Javier Aroca: "Hay que reconocer que el Gobierno está siendo valiente"
Esta semana del puente de la Constitución se ha vivido una especial tensión política. La anunciada reforma del Código Penal y las previsibles medidas del Gobierno para romper el bloqueo que la derecha ha impuesto en el poder judicial han vuelto a poner en el foco la polarización política que vive nuestro país. Para el periodista, licenciado en derecho y antropólogo Javier Aroca (Sevilla, 1954), este clima es "fruto de la frustración y de la impotencia parlamentaria de la derecha, que no encuentra otro argumento para combatir al Gobierno legítimo que intentar que salte la confianza en las instituciones parlamentarias, en el Gobierno y en todo lo que son instituciones democráticas".
Reformar la Constitución
"Esta Constitución ha servido para mucho y sigue sirviendo para mucho. Pero las constituciones no deben de ser piedras intocables y mucho menos un tabú o un tope que hacen que se invoque en razón de determinados intereses. Creo que es hora de que nos planteemos seriamente que se aprobó en unas circunstancias muy singulares, que probablemente hayan desaparecido, o al menos muchas de ellas, y que podemos afrontar con valentía y con madurez las reformas necesarias, con los consensos suficientes para que la Carta Magna se adapte al tiempo en el que estamos y contemple realidades que están ante nuestros ojos y que destierre otras que ya, afortunadamente, no están en el panorama político español".
Tensión política
"El problema de la crispación y de la polarización tiene dos motivos u orígenes fundamentales. En primer lugar, la frustración. La derecha, la derecha parlamentaria y la derecha que está fuera del Parlamento están frustradas e impotentes porque el Gobierno de coalición progresista resiste. Y no solamente resiste sino que, en ciertos aspectos, lo está haciendo bastante bien. Después hay otro motivo, y ese es más peligroso si cabe, que es la agitación y la inestabilidad institucional. Es una estrategia de la extrema derecha subvertir el orden dentro de las propias instituciones democráticas para que la gente piense que esas instituciones no sirven para nada y que son solamente un gallinero donde la gente se trata a gritos. Considero que hay que rechazar las dos cosas".
Economía y elecciones
"Una de las grandes batallas de la derecha es precisamente decir que la izquierda no funciona y que no defiende bien ni los intereses económicos del país ni de la economía en general. Pero esto se está desmoronando porque no es solo que la economía vaya peor, sino que, en circunstancias muy comprometidas y muy vulnerables, como una pandemia, una guerra dentro de la propia Europa y otras muchas calamidades, resulta que mucha gente y muchas instituciones internacionales ponen al Estado español de modelo. La economía funciona y todo eso es desmoralizante para la derecha. Lo que ocurre es que, quizá, la mayor parte del esfuerzo que está haciendo el Gobierno de coalición progresista no está llegando a la gente pese a que se están consiguiendo grandes avances en materia económica".
Presupuestos aprobados
"Hay una voluntad colectiva de muchos partidos que están dentro del Parlamento de alcanzar objetivos comunes, independientemente de la diversidad ideológica y de los intereses que pueda tener cada uno individualmente. Por otra parte, existe el temor a que pudiera irrumpir en la política española una fuerza tan reaccionaria como, lamentablemente, la derecha que tenemos actualmente en España. Cuando se estudia la política, generalmente siempre se dice, desde el punto de vista de una legislatura, que los Presupuestos Generales del Estado son la ley más importante porque es la que marca la estabilidad y un futuro con una cierta certidumbre económica. Eso ha ocurrido impepinablemente en toda esta legislatura. Las cuentas han salido y salen con amplitud y contenido de política, llenos de políticas sociales y de políticas progresistas. Eso es algo sobre lo que conviene reflexionar. Este Gobierno no es inestable".
Sedición y malversación
"Hay que reconocer que el Gobierno está siendo valiente y que Pedro Sánchez también lo está siendo. Creo que reformas como las que está proponiendo, por ejemplo, la del Código Penal, es muy necesaria en el panorama político y jurídico de este país. Otra cosa es que podamos pensar alguno que se pueda hacer mejor. Probablemente, le echaría en cara al Gobierno que no se hubiera planteado hacer una reforma más integral, por ejemplo, incluyendo el delito de rebelión, para que no haya ningún fleco posible en una articulación integrada del Código Penal defendiendo las instituciones democráticas y constitucionales. Y, honestamente, ha sido un error mezclar la sedición con la malversación en un momento en donde la sociedad está muy sensible con la corrupción, o al menos eso dice, aunque luego vota a los malversadores y a los corruptos".
El liderazgo de Feijóo
"¿En qué país se cargan a un dirigente político de la manera que sucumbió Casado para poner a otro? En aquel momento, a Casado todas las encuestas le daban ya prácticamente un lugar en La Moncloa y cayó a lo Jintao, como en el Comité Central del Partido Comunista Chino, y Feijóo llegó. Y es verdad que, a pesar de estos antecedentes y de la manera que llegó, algunos pensamos que podía ser un hombre moderado, de derecha que puede ser homologable más a una europea y democrática. ¿Y qué ocurre? Que Feijóo llegó con buenas intenciones, pero no sabía o no ha querido saber lo que pasaba en el PP. Feijóo no es dueño de sus actos y está siendo un pelele del ala más radical del partido. Cuando estaba en Galicia tenía poder porque tenía unos presupuestos y dinero para tener contentos a los medios de comunicación. Pero, cuando llega a Madrid, resulta que quien tiene ese poder no es él, sino precisamente su principal rival, Isabel Díaz Ayuso".
El poder de Díaz Ayuso
"Isabel Díaz Ayuso no tiene aspiraciones. Será lo que le digan. Antes decía que Feijóo estaba en manos de Ayuso. Pero también digo que Ayuso está en manos de la derecha que no está en el PP. Me refiero a la derecha que manda, la que está en los ambientes judiciales, políticos, militares, bancarios y empresariales. Esa es la derecha que tiene ahí puesta a Ayuso. Mientras que le sirva, hará lo que le diga esa derecha. Por eso digo que no creo que ella tenga aspiraciones. En todo caso, tiene aspiraciones de continuidad. Y ella, que tiene experiencia canina, porque es una fiel y leal defensora de sus mandantes, hace lo que le digan. Y la verdad es que lo hace bien para esos intereses, aunque no podría decir lo mismo con respecto a los madrileños y madrileñas, aquellos para los que gobierna".
El momento de Vox
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"Vox es la expresión institucional de una escisión del PP que cogió aire en un momento de desconfianza de la derecha. Por tanto, la extrema derecha que representa Vox no tiene vida propia, sino que está muy relacionada con lo que quiere hacer el PP y la derecha en general. Si el PP quisiera y la derecha quisiera —una derecha que debería ser constitucional, europea, democrática y que rompa los vínculos con el neofranquismo—, creo que Vox duraría poquísimo, porque la propia derecha acabaría con su ala extremista, como ocurre en otros países europeos. Por lo tanto, va a depender mucho de la evolución del PP y de que haya otros sectores que no son la derecha, incluida una parte de la izquierda, que no piensen en la utilidad de Vox para debilitar a sus adversarios o para crear clímax que impidan determinados objetivos políticos".
El proyecto de Sumar
"Si me dejo llevar por mi sentido común, soy optimista. Si me dejo llevar por mi sentido de la experiencia, soy muy pesimista porque como andaluz he visto ya lo que ha pasado en las elecciones andaluzas: que la izquierda a la izquierda del PSOE ha sido un guirigay. Incluso, se están peleando por los despachos. Eso significa que hay que aprender esa lección. Ahora, no sé porque no tengo pistas y no sé lo que piensan en Podemos, ni en Izquierda Unida, ni en otras escisiones de estos grupos, ni siquiera Yolanda Díaz y su opción de Sumar. Estoy preocupado, lo digo honestamente, porque las opciones de la izquierda se pueden difuminar. Para llegar a algunas conclusiones no hace falta leerse un tratado de ciencia política. Es ilustrativo otra vez volver a ver La vida de Brian para entender adónde puede llegar la izquierda frente al Imperio Romano".
Ruptura del Gobierno
"El Gobierno no está amenazado por ninguna ruptura, entre otras cosas porque el garante fundamental del Gobierno es el propio presidente. Sánchez no está dispuesto a que el Ejecutivo se rompa, porque se pueden romper aspiraciones de futuro. La política de futuro tiene que basarse en alianzas, en consensos y entendimientos ideológicos y también territoriales, tal y como está ocurriendo. Es bueno que haya una dialéctica en una nueva cultura de coalición donde sus miembros muchas veces defienden intereses distintos y hasta encontrados. Lo importante es que al final se llegue a soluciones. Y también que las discrepancias, cuando son públicas, no contribuyan a dar munición al adversario, o incluso, para fortalecer los enemigos de la propia coalición. No olvidemos que dentro del PSOE hay enemigos de la coalición y dentro de Unidas Podemos, también".