Él también lo está pasando mal. Ha perdido mucho dinero. Atrás quedaron aquellos días en los que no daba abasto y su calendario echaba humo. Cada fin de semana, Agustín Zurita tenía una boda distinta, pero este año solo ha hecho tres. Lo mismo le ha pasado con los bautizos y comuniones. Aun así, cuando ve a su hija Manuela, de cinco años, a través del objetivo de la cámara piensa en la ilusión de los más pequeños. Eso le ha llevado a decidir que va a aplazar el pago de las sesiones de comunión a las familias que no se lo pueden permitir: “Les digo que me lo paguen cuando ellos puedan. Hay niños que han hecho la comunión y no han podido hacerles fotos, y el año que viene el traje ya no les va a estar bien. Lo hago por ellos”.
Este fotógrafo granadino lleva capturando momentos desde que cogió prestada a su abuelo una cámara Olympus que todavía tiene guardada en un cajón de su despacho, como una reliquia. Por aquel entonces, su mayor travesura era convertir los pasillos de su casa en “cuartos oscuros con sábanas negras para jugar con el flash”. Su fotografía, explica, “se basa en emociones: en abrazos, en besos, en miradas”. Justo lo que más echamos de menos en esta época. La carencia de eventos y bodas le ha llevado a tener que alejarse de la fotografía social y reciclarse haciendo fotos gastronómicas para bares y restaurantes que quieren renovar sus webs. “Intentamos, como podemos, tirar para adelante con otro tipo de encargos, pero no me gusta quejarme porque sé que hay gente que está mucho peor y yo hasta el año que viene, si hay suerte, puedo tirar”, reconoce.
Proyecto Héroes
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Aunque desde pequeño ha sido su pasión, Agustín no empezó a dedicarse plenamente a la fotografía hasta 2012. Fue jugador de balonmano en primera división y trabajó también en el mundo de la hostelería. Del primero, aprendió el valor del compañerismo, del segundo, empatía y sensibilidad hacia los demás. Eso es lo que le mueve para llevar a cabo iniciativas como el Proyecto Héroes, un homenaje a los sanitarios, policías, bomberos y trabajadores esenciales que estuvieron al pie del cañón durante los meses más duros. Les regaló sesiones de fotos gratuitas para ellos y sus familias: “Me contaban experiencias duras, difíciles, de cómo era el trabajo en la UCI... Se emocionaban mucho y yo me sentía nada a su lado”. Mientras guarda una fotografía de una médico en una cajita que todavía no ha podido enviar, explica que hacer esto era una forma de agradecerles todo su esfuerzo: “Quería darles, desde mi humilde posición una recompensa, una pequeña alegría en forma de recuerdo”.
"Sí quiero" con mascarilla
No son muchas las parejas que se han atrevido a seguir adelante con su boda en este ambiente tan enrarecido por la pandemia, pero para algunas el amor no podía esperar. En los enlaces en tiempos de coronavirus, Agustín reconoce que hacer su trabajo, capturar esas emociones y esos momentos especiales, con las mascarillas y las distancias de seguridad, ha sido mucho más complicado: “En septiembre, hice una boda que de doscientos invitados, se quedaron en veintidós. Era todo muy frío, pero olé por la gente que opta por casarse incluso así”. Ahora, como aquellos novios que tuvieron que posponer el día de su vida, solo espera ir volviendo paulatinamente a la normalidad y poder ganándose la vida de lo que le apasiona: “Hoy en día, no todo el mundo puede decir eso”.
Él también lo está pasando mal. Ha perdido mucho dinero. Atrás quedaron aquellos días en los que no daba abasto y su calendario echaba humo. Cada fin de semana, Agustín Zurita tenía una boda distinta, pero este año solo ha hecho tres. Lo mismo le ha pasado con los bautizos y comuniones. Aun así, cuando ve a su hija Manuela, de cinco años, a través del objetivo de la cámara piensa en la ilusión de los más pequeños. Eso le ha llevado a decidir que va a aplazar el pago de las sesiones de comunión a las familias que no se lo pueden permitir: “Les digo que me lo paguen cuando ellos puedan. Hay niños que han hecho la comunión y no han podido hacerles fotos, y el año que viene el traje ya no les va a estar bien. Lo hago por ellos”.