El profesor de Fundamentos del Análisis Económico Miguel Sebastián (Madrid, 1957) fue ministro de Industria, Turismo y Comercio en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Acaba de publicar su último libro, El virus interminable, centrado en el seguimiento que realizó de la crisis del coronavirus. En su opinión, debe extraerse una conclusión principal de lo ocurrido: "No hay dilema entre salud y economía, como siempre se ha planteado. Lo que es bueno para la salud es bueno para la economía". Además, entiende que "todo Occidente debe aprender a reaccionar rápido si se repite" porque "si hubiéramos cerrado las fronteras a tiempo no hubiéramos tenido que pasar por todo lo que hemos pasado". También mantiene que "lo que ha tenido un enorme coste, aparte de las vidas humanas, es la duración de la pandemia, que ha sido eterna, frente a un virus que solamente vive 14 días".
Situación económica
"España, como todos los países que importan energía, gas y petróleo, está sufriendo lo que llamamos los economistas un choque de oferta, que es un aumento de costes que te hace que tengas más inflación y menos crecimiento. Pero dentro de los problemas que estamos teniendo en toda Europa, creo que España lo está manejando relativamente mejor. Al contrario de lo que ocurrió en la pandemia, que nos golpeó más duro. Esta crisis nos está afectando menos porque hemos hecho una política energética más razonable. Primero, por tener suministro de gas garantizado. Segundo, por la apuesta por las energías renovables. Y tercero, por la excepción ibérica, es decir, por evitar que el precio del gas contamine todas las tecnologías de generación eléctrica. Ha sido una muy buena solución y estoy plenamente convencido de que el resto de Europa nos va a copiar".
Baja la inflación
"La inflación va a seguir bajando en todo el mundo. En el caso de España, está yendo mucho mejor que en el resto de Europa. Somos el país, ahora mismo, con menos inflación, fundamentalmente por la excepción ibérica. Hemos conseguido evitar que se traslade el precio del gas completamente, como ocurría antes, al de la de la electricidad. Pero ahora creo que nos van a llegar mejores episodios de inflación. Primero, porque el precio del petróleo se ha estabilizado, incluso sigue bajando. Y luego, en China tienen ya deflación, caída de los precios industriales, y toda Europa importa muchos bienes industriales procedentes de este país. Sí que soy optimista: la inflación va a acabar este año por debajo del 6% y creo que 2023 lo terminaremos en el dos y pico. Es decir, prácticamente podremos decir que el problema de la inflación se habrá resuelto a finales del próximo año".
Pensiones asumibles
"Nuestra economía se puede permitir muchas cosas, incluso la subida de pensiones prevista. El problema es el sistema de la Seguridad Social que tenemos: es difícilmente sostenible respecto a la demografía porque entre los años 2040 y 2050 tendremos el pico del problema. Toda la base de la pirámide, que ahora está en torno a los 50 o los 60 años, ya estará arriba del todo. Tendremos, por tanto, un problema importante de recursos para financiar las pensiones. Yo hubiera llevado a cabo una subida de las pensiones más gradual, no haberlo hecho todo este año sino haberlo separado en varios, exceptuando las mínimas que sí que tienen que subir con la inflación. Pero las más altas podían haber subido de forma gradual y repartida en el tiempo. Eso hubiera ayudado a la sostenibilidad".
El mercado energético
"La evolución del mercado energético va a depender fundamentalmente de la guerra. Soy optimista, esta guerra va a terminar pronto. Empieza a haber ya un clima de que hay que sentarse a negociar. Eso llevará tiempo y tendremos sustos, pero después del invierno las condiciones van a ser favorables para una negociación. Y, si la guerra termina, el precio de la energía va a volver a caer donde estaba antes de la pandemia. Ahí vamos a notar muchísimo alivio en toda Europa. Mientras tanto, tenemos que seguir con la excepción ibérica y habría que prorrogarla mientras dure la situación de Ucrania. En cambio, la subvención de los 20 céntimos a la gasolina y al gasóleo ahora ya no tiene sentido. Es muy cara, alrededor de 6.000 millones de euros al año y se podría retirar porque el precio del petróleo ya está en unos niveles que nos podemos permitir".
El empleo crece
"El economista Juan Francisco Gimeno puso un tuit que decía que llevaba 30 años estudiando el mercado de trabajo y que ahora no entendía lo que está pasando y yo tampoco, en sentido positivo. El empleo está yendo muy bien comparado con lo que pasaba en otras crisis, cuando el empleo era lo primero que se destruía, incluso antes de que la actividad económica empezara a caer. Ahora, en cambio, estamos teniendo unos datos muy buenos, que indican que la economía española no se está desacelerando tanto como algunos decían. Al final, en la previsión de crecimiento de este año, todo el mundo se ha equivocado y va a estar en torno al 4,7, cuando todos decían 4 ó 4,2. Para el año que viene, la previsión va a estar más cerca del 2,1 que dice el Gobierno, que de lo que dice el Banco de España, que es un 1,4. Va a acertar más el Ejecutivo".
Debate sobre impuestos
"Cuando tienes una situación de inflación, bajar los impuestos lo que hace es echar más leña al fuego y recalienta la economía. Es el peor momento para bajar impuestos. Y este era el empeño del PP. Creo que estábamos todos los economistas en contra, pero los de Feijóo seguían manteniéndolo hasta que ocurrió lo del Reino Unido y ahí se dieron cuenta de que era un disparate completo. Han retirado toda la artillería. Lo que no puede ser es que siempre la solución sea bajar los impuestos. Tenemos una pandemia, bajar los impuestos; unas inundaciones, bajar los impuestos; hay un volcán, bajar los impuestos; una crisis del petróleo, bajar los impuestos; gana el Barça la Liga, bajar los impuestos. Siempre proponen lo mismo y no tiene ningún sentido porque la política fiscal se tiene que acomodar al ciclo económico y a un diagnóstico serio de la realidad económica. Y el PP no lo ha hecho".
Presupuestos aprobados
"Son unos presupuestos bastante expansivos y que, por supuesto, tratan de cubrir todos los costes de la guerra en la parte de la sociedad más vulnerable, más dañada, y de apoyar a buena parte de las empresas, por ejemplo, en el sector del transporte o en el agrícola. Creo que esa parte es bastante razonable. A mí, lo que me preocupa es que tenemos que empezar ya a plantearnos que hay que bajar la deuda pública ya que en España la tenemos muy alta. Este año está justificado, pero debería ser el último en el que tuviéramos un presupuesto tan expansivo porque lo hemos tenido en los últimos tres años. Ahora, deberíamos empezar a pensar en tener unas cuentas más ajustadas para quitarnos deuda pública en términos de PIB, porque es uno de los retos que tenemos en la economía española. No podemos tener ese nivel de endeudamiento".
Economía y elecciones
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"La economía siempre juega un papel fundamental de cara a las elecciones pero, como la economía creo que no va a ir tan mal como esperaba la oposición, el PP va a tener que cambiar el discurso. Hasta hace muy poco, estaba centrado en la economía y creían que con eso iba a ser suficiente. Criticar al Gobierno de Sánchez por la evolución económica era lo fácil, aunque la evolución económica no tuviera que ver ni mucho menos con su gestión sino que venía dada por factores externos. El PP ya se está dando cuenta de que la economía no va a tener rendimiento electoral y ahora busca y rebusca otros temas. No soy politólogo y no tengo idea de eso, pero la situación de la economía no va a ser tanto como el PP esperaba para tenerla de baza electoral en 2023. Las municipales y autonómicas serán el primer test. Pero luego, a final de año, cuando sean las generales, la economía va a ir incluso mejor que en la primera mitad del año".
Violencia verbal
"El ambiente es realmente deprimente en el Congreso de los Diputados y en muchos parlamentos regionales. La clase política no se da cuenta del daño que se está haciendo a sí misma. Es sorprendente el nivel de agresividad e insultos que tenemos en el Congreso, sobre todo en estas fechas con el aniversario de la Constitución. Pero también creo que tiene un coste electoral limitado, porque si lo tuviera, tendrían más cuidado. Es muy deprimente que, por ejemplo, acabemos de vivir una pandemia, que es un acontecimiento absolutamente horrible, externo y que no tiene nada que ver con ningún Gobierno, y no hemos sido capaces de unirnos, de hacerle frente juntos. Es muy triste y creo que algo de factura política les va a pasar a los que más insulten".
Crisis sanitaria
"Es un poco deprimente que hayamos pasado de salir a aplaudir a los sanitarios a las ocho de la tarde al balcón a, ahora, de repente, ver cómo muchos políticos los maltratan e incluso los descalifican. Una de las enseñanzas de la pandemia, y lo digo en el libro, es que la sanidad pública se tiene que reforzar y creo que esto era un consenso de todos porque ha sido la que nos ha salvado de una crisis mucho mayor. Y, además, es que estamos en una sociedad con un enorme envejecimiento y tenemos lo que se llama la curva J, que implica que, a medida que envejecemos, vamos a tener un gasto sanitario que va a crecer exponencialmente. Ya se empieza a notar que las costuras del traje sanitario se están empezando a romper y, por lo tanto, hay que hacer una apuesta mucho más decidida por la sanidad pública de la que se está haciendo ahora".
El profesor de Fundamentos del Análisis Económico Miguel Sebastián (Madrid, 1957) fue ministro de Industria, Turismo y Comercio en el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Acaba de publicar su último libro, El virus interminable, centrado en el seguimiento que realizó de la crisis del coronavirus. En su opinión, debe extraerse una conclusión principal de lo ocurrido: "No hay dilema entre salud y economía, como siempre se ha planteado. Lo que es bueno para la salud es bueno para la economía". Además, entiende que "todo Occidente debe aprender a reaccionar rápido si se repite" porque "si hubiéramos cerrado las fronteras a tiempo no hubiéramos tenido que pasar por todo lo que hemos pasado". También mantiene que "lo que ha tenido un enorme coste, aparte de las vidas humanas, es la duración de la pandemia, que ha sido eterna, frente a un virus que solamente vive 14 días".