Siempre se ha tirado a la piscina. Con o sin agua. Él es así: arrollador, excesivo, poeta. Y se deja llevar continuamente por las emociones. Como aquella madrugada de junio de hace diez años, cuando le compuso a la chica que estaba conociendo uno de los temas más icónicos de su carrera. “Ella tenía muchos miedos. Con un tío como yo es normal tenerlos porque los artistas estamos un poco zumbados”, reconoce con una media sonrisa. María Rosa, médico de profesión, fue la primera persona a la que Marwán (Madrid, 1979) le tocó Un día de estos. Funcionó. Desde aquel día, ha escuchado todas y cada una de las canciones que han venido después, al tiempo que él iba creciendo como artista: “Cuando se la enseñé, se emocionó mucho y me abrazó. Y yo me emocioné al verla emocionarse… La quiero mucho”, recuerda mientras comenta, socarronamente, que le va a matar por haber contado esto.
“Es un tema muy tremendo, cuando compuse la melodía pensé que era lo más bonito que había hecho nunca”, reconoce. Aunque muchas de sus canciones han surgido en viajes, trenes y aeropuertos, aquella noche de verano en su casa, “con la mente cansada y el censor interno con la guardia baja”, le bastó para escribirla casi entera: “Estaba trasteando con la guitarra y, de repente, comencé a tararear ‘un día de estos’ y vino todo lo demás. Tuve la estructura musical de la canción en tres minutos”. Esos días, este madrileño de ascendencia palestina, que se autodefine sin complejos como un “puto kamikaze” y un “enamoradizo”, estaba ansioso por “romper las cerraduras del corazón que tenía enfrente”. La letra le salió del alma, llena de verdad. Y consiguió expresar como nadie aquello que muchos han vivido y sentido alguna vez con esos amantes que vinieron pero no buscaban nada.
Muchas personas le han confesado a lo largo de estos años que han sentido en su propia piel los temores y dudas de los que habla en la canción. “Al principio, uno se cree que es por su culpa, por eso la primera estrofa dice: Un día de estos tendré. Después, crees que es cosa de los dos, de ahí que en la segunda diga: Un día de estos tendremos. Y, finalmente, en la tercera, te das cuenta de que las dudas son propias de cada persona por cosas que le hayan podido pasar en el pasado: Un día de estos tendrás”, explica desgranando verso a verso su canción. Para el cantautor, el amor es mucho más que la palabra que resuelve el crucigrama, un verso que todavía hoy, confiesa, no le acaba de convencer: “Terminé la canción dos años después y solo me quedaba esa frase... Amor es la palabra que resuelve el crucigrama. Envuelve bien el concepto, pero quizás la siento un poquito moñas”, comenta riéndose y siendo consciente de que es una de las partes que más gustan.
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“Si no eres exhibicionista no puedes ser un buen artista”
Nunca ha tenido miedo a desnudarse ni se corta a la hora de expresar sus emociones. Por eso, Un día de estos y el disco Apuntes sobre mi paso por el invierno (2014) es tan autobiográfico: “Yo creo que si no eres exhibicionista no puedes ser un buen artista. Tiene que haber un poco de porno en las canciones. Al final, todos sentimos las mismas cosas, la única diferencia es que los que nos dedicamos al arte tenemos mayor facilidad para contarlas”. Marwán es uno de los cantautores del panorama actual que escribe con más sensibilidad sobre amor y desamor, y, por eso, se permite licencias en forma de verso: Quiero follarte lento mirándote a la cara, leer tu cuerpo en braile con las luces apagadas. Sobre si alguna vez le han llamado la atención por utilizar este verbo, reconoce que sí: “Follar es la palabra más utilizada en el idioma español y, sin embargo, esta es una canción que difícilmente entraría en una radio solo porque dice follar. En España, hay una censura bestial en esto y creo que no tiene sentido. El arte está para hablar de la vida y follar también puede ser superromántico”.
Aunque muchas de las canciones de su último disco hablan de salir adelante, de avanzar y de la resiliencia, algo que tanto necesitamos en esta época, Marwan terminó El viejo boxeador (2020), justo una semana antes de que nos confinaran. Ve con esperanza el momento de volver a los escenarios sin distancia y mascarillas, tal y como era antes de la pandemia. Los mismos escenarios en los que hace varios años se dio cuenta de que Un día de estos era la canción más especial que había escrito hasta el momento: “Esa reacción del público no la había vivido nunca con una canción mía. No podían parar de aplaudir durante minutos, minutos y minutos. Ese día comprendí que se iba a quedar para siempre”.
Siempre se ha tirado a la piscina. Con o sin agua. Él es así: arrollador, excesivo, poeta. Y se deja llevar continuamente por las emociones. Como aquella madrugada de junio de hace diez años, cuando le compuso a la chica que estaba conociendo uno de los temas más icónicos de su carrera. “Ella tenía muchos miedos. Con un tío como yo es normal tenerlos porque los artistas estamos un poco zumbados”, reconoce con una media sonrisa. María Rosa, médico de profesión, fue la primera persona a la que Marwán (Madrid, 1979) le tocó Un día de estos. Funcionó. Desde aquel día, ha escuchado todas y cada una de las canciones que han venido después, al tiempo que él iba creciendo como artista: “Cuando se la enseñé, se emocionó mucho y me abrazó. Y yo me emocioné al verla emocionarse… La quiero mucho”, recuerda mientras comenta, socarronamente, que le va a matar por haber contado esto.