CRISIS ECONÓMICA
Los ERE de 2016: la industria y la banca continúan recortando plantillas
Las tres letras malditas del empleo, los ERE, ya no asustan tanto como en los peores momentos de la crisis, pero están muy lejos de desaparecer del horizonte laboral de las plantillas. Hasta octubre del año pasado perdieron su trabajo en despidos colectivos 20.049 asalariados, según las últimas cifras del Ministerio de Empleo. La cifra supone una considerable reducción respecto a las mismas fechas de 2013, cuando el número de despedidos alcanzaba los 59.235. Sin embargo, y pese a la mejora económica, los ERE continúan amenazando empleos. La inestabilidad en el trabajo los ha convertido en parte del paisaje cotidiano, aunque los Expedientes de Regulación de Empleo, en sentido estricto, dejaron de existir con la reforma laboral: desde 2012 las empresas no necesitan ser autorizadas por la Administración –el Ministerio de Empleo o las consejerías de Empleo autonómicas– para presentar los que ahora se denominan despidos colectivos.
Éstos son sólo los de mayor volumen que se han presentado nada más comenzar el nuevo año. La mayoría de las empresas afectadas pertenecen al sector industrial. La banca, además, continuará achicando sus plantillas, pese al brutal recorte sufrido desde 2012:
ALTADIS
La tabacalera Altadis ha anunciado un ERE para 471 empleados, el 46% de su plantilla en España. Además de reducir el número de sus empleados en las áreas de Finanzas, Ventas y Producción, cerrará en junio la factoría de La Rioja, la última fábrica de cigarrillos que le quedaba en el país. De ahí salían las cajetillas de Fortuna, Ducados o Nobel. Propiedad de la británica Imperial Tobacco, la antigua Tabacalera Española ha sufrido una caída en las ventas del 45% en los últimos cinco años. La culpa, asegura la empresa, es de “la presión regulatoria sobre el tabaco y el considerable aumento del comercio ilícito”, el contrabando, que Altadis cifra en el 10,6% de las ventas legales.
Por el contrario, tanto CCOO como CSI-F rechazan el cierre de la fábrica, que ven como un intento de “deslocalización” a países con menores costes. Además, destacan que Imperial Tobacco tiene beneficios y “cuenta con otras fábricas en Europa con sobreproducción y exceso de horas”. Desde 2009, explican, Altadis ha cerrado las fábricas de Alicante, Cádiz y Palazuelo (Cáceres) y sustituido personal con antigüedad por eventuales y contrataciones externas.
El plan de la empresa, que deberá negociar con los sindicatos, incluye 180 prejubilaciones y 291 bajas incentivadas o recolocaciones.
ERCROS
La química Ercros va a despedir a entre 150 y 200 trabajadores de sus fábricas de Flix y Vila-Seca (Tarragona), empujada por el cierre de otra factoría, la de Covestro –una filial de la alemana Bayer–, que produce MDI, una materia prima del poliuretano. Covestro era hasta ahora el principal comprador del cloro y la sosa cáustica que fabrica Ercros en sus factorías de Tarragona. Además, la Unión Europea prohibirá usar celdas de mercurio en la producción de cloro y sosa cáustica a partir del 11 de diciembre de 2017, por lo que Ercros deberá reconvertir sus procedimientos de fabricación.
Despedir a esos casi 200 trabajadores le costará a la empresa 10 millones de euros. En 2017 cerrará la fábrica de Flix, que cuenta con 119 empleados.
ABENGOA
La caída del gigante Abengoa saltó a las portadas de los periódicos el pasado noviembre, pero no será hasta el próximo lunes cuando se haga público el alcance de la restructuración a la que está abocado el líder mundial de las renovables. El Confidencial, no obstante, cifra en 1.700 el número de despidos que se acometerán en España, de una plantilla total de 6.700 trabajadores. Desde que el grupo vasco Gestamp renunció a comprar Abengoa, la empresa sevillana se ha deshecho de 500 empleados, entre temporales y contratados por obra y servicio. En todo el mundo, Abengoa posee 24.000 trabajadores, de los que están amenazados de despido unos 10.000.
La empresa atribuye sus problemas a la reforma eléctrica aprobada por el Gobierno, que ha recortado los ingresos de sus plantas termosolares en un 33%. La compañía que salga del plan de viabilidad anunciado para el próximo lunes será un 50% más pequeña, tras efectuar desinversiones por importe de 1.500 millones de euros.
ELCOGAS
La agonía de Elcogas ha sido más lenta. En junio de 2014 la empresa anunció el cierre de la planta termoeléctrica de Puertollano (Ciudad Real). Y este miércoles ha decidido que su desconexión definitiva de la red eléctrica se producirá el próximo día 31. Se quedarán sin trabajo a 144 trabajadores, que se sumarán a los 100 de las empresas auxiliares de la central que ya han perdido sus empleos.
La movilización de los trabajadores durante el último año y medio no ha impedido el cierre. Tampoco el plan de viabilidad que la empresa presentó al Ministerio de Industria en diciembre. La central de Puertollano quemaba hasta ahora carbón nacional para producir energía eléctrica. La propuesta de Elcogas consistía en combinar carbón con biomasa –orujo de aceituna–. Pero Industria rechaza otorgarle un “régimen retributivo específico”, como el que tienen las energías renovables y la empresa ha presentado a los sindicatos un ERE de extinción. El principal accionista de Elcogas es Endesa, con el 41% del capital, seguida de Électricité de France (EDF), con el 31%, e Iberdrola con el 12%.
ARCELOR MITTAL
Arcelor Mittal va a cerrar también una factoría, la Acería Compacta de Bizkaia (ACB) de Sestao, en Vizcaya. Se trata de una “parada temporal indefinida” a partir de febrero que afectará a 335 trabajadores, a partir de ahora suspendidos de empleo y sueldo. La compañía ha advertido de que la planta vasca está “abocada a un cierre definitivo” si la Unión Europea no toma medidas “rápidamente en defensa del acero comunitario. “No sabemos si vamos a volver a abrirla”, avanzan. Desde 2009 el gigante siderúrgico aplica un ERE temporal en sus fábricas en España, que se renueva cada año. Las masivas y baratas importaciones de acero procedentes de China están hundiendo el mercado, alega el grupo anglo-indio.
REPSOL
Otra gran compañía, Repsol, anunció el pasado octubre un recorte de plantilla de 1.500 trabajadores en todo el mundo, de los que 750 serán españoles. El desplome de los precios del petróleo está detrás de la medida. La reducción se ejecutará a lo largo de tres años. Pero, en principio, no será “traumática”, sino mediante prejubilaciones, bajas incentivadas y recolocaciones. Claro que en octubre el precio del barril de petróleo estaba en 48 dólares y ahora ha caído a 30, el nivel de 2004. Los más pesimistas auguran que este año puede hundirse aún más, hasta los 16 dólares.
RENFE
También serán voluntarias las salidas de Renfe, que este año se desprenderá de 750 trabajadores, el 5,2% de su plantilla. Para quienes estén próximos a la edad de jubilación, la indemnización será de cuatro a seis mensualidades, para el resto de los empleados, 24 meses de salario.
CATALUNYA CAIXA
Hasta después del verano ha retrasado Catalunya Caixa el grueso del ERE que pactó con los sindicatos el pasado mes de octubre tras haber sido absorbida por el BBVA. Este miércoles ha cerrado ya 10 sucursales en Cataluña –serán 150 al final del proceso–. El ERE afecta a 1.557 trabajadores, de los que 1.063 se adhirieron al plan de bajas voluntarias. Habrá 225 despidos225 despidos, que recibirán indemnizaciones de 30 días por año trabajado. Hasta ahora sólo han salido del banco unos 100 trabajadores, la mayoría con bajas voluntarias, 13 han sido despedidos y otros 11 han sido trasladados a oficinas del BBVA.
El sector financiero español no ha terminado aún de reducir plantillas. Pese a que durante la crisis ha sufrido un recorte brutal que le ha dejado sin 70.000 empleados, los sindicatos temen un nuevo tijeretazo que se llevará por delante otros 30.000 puestos de trabajo. Será el resultado de un nuevo proceso de concentraciones y fusiones de entidades, acuciadas por los escasos márgenes y las nuevas exigencias de capital de Basilea III.
ADDENDIA
La semipública Indra, que también atraviesa momentos críticos, va a despedir a 132 empleados de su filial Addendia, el 38% de la plantilla que posee en su centro de trabajo de Sevilla. Propiedad de Cajasol, pasó luego a manos de Caixabank cuando ésta absorbió Banca Cívica y en 2012 la entidad catalana se la vendió a Indra. La empresa que preside Fernando Abril-Martorell esgrime las pérdidas registradas desde 2013 para presentar el ERE, pero los sindicatos le reprochan que haya declinado presentarse a dos concursos de la Junta de Andalucía –su principal cliente– y otro más de Caixabank.
TRAGSA
Tragsa es 100% pública y su ERE ha concluido 10 días antes de la fecha inicialmente prevista con 555 despidos. Son el 41,5% de los 1.336 programados en el despido colectivo que presentó la empresa en 2013 y se mantuvo en suspenso hasta que el pasado diciembre el Tribunal Supremo ratificó su legalidad. Los despidos comenzaron en Nochevieja y los sindicatos reclaman el regreso de los trabajadores afectados: denuncian que la empresa está contratando a empleados temporales para sustituir a los que acaba de echar. Recuerdan que en 2015 Tragsa tendrá 3,5 millones de euros de beneficio y la cartera de pedidos para este año mejora sustancialmente la del ejercicio pasado.
TRW
La alemana TRW fabrica sistemas de dirección para vehículos y es proveedora de la factoría de Volkswagen en Landaben (Navarra). Acaba de presentar un ERE para despedir a 250 de sus 620 trabajadores. Pero puede ser peor: la empresa sólo garantiza el empleo para el resto de la plantilla de su factoría navarra hasta 2018.
Según el sindicato ELA, TRW ha recibido subvenciones públicas por importe de 11,5 millones de euros en los últimos 20 años. La empresa revela unas pérdidas de 18 millones de euros.
ADVEO
Finalmente, Adveo, la antigua Unipapel, despedirá a 120 empleados antes del verano en sus centros de Madrid, Albacete y Canarias. Es el 35% de su plantilla en España. Filial de Adveo Group International, cotiza en Bolsa y ya ha anunciado que suprimirá el pago de un divideno de 3,6 millones de euros debido a las pérdidas del negocio.