Nicolás Sartorius, (San Sebastián, 1938) comenzó su actividad política contra el franquismo mientras estudiaba Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Fue uno de los fundadores del sindicato Comisiones Obreras. Desde la dictadura militó en el Partido Comunista de España y con la democracia fue diputado durante varias legislaturas, primero con el PCE y después en Izquierda Unida. Actualmente, colabora en el diario El País, la Cadena SER y es columnista en infoLibre. Acaba de publicar con Anagrama el libro La democracia expansiva o cómo ir superando el capitalismo. No hay más truco que “organizarse y movilizarse si queremos que la democracia avance”, señala. Y añade: “Porque la democracia, como todo, es siempre el producto de una relación de fuerzas”. Por ello hace la siguiente petición: “Demócratas de todo el mundo, uníos”
La derecha ante la ultraderecha
“No puedo opinar sobre qué debería hacer la derecha tradicional porque nunca he pertenecido a ella ni tengo ni idea de cuáles son sus mecanismos mentales. Pero creo que hacer una política seguidista de la ultraderecha o coger sus eslóganes y prácticas generalmente no da buen resultado. La gente al final prefiere el original al que en el fondo está intentando comerles votos haciendo su política, pero sin creer suficientemente en ella. En fin, ese es un problema de la derecha. Yo creo que se equivoca, pero es una opinión que viene desde el lado de la izquierda”.
La derecha tradicional
“La política del PP de acercarme a Vox para tragármelo creo que no hado resultado ni en Francia, ni en Gran Bretaña, ni aquí. El tiempo lo dirá. Lo que se ha demostrado, y es una de las partes fundamentales sobre las que yo he reflexionado en este libro, es por qué crece la extrema derecha. Y lo hace entre otras cosas porque la derecha tradicional hace una política que deja desprotegidos a sectores muy amplios de la sociedad. Las políticas ultraliberales que empezaron con Thatcher, Reagan en Estados Unidos, la gran ofensiva reaccionaria conservadora de los años 80, han fracasado estrepitosamente. Nos ha llevado a la crisis del 2008. Una crisis enorme. Y de esa crisis es de la que hay que salir”.
Nuevas ultraderechas
“El de Alvise no llego a pensar que sea un partido, es una cosa que ha surgido ahí, pero a mí no me preocupa para nada. O por lo menos no mucho. Tampoco me preocupa del todo Vox. Me preocupa más que la derecha tradicional en Europa vaya girando hacia posturas de ultraderecha y euroescépticas. Creo que Vox nunca va a dirigir el Gobierno de España, lo tiene dificilísimo. Pero el Partido Popular sí es un partido de gobierno. La evolución de esos partidos en Francia, Reino Unido o Alemania me preocupa mucho. Que las fuerzas políticas que vayan a dirigir la Unión Europea sean fuerzas que tengan claras las ideas”.
Resultados en Francia
“Teniendo en cuenta las encuestas y perspectivas, me ha parecido un resultado francamente muy positivo. El aumento de la participación en los alrededores de las grandes ciudades ha sido la clave. Ha habido sectores populares que veían como una amenaza esta ultraderecha racista, xenófoba, antifeminista, antiecologista, negacionista o ultraliberal y se han movilizado. A pesar de todo, la ultraderecha ha seguido avanzando. Casi 10 millones de franceses y francesas les han votado, alrededor de un 30%. Es evidente que un 70% no está de acuerdo, pero es una cifra importante. Si las cosas siguen igual, si no mejoran, si no se hacen reformas, seguirá aumentando la ultraderecha. El reto del futuro Gobierno francés es conseguir que retroceda la extrema derecha. Para eso hay que cambiar bastantes cosas”.
Giro en Reino Unido
“El caso británico es tan interesante o más que el de Francia. Es la experiencia que ha demostrado el fracaso de las teorías neoliberales que se han venido practicando desde la señora Thatcher hasta ahora. Toda la política de los gobiernos conservadores británicos ha sido una sucesión de las ideas ultraliberales. Y eso ha fracasado rotundamente. Después del grave error del Brexit, Gran Bretaña ha quedado en una situación tremendamente precaria en todos los sentidos. Se ha perjudicado al Estado de bienestar, a la sanidad, a las infraestructuras, los salarios... Eso es lo que ha conducido a una gran victoria del Partido Laborista. Yo creo que es una gran lección también para nosotros, porque aquí se están intentando también defender y practicar las mismas políticas, sobre todo en Madrid, pero también en muchos otros sitios”.
Evaluación de la legislatura
“Creo que ha sido el Gobierno que más avances sociales ha conseguido en el periodo democrático. La política económica y la social han sido francamente buenas, incluso diría que casi espectacularmente buenas, teniendo en cuenta que salíamos de una crisis económica brutal, el covid o las dos guerras. Tenemos 21 millones de personas trabajando, más estables que antes por la reforma laboral del Gobierno. Es una revolución que haya casi tantas mujeres como hombres en el mercado de trabajo, cosa que no se había dado nunca. Se ha subido notablemente el salario mínimo y las pensiones. Hay mayor estabilidad en el empleo. Ha habido conquistas en derechos sociales. El Fondo Monetario Internacional acaba de reconocer que se había sacado de la pobreza un millón de trabajadores en España. Se habla muy poco de estas cosas”.
Acción de Pedro Sánchez
“Creo que como jefe del Gobierno lo está haciendo bien. Ha dirigido un Ejecutivo por primera vez en la historia democrática incluyendo a personas que van de la izquierda a la izquierda del PSOE y por lo tanto con más dificultades. Porque siempre es mucho más fácil gobernar, evidentemente, con mayoría absoluta. Sin embargo, él ha tenido que gobernar sin mayoría absoluta y además en un Gobierno de coalición y además con un Parlamento en el que dependía de otras fuerzas políticas, algunas bastante alejadas del PSOE. Por lo tanto, me parece que puede presentar un balance, sobre todo en los temas importantes de la economía (que es lo fundamental que vaya bien en un país) y las cuestiones sociales, francamente positivo”.
A la izquierda del PSOE
“La izquierda en Francia estaba en una situación penosa de división completa, con múltiples partidos enfrentados: comunistas, socialistas, insumisos, verdes, y en muy poco tiempo han logrado la unidad y un resultado espectacular. Conclusión bastante obvia: la división te castiga duramente en política y la unidad te premia. Esa es una de las experiencias históricas que explico en el libro: cómo el fracaso de la izquierda en determinados momentos se ha debido a sus divisiones y enfrentamientos. Lo mismo le ha pasado a la derecha cuando se ha dividido en el caso de la UCD o de Ciudadanos. Cuando tienes un partido unido, con una idea clara de qué país quieres construir, un programa y una organización, sueles tener éxito, pero si te divides y te enfrentas, lo más probable es el fracaso”.
Politización de la justicia
“No sé si es porque he sido abogado muchos años, pero el que no conoce un caso jurídico no tiene ni idea. Tienes que ver los detalles, porque todos los casos son casuística, detalles que no conoce en general el público. Pero me da la impresión de que hay un sector de la judicatura, muy minoritario, pero con posiciones bastante solventes, que toma decisiones o adopta actitudes que me dejan un poco perplejo. No creo que sea el lawfare, pero es por lo menos tener una mentalidad determinada que conduce a unos resultados muy discutibles. Es verdad que los jueces no solo se dedican a aplicar la ley, primero la interpretan. Y son gente que tiene un pensamiento político. Por otro lado, lo que no puede ser es descalificar las cosas según el asunto vaya a tu favor o en tu contra. No es serio y daña mucho a las instituciones”.
La gran batalla de la democracia
“Las consecuencias de la revolución digital son el centro del libro. Sostengo que el capitalismo ha mutado. La industrial fue una revolución para la producción de cosas, manufacturas, pero la relación de la persona con los objetos es una y la relación de la revolución digital es otra. La revolución digital no está produciendo objetos, sino a nosotros mismos a través de la de la información, a través de nuestros datos. Está cambiando totalmente nuestra manera de consumir, de vivir, de producir, de pensar. Y eso ya es muy serio y afecta al corazón de la democracia. El eje de mi reflexión es que hay una gran batalla mundial. O nosotros controlamos esa nueva revolución disruptiva o las empresas que dominan esas esas tecnologías nos van a controlar a nosotros. Esa es la gran batalla de la democracia en este momento”.
La democracia en peligro
“Las grandes empresas multinacionales norteamericanas, cuatro o cinco, un par de ellas chinas, ninguna europea, se calcula que tienen 10.000 datos sobre cada persona. Hay estudios que afirman que se puede saber lo que van a votar antes de que voten. Desde el punto de vista del futuro de la democracia, me preocupa bastante más el señor Musk, que tiene el dominio de X, antes Twitter, que el señor Milei. El señor Musk no solo se lleva muy bien con el señor Milei sino con todos los sectores más reaccionarios del mundo. Y tiene una concentración enorme de poder financiero, tecnológico o mediático. Más que golpes de Estado, me preocupa lo que llamo jibarización de la democracia, otros lo llaman los regímenes iliberales. Pero se puede revertir como en Francia y Reino Unido. Demócratas del mundo, uníos.”
¿Investidura de Salvador Illa?
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“Lo único que se me ocurre decir sobre si habrá investidura es lo que dijo una vez un filósofo muy conocido: “Bueno, depende de lo que hagan”. Es evidente que a mí me encantaría que Illa llegara a ser presidente de la de la Generalitat. Y además creo que sería un error enorme para todos el que no fuese así. Me parece un disparate ir a unas nuevas elecciones. Sería bueno que se llegue al acuerdo y que al final Illa fuera presidente de la Generalitat. Si tuviera que apostar en este momento apostaría a que lo va a ser”.
En defensa de la amnistía
“Creo que fui uno de los primeros que defendió la amnistía. Se empezaron a utilizar muchos argumentos en contra completamente falsos. Que no se habían dado en Europa nunca, que va en contra de la Constitución... Pues no, yo estaba en esa fase de la Constitución y sé por qué no se menciona. Era absurdo que el mismo Parlamento que concedió la del 77 la prohibiera en la Constitución del 78. Hubo quien quiso meterla y quien no y en aras del consenso se omitió. Por otro lado, me parecía que en determinados momentos en que se enquista un problema, tras de años de cárcel y exilio, era una manera de cerrar este asunto y devolver a Cataluña a una línea positiva de diálogo. Yo viví esa época del procés y fue terrible. El resultado ha sido óptimo. Por primera vez un partido que quiere la unidad de España ha sido el primer partido”.
Candidato Biden
“No es lo mismo que haya tenido un mal debate a que tenga efectivamente deficiencias en su funcionamiento mental y verbal. Esto no soy capaz de juzgarlo. Biden es un hombre de enorme experiencia porque ha sido ocho años vicepresidente con Obama y, luego, cuatro años presidente. Demostró en las anteriores elecciones su capacidad, le ganó las elecciones a Trump. Me faltan elementos para saber cómo está. Si yo me encontrase con fuerzas mentalmente, físicamente, si estuviera en buenas, magníficas, condiciones, no me retiraría ahora. Si yo comprendiera que no tenía las condiciones ni física ni mentales, me lo plantearía, pero es evidente que no es el caso”.
Nicolás Sartorius, (San Sebastián, 1938) comenzó su actividad política contra el franquismo mientras estudiaba Derecho en la Universidad Complutense de Madrid. Fue uno de los fundadores del sindicato Comisiones Obreras. Desde la dictadura militó en el Partido Comunista de España y con la democracia fue diputado durante varias legislaturas, primero con el PCE y después en Izquierda Unida. Actualmente, colabora en el diario El País, la Cadena SER y es columnista en infoLibre. Acaba de publicar con Anagrama el libro La democracia expansiva o cómo ir superando el capitalismo. No hay más truco que “organizarse y movilizarse si queremos que la democracia avance”, señala. Y añade: “Porque la democracia, como todo, es siempre el producto de una relación de fuerzas”. Por ello hace la siguiente petición: “Demócratas de todo el mundo, uníos”