debate interno, se impuso Saharabbey Road por goleada por su "los días están contados / no hay más que temer / tan sólo seremos libres / cuando no haya más que perder". Posiblemente el estribillo perfecto para cantar con Pucho justo en el viaje de vuelta del último día de playa ahora que agosto se va apagando. 

Los bonus tracks: las recomendaciones de mis amigas

Y para completar mi selección para el casete imaginario que haría este verano, me pareció que lo más indicado era que, como los viajes en coche siempre se suelen hacer en compañía, pidiese ayuda a mis amigas. Aunque tras algún que otro veto inicial, Andrea, después de intentar colarme una lista de unas diez o veinte canciones, optó por dos: Safe And Sound de Capital Cities e Indios y Vaqueros de Sinsinati con Álvaro de Luna

Cristina y Leticia lo tuvieron mucho más claro. Cris apostó por añadir In your eyes de The Weeknd y Leti me dijo que ella necesitaba Hortera de Varry Brava para motivarse. Y en coche, todas tenemos que berrear, por lo menos, una canción. Excepto al aparcar, claro. 

El botón de aleatorio y los daily mixes de Spotify fueron creados expresamente para mí. No tengo dudas, aunque tampoco pruebas. Lo único totalmente verdad es que son mi salvavidas en el día a día ya que siempre dejó que el algoritmo de la plataforma elija por mí. Vagancia o pereza, lo cierto es que me conoce tan bien que la plataforma sabe mejor que yo misma la canción que necesito en cada momento. Pero mi desidia actual contrasta con el esmero que ponía en mi infancia creando auténticas selecciones musicales en analógicas cintas de casete.

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