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Antonio G. Ferreras: "El mejor desinfectante contra las presuntas irregularidades del rey emérito es la luz del sol"

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Aviso para el lector: el Antonio García Ferreras que vemos en pantalla habitualmente en laSexta es el mismo que hay detrás de las cámaras: mantiene el mismo sentimiento, los aspavientos que le caracterizan y hacen de la suya una imagen inconfundible. En nuestra charla nos dio los titulares directos, breves y concisos que exige a sus invitados en Al Rojo Vivo. Ante cualquier cuestión que se aborde, se muestra involucrado y comprometido con sus ideas. Todo le importa.

Polarización política y el peligro de la confrontación civil

Es evidente que en una situación como la que hemos vivido, con miles de fallecidos, con una incertidumbre total, mientras no haya vacuna, la incertidumbre va a seguir presente. Con un coste económico, con colas del hambre en bancos de alimentos, con vecinos que están movilizándose para que su amigo o su conocido pueda tener algo que comer. Éstos son territorios que pueden generar inestabilidad social y hasta crispación, sobre todo cuando hay partidos que lo fomentan. De todas maneras, este país sigue valorando, y además de una manera muy potente, el acuerdo, el diálogo, el consenso. Eso está ahí presente. Es verdad que hay un elemento de crispación que, sobre todo, hemos vivido en las fases más duras del estado de alarma, pero creo también que hay algo de hecho diferencial en Madrid.

Acuerdo y entendimiento frente a conflicto y confrontación

Yo creo que la ciudadanía ante líderes políticos que fomentan la crispación, la tensión, la división y la violencia global da una respuesta negativa. Quiero creer que la gran parte de la ciudadanía apuesta por un discurso de acuerdo, de consenso, en un momento en el que tiene que haber unidad para afrontar una devastación económica terrible. Pero, además, una devastación sanitaria ante un fenómeno que nadie sabía cómo controlar. Nadie sabía cómo gestionar un coronavirus de estas características, porque cada día nos sorprende. Quiero creer que la ciudadanía va a premiar a aquellos que apuestan por los acuerdos, los diálogos y los consensos.

La dificultad para alcanzar pactos transversales

Han sido posibles en un ayuntamiento tan importante para España como el de Madrid, donde formaciones completamente distintas han llegado a un acuerdo. Si se cree, se puede lograr. Pero en este país, los políticos siguen pensando que la discrepancia o la agresividad y el no llegar a acuerdos les puede favorecer, cuando la ciudadanía está precisamente en esquemas completamente distintos. La ciudadanía está en que es el momento de la unidad, que evidentemente hay diferentes en un PP de derechas frente a un PSOE o a Ciudadanos. Pero hay territorios para el encuentro, para el acuerdo. En un momento como este es imposible que no existan la prueba es que un alcalde como Martínez-Almeida lo ha conseguido en Madrid.

La experiencia del gobierno de coalición

El gobierno de coalición de PSOE-Unidas Podemos es un fenómeno absolutamente extraño. Nunca jamás se había producido en nuestro país. Por primera vez, la izquierda gobierna junta. Además, nunca había existido un gobierno de coalición. Ha tenido que enfrentarse a la pandemia, que es posiblemente uno de los momentos de nuestra historia reciente más difíciles para gestionar, por lo que significa como desafío y combate sanitario frente a un coronavirus desconocido, por lo que significa como escudo frente a las consecuencias económicas sociales y laborales que le va a hacer un daño tremendo a la población, porque la economía evidentemente queda devastada por el coronavirus. Aun así, yo creo que es un reto brutal para una izquierda que tiene que demostrar ser capaz de gobernar junta; que es capaz de gobernar de una manera distinta, que es capaz de tener Seguridad Social. En el gobierno hay evidentemente discrepancias tensiones y diferencias, pero no son tanto entre PSOE y Unidas Podemos como sensibilidades distintas de personas distintas. Tengo la sensación de que la brutalidad de la pandemia, el dolor que está causando en lo económico, y los ataques brutales de la oposición les han hecho estar más unidos de lo que uno podría haber esperado.

La fragmentación de la derecha

Lo que determina todas las posiciones en la derecha es la existencia de Vox. La presencia de la extrema derecha es lo que marca la estrategia del Partido Popular, un PP que sabe que mientras exista la extrema derecha tiene muy difícil gobernar. Sin embargo, juega ese “me seducen las posiciones de extrema derecha” o “me enfrento a las posiciones de extrema derecha”. Ese dilema todavía no está resuelto en la dirección del Partido Popular. Sucede lo mismo con Inés Arrimadas, que está buscando un espacio propio, aunque sabe que Pablo Casado aspira a asimilar a Ciudadanos dentro del Partido Popular. La clave de Ciudadanos es que tienen que decidir que quieren ser de mayores respecto a las posiciones de la extrema derecha, si se quieren distanciar o si quieren ser una derecha europea.

El futuro de la monarquía

El asunto del rey emérito es muy serio, muy grave. Es altamente delicado teniendo en cuenta los datos que vamos conociendo cada semana. Son realmente preocupantes y se necesita una explicación clara, transparencia total y justicia. Supone una paradoja que el rey emérito Juan Carlos haya sido un factor fundamental de consolidación de la transición y de la democracia y ahora pueda ser responsable de comportamientos absolutamente irregulares e incluso con responsabilidad penal. Que la justicia actúe; que se investigue; que se aclare. Yo soy un republicano y creo en la República, pero yo creo y espero que este país tenga una gran monarquía. Espero que a Felipe VI le vaya muy bien. Sería bueno para este país. Lo dice un republicano. Para que así sea, hace falta claridad y transparencia. El mejor desinfectante respeto también a las presuntas actuaciones ilegales del rey emérito es la luz del sol.

La amenaza de un supuesto cambio de régimen

No son amenazas. Son delirios. Pensar que en este país hay un proyecto para instalar aquí una dictadura al estilo bolivariano o albanés es un auténtico delirio. El problema es que ese delirio penetra en determinadas capas sociales. Hay gente que se lo llega a creer. Hay quien cree que realmente el Estado de Alarma no era un movimiento defensivo respecto al coronavirus, sino un movimiento de un gobierno que pretendía instalar una dictadura. Es un auténtico delirio. Lo grave es que hay gente que se lo cree. Hay políticos que teóricamente deberían ser serios que llegan a afirmar que en España se está buscando una dictadura constitucional, que es algo absolutamente demencial.

La extensión de la extrema derecha

Llevamos muchos años en los que no nos parecíamos al resto de Europa. Ahora nos parecemos algo más al resto de Europa, donde la extrema derecha está muy presente en Italia, en Francia o en Alemania o con la potencia que ha tenido en el Reino Unido, donde ha sido capaz de vencer en un referéndum que ha cambiado la historia de Europa, cómo ha sido el Brexit. Hay varios elementos que han contribuido al crecimiento de la extrema derecha en España: los nostálgicos del franquismo, evidentemente están en esa posición; el fenómeno del independentismo y del procés también ha generado un caldo de cultivo que ha favorecido su asentamiento; también ha habido otros acontecimientos como la moción de censura y la presencia de Unidas Podemos en el gobierno; o aspectos como la inmigración, la igualdad de género o hasta la defensa de la tauromaquia, que no tiene ideología, pero ellos han penetrado en ese mundo y han ido recogiendo apoyos; y luego jugado han jugado al trumpismo. Pienso que la presencia o no en la Casa Blanca de Donald Trump es una clave fundamental para entender o no los fenómenos de ultraderecha en el mundo.

Los escraches como arma de presión política

Siempre me han parecido un instrumento de acción social y política rechazable. No comparto que a un político y a su familia se le pueda meter una presión de esas características. Sé que es un fenómeno latinoamericano que se ha trasladado a Europa. Un político tiene que soportar la crítica, incluso el abucheo en un acto público, pero no tiene por qué soportar que su familia sea víctima de esa presión en su propio domicilio. No comparto nunca esa estrategia de los escraches, me parece que es profundamente injusta.

La relación entre políticos y periodistas

Para que la relación entre políticos y medios sea sana tiene que haber cierta tensión. Los periodistas y medios de comunicación deben tener una actitud crítica hacia los que gobiernan. No se tienen que levantar por la mañana para hacer amigos entre los políticos, y estos evidentemente tienen otro tipo de objetivo. Ahora mismo vivimos una situación extremadamente tensa, que es fruto también de cambios sociales importantes. Es la primera vez que hay un gobierno de coalición, donde está el Partido Socialista y una formación como Unidas Podemos, que en las capas sociales de la derecha genera muchísimo recelo. La presencia de la extrema derecha también incrementa la tensión. Luego, hay elementos en las fuerzas políticas españolas que han incorporado tácticas trumpistas, cuando un político dice “yo también tengo derecho a arremeter contra los medios de comunicación”. Tiene que ser una relación respetuosa, donde los medios de comunicación tienen que mantenerse en una actitud crítica ante el gobierno y ante los poderes. Cuando hablo de poderes no hablo solo de poderes políticos.

La salud de los medios de comunicación en España

Es una situación complicada porque económicamente todos los medios de comunicación sufren una situación complicada. Hay fenómenos novedosos, como los partidos que han quebrado alguna regla del juego, la de no arremeter contra periodistas o medios de comunicación. No digo que no haya que ser críticos con los medios comunicación, los periodistas también podemos ser objetos de la crítica. De la crítica sí, de ataques desmesurados, de difamaciones o de mentiras, no. La situación es compleja respecto a lo empresarial porque hay una situación evidente de debilidad, con la crisis económica que ha afectado también a los medios de comunicación, ya sean públicos o privados.

Bulos, fakes, mentiras, manipulaciones, … fakes

Vamos a un momento en el que va a ser muy importante aprender a diferenciar. Siempre se dice que la mentira tiene una potencia una fuerza y una velocidad superior a la verdad. Tenemos que empezar a convivir con un mundo en el que las mentiras forman parte del ecosistema cotidiano. Tenemos que aprender muy bien a diferenciarlas, a combatirlas, a luchar con ellas, porque son un foco de inestabilidad y de tensión en todas las sociedades. Los bulos y fakes son además herramientas que se utilizan para desestabilizar países, sociedades, empresas… Es importantísimo tener en cuenta que hay un antes y un después en este momento y que la pandemia lo va a ser también respecto a lo que se denomina la infodemia. Tenemos que aprender a combatir las mentiras. Tenemos que saber qué hacer. Sobre todo, que la ciudadanía sea muy consciente de ello y especialmente que las nuevas generaciones -que son las que consumen los medios de comunicación de una manera distinta- deberían empezar también a encontrar o a buscar una vacuna que las inmunice respecto a ese fenómeno.

El universo de las redes sociales

Las redes sociales pueden ser un instrumento de trabajo muy interesante y de información. Pero yo hace tiempo que he detectado que Internet y las redes sociales se están convirtiendo en un mundo salvaje; donde los hechos son subjetivos; donde todo es cuestionable, incluso la verdad; donde las opiniones son manejadas como hechos irrefutables. Me provoca un cierto rechazo. Es un mundo donde mucha gente se abona a él, pero buscando solamente el respaldo de su opinión, en grupos que solo quieren darse la razón a sí mismos, a los que no les importa la verdad. Es un momento de hacer un proceso de reflexión importante. Además, es un territorio donde los bulos, las mentiras y la infodemia se mueven como como pez en el agua.

Líderes populistas y su gestión frente al coronavirus

Sé que los líderes populistas -al igual que los líderes no populistas- han sido rebasados absolutamente por una pandemia, por un patógeno que era imprevisible, incontenible, por un auténtico tsunami. La gestión Trump, la gestión Bolsonaro y la gestión Johnso están agravadas por una razón. Ellos no solo minusvaloraron o no supieron dimensionar la potencia del virus. Además, se han reído, han hecho mofa, frivolizaron. Y, es más, aun sabiendo de la dureza del coronavirus, han seguido jugando a mensajes ambiguos, de poco rigor a la hora de la gestión de la pandemia. Pero ocurre mucho que el populismo intenta mantener discursos muy emocionales y plantea soluciones muy simples ante problemas muy complejos. El tema es que este no es un problema complejo. El de la pandemia del coronavirus es un problema monumental, gigantesco en su complejidad.

La extensión del discurso emocional frente al racional

Algunos líderes políticos se aprovechan de una situación de altísima sensibilidad, de alto dolor, de momentos en los que, por primera vez en muchos años, en nuestro país hay un estado alarma que impide la movilidad, la libre circulación; donde se restringen, por decirlo de alguna manera, ciertos derechos. Todo esto es aprovechado por algunos dirigentes -no solo en España, sino en todo el mundo- para hacer discursos más emocionales, con una carga sentimental, que no sirve para nada. Lo que también espero es que en este país primen esos políticos que aplican más la racionalidad, el sentido, la ciencia, el rigor en la gestión, los tonos moderados y la búsqueda de acuerdos.

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Fíjate en esos países llevados por mujeres, como en Alemania, Noruega, Taiwán o Nueva Zelanda. No ha sido sólo en Europa, sino también en Asia. Ha sido también en Oceanía. Mujeres al frente de gobiernos, que han sido muy eficaces en la gestión de una pandemia como esta. Una pandemia salvaje, de consecuencias imprevisibles. Creo que una reflexión interesante sería “¿por qué no hay más mujeres al frente? ¿por qué no hay más mujeres presidiendo gobiernos, o como primeras ministras?”. Aquí tenemos un ejemplo que yo creo que es muy revelador y significativo de mujeres que han sido capaces de gestionar mejor que nadie la pandemia en países y en territorios, en ecosistemas distintos.

Lecciones del confinamiento

Hay algo fundamental: juntos y solo unidos podemos combatir un fenómeno de estas características. El ser humano debe reflexionar sobre la fragilidad que tiene nuestro mundo. Hablo de fragilidad en cuanto a los sistemas, en cuanto a las sociedades, en cuanto a la política. También debe hacernos pensar que no podemos ser egoístas. Los patógenos, los coronavirus, la próxima pandemia no va a tener origen en ninguna galaxia lejana. Todo lo que ocurra en este mundo nos concierne. Todo lo que pueda ocurrir, aunque aparentemente sea en un lugar lejano de esta tierra, está pasando en las puertas de nuestra casa.

Aviso para el lector: el Antonio García Ferreras que vemos en pantalla habitualmente en laSexta es el mismo que hay detrás de las cámaras: mantiene el mismo sentimiento, los aspavientos que le caracterizan y hacen de la suya una imagen inconfundible. En nuestra charla nos dio los titulares directos, breves y concisos que exige a sus invitados en Al Rojo Vivo. Ante cualquier cuestión que se aborde, se muestra involucrado y comprometido con sus ideas. Todo le importa.

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