El Congreso apuesta al “y tú más”
La estrategia del “y tú más” retumbó esta semana en el Congreso entre aplausos fervorosos de los más cafeteros y los movimientos de cabeza afirmativos hacia el líder correspondiente que se efectúan desde los escaños, sobre todo cuando se está en el tiro de cámara.
Para un demócrata, más allá del fervor partidario, es obligado preguntarse por los efectos del espectáculo ofrecido de intercambio de golpes, acusaciones y difamaciones en la sede de la democracia. En mi opinión fue vomitivo, en especial la actitud de Feijóo. Más aún porque estos episodios significan quitar tiempo y protagonismo a los debates sobre los problemas que sufre la gente y los retos que deben afrontar España y el planeta.
Esta bronca tiene su público partidario y hay quienes consideran que rebajar el tono o el argumentario más duro en la respuesta a las provocaciones de las derechas es un gesto de debilidad. Lo compruebo cuando hago estas reflexiones en las redes; lo más triste es que enseguida me llegan las acusaciones de blando, ingenuo o incluso traidor por una supuesta actitud de equidistancia. Hemos llegado a un nivel de polarización tan extrema que para un número creciente de demócratas el clima político resulta asfixiante.
No propongo callar sino responder con inteligencia y desde los valores democráticos, planteando nuevas medidas contra la corrupción y para prestigiar las funciones del Congreso. No podemos caer en el juego sucio de los trumpistas que buscan la degradación del papel del Parlamento. He sido diputado socialista durante once años, hasta que renuncié en enero de 2023. Me fui decepcionado. Y sigo pensando que la izquierda gobernante debería ser consciente de que a la actual derecha le importa poco y no le afecta que se extienda la idea de que todos los políticos somos iguales y corruptos. Tenemos que combatir esa falsedad. Pero no con las tripas.
No propongo callar sino responder con inteligencia y desde los valores democráticos, planteando nuevas medidas contra la corrupción y para prestigiar las funciones del Congreso. No podemos caer en el juego sucio de los trumpistas que buscan la degradación
Solo quienes vivan en una burbuja o lleven su partidismo al extremo podrían excusar lo acontecido en la sesión de control al Gobierno. Mi gobierno. Por eso y como demócrata me duele que podamos contribuir al desprestigio del Parlamento hasta convertirlo en un foro de permanente confrontación y arrinconamiento del diálogo.
Vivimos tiempos de acoso a la democracia por parte de los populismos trumpistas y los ultras iliberales. Están en la cresta de la ola y aprovechan las contradicciones del sistema, el crecimiento de las desigualdades, la excitación patriótica y las incertidumbres que soporta la ciudadanía. Las incertidumbres de vida que nos provocan las guerras, los retos de la crisis climática y la revolución descontrolada de la Inteligencia Artificial.
Quienes no compartimos los comportamientos y códigos políticos de esta derecha queremos y necesitamos que la izquierda y los grupos progresistas proyecten en el Parlamento valores éticos y discursos en defensa de la democracia. Defenderla conlleva trabajar por su perfeccionamiento porque la democracia no es compatible con la creciente desconfianza hacia la política y el hastío de la ciudadanía. Dejemos de ser espectadores de la bronca y hagamos algo.
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Odón Elorza es exdiputado del PSOE y miembro del Comité Federal.
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