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Pasar a la final y no poder competir: la lucha por la nacionalidad de Ghaita El Jarraz

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El día que descolgó el móvil y le dijeron que le habían concedido la nacionalidad española, Ghaita El Jarraz (Tetuán, 2001) rompió a llorar. No pudo evitarlo. De emoción, pero también de rabia. Había pasado mucho tiempo desde que la pidió por primera vez cuando tenía diecisiete años. Un proceso largo y complicado en el que, mientras esperaba, tuvo que dejar escapar medallas y no participar en las finales en las que se merecía estar por sus marcas. Todo por un papel, por una formalidad: “Poco después de que me la concedieran, tenía un Campeonato de España de 800 metros lisos y conseguí ganar una medalla... Fue una felicidad tremenda”.

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Ghaita hoy es española y atleta del FC Barcelona, una de las mejores de su categoría a nivel nacional. Llegó con sus padres a La Rioja cuando tenía seis años desde un pequeño pueblo cerca de Tetuán (Marruecos). “Allí aunque estudies y te saques una carrera no eres nadie. Si no tienes conocidos no consigues trabajo… Aquí tienes más libertad y más opciones, allí no”, explica con sinceridad. Ella, que por su formación y por dominar el idioma, ha sido desde pequeña el pilar de su familia, siempre se sintió española. Aquí creció, aprendió a jugar al pilla-pilla en el recreo y descubrió su pasión por el atletismo: “Mi profesor del colegio me decía que se me daba muy bien correr, que tenía que apuntarme a un club. Le hice caso. Para mí correr es liberarme, me ayuda muchísimo en momentos de agobio, estrés, enfados... ”.

Se refugió en el deporte para seguir adelante a pesar de las dificultades. Carrera a carrera, valla a valla. Durante muchos meses, tuvo que entrenar para ser la mejor, sabiendo que aunque pasase a la final no la podría disputar: “He tenido muchas oportunidades y se me han escapado: ir al Europeo Sub’18 de Hungría, al Mundial Sub’18 de Kenia… Una vez en Madrid, en una pista cubierta, me inscribieron en la final, pero mi entrenador Héctor y yo sabíamos que era un fallo. Avisamos, pero la calle finalmente quedó vacía porque la otra atleta se fue pensando que yo estaba metida en la final. Eso me dio mucha rabia”, confiesa. Tal era su empeño en ser española y poder competir aquí que Ghaita llegó a rechazar la oferta de la Federación de Atletismo marroquí para participar en los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018, en Buenos Aires.

Este domingo, Ghaita quedó tercera en el Campeonato de España Sub’23 de 400 metros vallas. De vuelta a casa, está centrada en terminar sus prácticas del Grado Medio de Actividades Comerciales y en prepararse los últimos campeonatos antes de verano. Siempre sin perder la sonrisa y el optimismo. “Todo esto me ha enseñado a tener mucha capacidad de persistencia. Pensaba todo el rato que tenía que seguir luchando porque la nacionalidad iba a llegar y cuando la tuviese sería el momento de demostrar si valgo de verdad. Creo que hasta ahora lo estoy demostrando, poquito a poquito, pero lo estoy demostrando”.

El día que descolgó el móvil y le dijeron que le habían concedido la nacionalidad española, Ghaita El Jarraz (Tetuán, 2001) rompió a llorar. No pudo evitarlo. De emoción, pero también de rabia. Había pasado mucho tiempo desde que la pidió por primera vez cuando tenía diecisiete años. Un proceso largo y complicado en el que, mientras esperaba, tuvo que dejar escapar medallas y no participar en las finales en las que se merecía estar por sus marcas. Todo por un papel, por una formalidad: “Poco después de que me la concedieran, tenía un Campeonato de España de 800 metros lisos y conseguí ganar una medalla... Fue una felicidad tremenda”.

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