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La Gata de Schrödinger: "Vivimos en una sobreinformación e infoxicación absoluta, aprendamos a discernir"

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Lucía Díaz

Puede que no sepamos mucho de mecánica cuántica pero seguro que has oído hablar de la paradoja del gato de Schrödinger. Es posible que no hayas oído hablar tanto de Rocío Vidal, más conocida como La Gata de Schrödinger, la cual no ha sido objeto de ningún experimento físico-teórico. Bromas aparte, Rocío es la creadora del canal de Youtube La Gata de Schrödinger, que ya cuenta con más de 456.000 suscriptores. En él, su trabajo se basa en destapar mitos y timos pseudocientíficos sobre gran cantidad de temas; desde ciencia y tecnología hasta religión pasando por psicología, homeopatía, política, consumo animal y feminismo siempre acompañado de un toque humorístico y grandes dosis de pensamiento crítico.

En su libro, ¡Que le den a la ciencia! (Plan B, 2019), reúne los bulos pseudocientíficos más populares haciendo una investigación seria y objetiva continuando con la cruzada que ya venía haciendo desde su canal de Youtube.

Nos enseña la importancia de la ciencia en la sociedad y desde su libro abre el debate sobre la industria de la felicidad que han creado algunos gurús espirituales o pseudopsicólogos que prometen fórmulas de éxito y felicidad, cuando no existen. Incluso los coaches motivacionales que según Rocío “son más de lo mismo”, pero con una metodología detrás. Asegura que todos mantienen la misma poca base científica. Desde sus vídeos nos anima a confiar únicamente en aquellas personas que tienen un aval que certifique que tienen formación psicológica ya que es muy peligroso que haya personas sin formación tratando sobre salud mental.

Su canal comenzó a popularizarse hace dos años cuando denunciaba las prácticas pseudocientíficas que promocionaban dos influencers españolas sin aval científico ante miles de seguidores. La Gata, como respuesta, puso sobre la mesa todos los estudios científicos disponibles sobre el tema, llegando a reunir más de un millón y medio de visitas en Youtube.

“La forma de combatir la desinformación es aprendiendo a discernir”, apunta Rocío asegurando que “es tarea de la educación enseñarnos a desarrollar el pensamiento crítico, una cultura científica necesaria tanto para la gente de ciencias como para la de letras. Educar desde pequeños a aprender a detectar estos signos y a contrastar la información”.

La labor de los divulgadores científicos es muy necesaria y más viviendo en un mundo de sobreinformación e intoxicación en la que la información verdadera queda enterrada bajo toneladas de información falsa, no contrastada, o rumores de todo tipo. El “ruido” tampoco ayuda, definido por la Real Academia de la Lengua Española como la interferencia que afecta a un proceso de comunicación. Vidal manifiesta que “recibimos tanta información por minuto que necesitamos actualizar el sistema educativo para adaptarnos a esta situación”.

Complicado pero no imposible

Apelar al sentido común, leer a personas de todas las corrientes e ideas de pensamiento o cuestionarse de dónde viene la información, quién la aporta y por qué son algunos ejemplos que nos da Rocío Vidal sobre cómo podemos combatir ese gigante que es la desinformación: “Todos nos hemos comido algún bulo hoy en día, hay que pensar dos veces antes de compartir nada, mirar las fuentes y ser muy precavidos. No es fácil luchar contra nuestro sesgo de confirmación, al final le gusta mucho creerse la información que confirma sus ideas y no solemos leer a personas que no opinan lo mismo”.

A su vez, confiesa a infoLibre que divulgadores como ella siempre podrán denunciar lo que quieran pero jamás llegarán al mismo público al que llegan los grandes influencers que promueven tal o cual cosa sin bases de ningún tipo: “Está claro que ha de haber libertad de expresión, pero igual que hay gente que se siente libre de expresar sus ideas, también tienen que aceptar mi libertad de responderles”. Rozando tangencialmente ejemplos como las polémicas opiniones de Miguel Bosé sobre el covid-19 animando a la gente a participar en manifestaciones antimascarillas, Rocío Vidal nos deja un mensaje a tener en cuenta: “Cuando tienes presencia ante cientos de miles de personas, tienes que ser responsable con las ideas que transmites. Creo que es un momento de construir y crear una masa crítica que sea constructiva. Tanto medios de comunicación como mal llamados periodistas y políticos aprovechan para difundir directamente bulos y fake news azuzando así al enemigo, y quieras que no eso mina el pensamiento crítico de las personas porque muchas confían en ellos. Quiero pensar que esto es una minoría ruidosa y que la gente no se traga el primer bulo que pasa por delante, tanto relacionado con la pandemia como con nuestros oponentes políticos”.

La Gata de Schrödinger se encuentra entre los canales de divulgación de ciencia más vistos en España y uno de los muchos que luchan para hacer desaparecer las corrientes conspiranoicas que crecen cada vez más hoy en día gracias a las redes sociales. A raíz del coronavirus hemos podido observar cómo crecía el número de “los antivacunas” en Estados Unidos o Italia y el efecto que producen: “Han muerto niños, es muy peligroso y refleja la necesidad de educación científica y lo mal que pueden hacer unos pocos conspiranoicos que se ponen a divulgar mentiras”, asegura Rocío. Eso sí, deja claro que “hay que ser conscientes de que la situación es muy compleja y que estas corrientes no van a desaparecer. Apoyo fervientemente el pensamiento crítico y cuestionarse las cosas vengan de donde vengan, debemos alzar la voz, animarnos a divulgar y no tener miedo”.

No obstante, el número de críticas que recibe La Gata en sus contenidos es remarcable: “Cuando apelas a las creencias de las personas, les estás tocando su identidad. Es normal que haya muchos haters y respondan de manera visceral. Sabía que esto iba en el pack. Hay algunos que te dicen ‘respeta a los demás, gilipollas’”.

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Meses de censura desde Youtube

En la práctica la cosa cambia. Le cuenta Rocío a infoLibre los problemas que la propia plataforma Youtube ha causado con los contenidos relacionados con el coronavirus o la pandemia. Como medidas para evitar la sobreinformación, la propia plataforma de Youtube se ha encargado de censurar los contenidos que no provengan de instituciones oficiales y medios de comunicación, ocultando todo lo demás. De esta manera potencian únicamente lo que interesa a dicha plataforma en vez de ayudar a aquellos creadores que combaten los bulos a pesar de sumar millones de seguidores. “Mi contenido está mucho más enfocado a ir desmintiendo las afirmaciones o prácticas que se están poniendo de moda. Youtube los capa, no permite monetizarlos ni les da visibilidad. Los vídeos en los que hablo sobre coronavirus tienen muchas menos visitas que otros y no por falta de interés, sino porque el algoritmo los detecta como tema sensible y le resta visibilidad”, denuncia Rocío.

Por último, le pedimos a Rocío que comparta un último consejo en estos tiempos que corren: “Debemos cuestionarnos las cosas, no tenemos que creer a los políticos porque nos lo digan, ni acatar o aceptar todas las medidas porque sí. Hay que confiar en la ciencia, hay que confiar en que la evidencia científica está avanzando con respecto al virus, pero tenemos que ser también responsables. Si no hay responsabilidad individual para acatar medidas básicas de salud pública no vamos a salir de ésta jamás”.

Puede que no sepamos mucho de mecánica cuántica pero seguro que has oído hablar de la paradoja del gato de Schrödinger. Es posible que no hayas oído hablar tanto de Rocío Vidal, más conocida como La Gata de Schrödinger, la cual no ha sido objeto de ningún experimento físico-teórico. Bromas aparte, Rocío es la creadora del canal de Youtube La Gata de Schrödinger, que ya cuenta con más de 456.000 suscriptores. En él, su trabajo se basa en destapar mitos y timos pseudocientíficos sobre gran cantidad de temas; desde ciencia y tecnología hasta religión pasando por psicología, homeopatía, política, consumo animal y feminismo siempre acompañado de un toque humorístico y grandes dosis de pensamiento crítico.

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