Militantes de IU de toda España reivindican la organización a través de la ‘Declaración de Zamora’

Un total de 150 militantes de Izquierda Unida de toda de España se reunieron este sábado en Zamora y aprobaron, por unanimidad, la denominada Declaración de Zamora [consúltala aquí en PDF], un texto en defensa del proyecto político del partido y con el que pretenden, según los firmantes, "dar a conocer públicamente un grito de razonada indignación" e "incitar al debate informado". La formación, que cumple este año tres décadas de vida, se encuentra en una situación delicada, tanto desde el punto de vista económico –los apuros financieros, que se han acrecentado tras los malos resultados del pasado 20-D, han empujado a la formación de izquierdas a ejecutar un plan de ajuste que supondrá la reducción de su plantilla en un 60%–  como político.

La Declaración de Zamora se ha firmado una semana después de que el último Consejo Político Federal dejase a la vista la fractura existente entre el diputado de IU-UP Alberto Garzón, que apuesta por la confluencia con otras fuerzas políticas como Podemos, y el secretario federal, Cayo Lara, partidario de que no desaparezcan las siglas de Izquierda Unida. Por este motivo, el texto quiere comenzar dejando claro que "no pretende anticipar el debate" de la XI Asamblea Federal del partido, que se celebrará entre el 20 y el 22 de mayo, salvo que los ciudadanos tengan que volver a las urnas. Un cónclave que servirá para entregar el liderazgo a Garzón y en el que se estudiarán cambios más profundos en el partido.

Los 150 militantes piden en el texto "salvaguardar y garantizar la pluralidad interna de IU", además de una "mayor coherencia y profundización en la democracia interna" del partido. En este sentido, exigen también "reforzar el papel realmente participativo de la militancia" con una mejora de "los instrumentos para la toma de decisiones": "Las cuestiones fundamentales deben ser ratificadas por todos y todas", añaden en la Declaración de Zamora, un texto de cinco páginas en el que se comienza analizando el contexto en el que se encuentra la formación de izquierdas.

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Cambio de siglas

Sobre el cambio de siglas, uno de los aspectos que más dudas suscita y que podría estar incluido en el debate de la Asamblea Federal, los firmantes señalan que "son un patrimonio político de primera importancia" y, por ello, cualquier cambio en este sentido "no se justifica" sin "el acuerdo de las bases", aunque añaden que "lo fundamental es el proyecto". "Detrás de las siglas de Izquierda Unida está el ejemplo de quienes, desde los ámbitos más hostiles a lo largo y ancho de todo el territorio del Estado, han sabido y saben mantener con ejemplo desinteresado la lucha ante las agresiones políticas, sociales y laborales". Sobre la convergencia, el texto recoge la intención de "avanzar en el acuerdo con otros, desde la visibilidad política y la identidad de cada uno".

Finalmente, los militantes demandan en el texto que se defina "de forma concreta" el carácter federal de la organización" de forma que la "unidad programática, política y de representación institucional" se garantice "en función de los acuerdos de los órganos". Los firmantes señalan que el partido se enfrenta "a la necesidad de realizar una profunda reflexión para acometer su impulso sin dejar por el camino valores y principios", tras los "malos " resultados de IU y la "parálisis política de los órganis de dirección": "Perdieron su funcionalidad en favor de una concepción que ha llegado a confundir el papel del candidato y su equipo con la dirección".