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La conjura de los necios

Marcelo Noboa Fiallo

El Sultán Al Jaber, ministro de industria de los Emiratos Árabes Unidos y presidente/responsable de la COP28 (Cumbre del clima) que se celebra en Dubai en estos días, ha manifestado: “De ningún modo me sumo a ningún escenario alarmista. No existe ninguna ciencia, ni ningún escenario, que diga que la eliminación progresiva de los combustibles fósiles es lo que permitirá alcanzar los 1,5ºC”. Es decir, el responsable de la cumbre del clima se suma a las tesis de los negacionistas de extrema derecha. 

¿Alguna sorpresa? Quien, a estas alturas, se sienta sorprendido, o ha perdido el contacto con la realidad o es un iluso o, lo más probable, forma parte de la conjura de los necios.

La ONU es responsable de organizar anualmente estas conferencias que, desde sus inicios en 1979, nacieron para dar respuesta a un problema global urgente, como lo era y sigue siendo el cambio climático. Denunciado por científicos de todo el mundo, que pusieron el acento, desde el primer momento, en nuestro modelo de desarrollo basado en la producción, explotación y consumo del petróleo.

Al Jaber fue designado para dirigir las negociaciones de la COP28, a sabiendas de que, además de ministro de Energía, es el consejero delegado de la empresa nacional de petróleo y gas de su país. Es decir, el “capo” del negocio del petróleo. Las declaraciones negacionistas sobre el cambio climático las hizo en plenas negociaciones para la celebración de la cumbre en las que participaba la ex presidenta de Irlanda y ex representante especial de la ONU para el cambio climático, Mary Robinson. En ningún momento saltaron las alarmas y la ONU mantuvo su designación de Dubai como sede de la cumbre climática. Se metió la zorra en el gallinero.

Al Jaber fue designado para dirigir las negociaciones de la COP28, a sabiendas de que, además de ministro de Energía, es el consejero delegado de la empresa nacional de petróleo y gas de su país. Es decir, el “capo” del negocio del petróleo

Conozco a una persona que estuvo invitada a la COP28, como experta en educación y capacitación en representación de la UE. A su seminario acudieron unos 40 invitados, entre los cuales se mantuvo sin intervenir una persona enfundada en burka. Al finalizar, se acercó a la conferenciante, la felicitó y le pidió que le facilitara el contenido de su intervención. La conferenciante accedió, añadiendo que cuando volviera a su país se lo haría llegar, para lo cual le pidió el correo electrónico personal. La mujer del burka insistió en que se lo facilitara en ese momento. No hace falta tener muchas luces ni ser Sherlock Holmes para deducir que aquella persona tenía el cometido de asegurarse de que lo dicho en el seminario no iba en contra de los intereses de los anfitriones.

“La ignorancia, la negligencia y la estupidez siempre conspiran para triunfar”, dice Ignatius J Reilly, el personaje de La conjura de los necios, de John Kennedy Toole. La ONU lleva mucho tiempo, quizás demasiado, dirigiendo la conjura sobre la base del “optimismo como el opio del pueblo” (Ignatius).

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