Un grupo de mutantes con superpoderes que trata de salvar al mundo. Ese es el argumento de X-Men, la serie de cómics del universo Marvel creada por el dibujante Jack Kirby y el guionista y productor Stan Lee. Sin embargo, en un análisis más profundo, bajo una lectura que atraviese lo superficial, una lectura como la de Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem en el Congreso de los Diputados, se pueden observar situaciones y conflictos políticos y sociales reales, desde el conflicto racial en Estados Unidos en los años sesenta, con Martin Luther King y Malcolm X como dos ejemplos o vías diferentes de resolución de problemas –al más puro estilo del Profesor X (el héroe de la saga) y Magneto (el villano)–, hasta las teorías del ensayista alemán Walter Benjamin.
“En mi preadolescencia me impactaron en un sentido prepolítico cosas muy diversas, pero, por destacar una, diría la serie Días del futuro pasado de X-Men”, explica Domènech. La saga a la que se refiere el diputado presenta una historia en un futuro lejano en el que los mutantes (personas con superpoderes surgidos de una evolución genética) son perseguidos y encarcelados en campos de concentración. “Me impactó la prefiguración de un posible mundo futuro donde se ha creado un Estado fascista controlado por los 'Centinelas' –robots pensados para atrapar a los mutantes, pero que acaban sometiendo a toda la humanidad–. Estos han llegado a la conclusión de que la única forma de controlar a los mutantes es controlando toda la sociedad”.
Para Domènech, “en este marco, las dos corrientes políticas entre los mutantes, aquella que creía que debía defender a la humanidad y buscar la integración entre humanos y mutantes, y aquella que creía que no había espacio posible para esa integración y que los mutantes debían luchar contra los humanos (la posición de Luther King y la de Malcom X por decirlo brevemente), se unen para organizar la resistencia a un Estado que oprime a mutantes y a humanos por igual”. Esta parte de la serie fue adaptada al cine en 2014, en un filme dirigido por Bryan Singer.
Tráiler de la adaptación cinematográfica de 'Días del futuro pasado', estrenada en 2014.
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En la saga, el personaje del Profesor X busca una integración social entre mutantes y humanos y defiende que los primeros deben proteger a los segundos –Martin Luther King abogaba por la integración racial y la igualdad de negros y blancos en un momento en el que la población negra estadounidense sufría una terrible discriminación, a través de medios no violentos, lo que le valió el Premio Nobel de la Paz–, mientras que Magneto, el villano de la saga, defiende que los mutantes deben enfrentarse y rebelarse contra los humanos por todos los años de persecución y discriminación –El-Hajj Malik El-Shabazz, conocido como Malcolm X, el otro gran defensor de los derechos de los afroamericanos, se caracterizaba por la dureza de sus discursos contra la discriminación y los crímenes que perpetraba la población blanca sobre la negra–.
Aunque la extrapolación del conflicto racial estadounidense a estos cómics despertaron el sentido prepolítico de Domènech, el diputado destaca que lo que más le impactó del relato leído en la niñez fue “que la solución para acabar con los centinelas era viajar al pasado, nuestro presente, para cambiar los hechos que llevarán a ese futuro de opresión. Después, con los años, vi que había algo muy benjaminiano en toda esa historia (de Walter Benjamin y su idea de que el cambio existe en el aquí y el ahora), pero en ese momento fue todo un universo que me fascinó”.
El portavoz de En Comú Podem también señala algunas novelas de la literatura contemporánea como inspiración: La madre(1906), de Máximo Gorki –uno de los exponentes culturales más importantes del realismo socialista en la Unión Soviética– o Cien años de soledad(1967), la novela más aclamada de Gabriel García Márquez. Sin embargo, asegura que la saga de los X-Men “consiguió, como han conseguido otros cómics y otras obras de tipo diferente, contar una historia particular que es a su vez universal sobre aquello que podríamos haber hecho y no hicimos y sobre aquello que podemos hacer, recuperar en definitiva aquello que pudo ser para que pueda ser”.
Un grupo de mutantes con superpoderes que trata de salvar al mundo. Ese es el argumento de X-Men, la serie de cómics del universo Marvel creada por el dibujante Jack Kirby y el guionista y productor Stan Lee. Sin embargo, en un análisis más profundo, bajo una lectura que atraviese lo superficial, una lectura como la de Xavier Domènech, portavoz de En Comú Podem en el Congreso de los Diputados, se pueden observar situaciones y conflictos políticos y sociales reales, desde el conflicto racial en Estados Unidos en los años sesenta, con Martin Luther King y Malcolm X como dos ejemplos o vías diferentes de resolución de problemas –al más puro estilo del Profesor X (el héroe de la saga) y Magneto (el villano)–, hasta las teorías del ensayista alemán Walter Benjamin.