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Un verano en la costa levantina: sol garantizado y una brisa día y noche que contiene las temperaturas

Playa del Moro, en Alcossebre (Castellón), en una foto de Archivo.

Termina agosto y con él la ruta de infoLibre por las zonas más frescas de España donde darse un chapuzón. Aprovechando el temporal otoñal que llega este fin de semana, viajamos a la costa valenciana, donde el clima suave y soleado es inmune a los vaivenes del resto de la península. Allí el cielo permanece azul desde mayo hasta septiembre y la brisa regresa cada día, dejando una temperatura contante que solo se mueve de los 20 °C de la noche a los 30º del mediodía. Ni más, ni menos.

"La gente viene buscando la previsibilidad del tiempo, aquí no hay sorpresas", resume José Ángel Núñez, portavoz de la Agencia Española de Meteorología (Aemet) en la Comunidad Valenciana. Según explica, tanto en julio como en agosto en la región hace mucho sol y el cielo está despejado diariamente, salvo que llegue alguna tormenta de verano —puede ocurrir una vez cada dos semanas—.

La clave está en la brisa marina, que sopla en dirección mar-tierra desde aproximadamente el medio día y lleva aire refrescado por su contacto con la superficie del agua. Esa brisa se mantiene hasta el atardecer, afirma Núñez, para después calmarse durante un par de horas y dar paso a la brisa de la noche. "Luego llega la brisa nocturna, que sopla en dirección puesta, de tierra a mar, y deja una noche suave, muy agradable para dormir", explica.

Aunque la costa levantina tenga fama de calurosa, los datos de la Aemet la asemejan mucho a la Costa del Sol, con unos valores prácticamente calcados. Los datos de los últimos 15 años de la estación climática de Cullera (Valencia) revelan que la media de las temperaturas máximas entre junio y agosto es de 29,7 °C, mientras que la media de las mínimas es de 19,6 °C, una variación térmica muy pequeña entre el día y la noche habitual en las zonas de costa. En cuanto a las lluvias, hay una precipitación media de 1,9 días al mes durante el verano, aunque desde mediados de septiembre hasta finales de noviembre la gota fría deja fuertes chaparrones.

El meteorólogo José Ángel Núñez recuerda que estos datos corresponden a una zona de playa, pero que las grandes ciudades de la región son mucho más calurosas, por mucho que estén pegadas a la playa o a un par de kilómetros porque los edificios anulan el efecto de la brisa. "Es muy común que la gente que vive en Valencia, Castellón o incluso Gandía (ciudad) tenga una casa en la playa porque la brisa no llega a las ciudades, y ese aire es clave para equilibrar las temperaturas", afirma.

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El llamado efecto isla de calor, que dispara la temperatura en el centro de las urbes por la acumulación de temperatura en el suelo, también es muy duro en estas ciudades, que sufren noches muy agobiantes cuando el calor se desprende al final del día. De hecho, Valencia es la ciudad con las noches más calurosas de España, según los datos de Aemet que publicamos esta semana en infoLibre. La capital valenciana acumula este año 71 noches tropicales —temperaturas mínimas por encima de 20 ºC— y 11 noches tórridas —por encima de 25 °C—, en las que es muy complicado conciliar el sueño.

La anomalía climática del Levante va más allá de unas temperaturas suaves, según los datos de la Aemet. El régimen de vientos del este que afecta al litoral oriental, el llamado viento de Levante, genera un clima completamente separado del resto del país porque el aire llega desde el Mediterráneo, mientras que el oeste y el centro de la península dependen del viento que sopla desde el oeste y que proviene del frío y húmedo Atlántico. Este año, la ruptura entre el Levante y el resto de la península es especialmente grande. Basta con mirar el mapa de precipitaciones del año hidrológico (1 de octubre al 30 de septiembre) para ver la gran diferencia entre la humedad del oeste y la sequía del este

"En el mapa se ve claramente cómo Galicia, Extremadura, Castilla y León o Castilla-La Mancha han disfrutado de un año húmedo, pero la orografía de España hace que esas nubes se han quedado atrapadas en las montañas y no hayan llegado al Mediterráneo", señala el experto de la Aemet. Esa brecha climatológica es tan severa que Núñez afirma que los últimos 11 meses han sido los más cálidos desde que hay registros en la Comunidad Valenciana.

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