Descubrir su don en la garganta le libró del andamio, de irse a la cama cenando solo un huevo duro, de esconderse y de caminar por la orilla.

Descubrir su don en la garganta le libró del andamio, de irse a la cama cenando solo un huevo duro, de esconderse y de caminar por la orilla.

Descubrir su don en la garganta le libró del andamio, de irse a la cama cenando solo un huevo duro, de esconderse y de caminar por la orilla.

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