Club de lectura
Lecturas redondas: el ‘maxi-club’ de las bibliotecas de Córdoba
Los clubes de lectura forman un tejido muy importante en la vida cultural. Les dejamos esta sala para que comenten sus lecturas y nos ayuden a componer nuestra biblioteca. Si formas parte de un club de lectura, puedes escribirnos a losdiablosazules@infolibre.es para hacernos llegar vuestras sugerencias.losdiablosazules@infolibre.es
¿Un maxi-club? Algo nuevo, extraño, que tiene que ver con libros y lectores. Un club de clubes de lectura con un denominador común: las bibliotecas de la provincia de Córdoba. En un tiempo en el que todo se masifica, todo se uniforma, en el que tenemos la sensación de conocernos y estar conectados unos con otros casi hasta el infinito, hay vacíos de comunicación en nuestras rutinas diarias y más cercanas. Como coordinadora de los clubes de lectura de la Biblioteca Pública Provincial de Córdoba he comprobado esa distancia entre los distintos clubes que se iban creando en las bibliotecas municipales. Anualmente, coincidíamos en los Encuentros Provinciales con algún autor que organiza el Centro Andaluz de las Letras, sin que llegáramos a propiciar un contacto más allá del visual y los saludos de cortesía, por lo que desde la biblioteca les consultamos sobre la posibilidad de crear un club constituido por todos los de aquellas bibliotecas que desearan participar. Así nace, en el 2013, Lecturas redondas.
Las premisas que articulan el funcionamiento de este maxi-club son iguales a las que facilitan la dinámica de los clubes de lectura habituales. La receta apenas varía, aunque añadimos algunos ingredientes nuevos y modificamos algunos aspectos condicionados por la diversidad, por el tiempo y por el espacio.
Las sesiones presenciales tienen una periodicidad semestral con el fin de no entorpecer el ritmo lector de cada club. Y la cita es en la Biblioteca Pública Provincial de Córdoba. El desplazamiento inevitable a la ciudad ha sido uno de los mayores escollos en el desarrollo de nuestro club especial, no solo porque los clubes de lectura de las bibliotecas municipales están constituidos en un porcentaje alto por personas mayores con reparos a viajar, sino porque el coordinador y bibliotecario suelen coincidir y precisan disponer de toda una tarde libre. Después de habernos reunidos en dos ocasiones, pensamos en un club virtual como posible solución y creamos uno de igual nombre y mismos lectores en Facebook, pero no todos utilizan las redes sociales o les gustan las opciones digitales. Comentar lo leído es el motor de todo club, pero igual de importante es para muchos de sus integrantes el contacto real.
En la selección de lecturas también introducimos novedades. Primero elegimos el autor, después una de sus obras menos conocidas por los lectores de los clubes y ampliamos la visión a otros libros para tener una perspectiva más completa de su escritura. Yo, como coordinadora, elegí al primer escritor para el estreno de Lecturas redondas en diciembre de 2013: Albert Camus, coincidiendo con la celebración de su centenario, y su novela El primer hombre. Las siguientes, se han elegido por votación entre una propuesta de cuatro o cinco nombres. En los seis encuentros hemos comentado: Julio Cortázar (Las armas secretas), Chaves Nogales (El maestro Juan Martínez que estaba allí), Carmen Laforet (La mujer nueva), Leopoldo Alas Clarín (La Regenta) y Max Aub (Campo cerrado).
El maxi-club se inicia, excepcionalmente, con una introducción sobre el autor, la época o la literatura de ese momento, por parte de una persona experta, invitada a participar por la biblioteca; y se nutre de las aportaciones de los lectores de clubes muy diferentes de los que, después de seis encuentros, conocemos sus caras, sus voces y sus formas de abordar la lectura.
Leer en grupo ha sido una necesidad cultural y social en todas las épocas. Los clubes de lectura tomaron el relevo de esta inquietud en los años ochenta, estando presente cada vez con más fuerza en las bibliotecas y han contaminado a otros centros culturales o colectivos. En la Biblioteca Pública Provincial de Córdoba, son una apuesta importante cada año, lo que nos empuja a buscar nuevos enfoques para ofertar encuentros más atractivos alrededor de la lectura en común. El proyecto de Lecturas redondas cumple esos requisitos, además de la finalidad de interactuar con clubes separados por kilómetros y con idiosincrasias particulares. La celebración de cada encuentro ha sido un aprendizaje para todos y un feliz estímulo de cooperación entre bibliotecas. Aunque no son muchos los clubes que han participado de manera constante (Aguilar de la Frontera, Baena, El Carpio, La Carlota y los que funcionan en la ciudad), nos anima la meta de ampliar en reuniones sucesivas el número de participantes, al igual que leer a escritores actuales que, además, puedan participar de alguna forma en nuestro maxi-club.
Campo francésMax AubCastalia2008
Campo francés transcurre del mes de enero de 1939, ya iniciado el éxodo español, al verano de 1940 en una de tantas cárceles francesas donde están detenidos extranjeros. Entre ellos se encuentran republicanos españoles y muchos de aquellos a los que por su acento o apellido han retirado de las calles y que no paran de proclamar que, en su caso concreto, se trata de un error. París y el campo de concentración de Vernet d'Ariége son los escenarios de la acción y, en ellos, un grupo dilatado de presos de todas las nacionalidades va enfrentando los avatares de la guerra que avanza día a día, noticiario a noticiario.
Como en 2016 se cumplen 80 años del estallido de la Guerra Civil, acordamos elegir una novela que tratara sobre ella para el encuentro de Lecturas redondas en junio. De los muchos autores que han relatado estos años convulsos y crueles de nuestra historia, surgió el nombre de Max Aub y su Laberinto mágico, por ser casi desconocido para todos. La vivencia de la Guerra Civil y de los campos de concentración impuso un cambio radical a la vida y a la obra de Aub. En El laberinto mágico relata la contienda, sus causas y sus consecuencias en seis novelas: Campo cerrado, Campo abierto, Campo de sangre, Campo del Moro, Campo francés y Campo de los almendros.
La elección de Campo francés para el maxi-club vino impuesta por la disponibilidad de ejemplares en las librerías. En principio, parecía el menos indicado para el tema de la Guerra Civil, pero, después de leerlo, todos estuvieron de acuerdo en el acierto, no solo por hablar del éxodo español y el internamiento de su esperanza en campos de concentración, sino también por su sorprendente forma literaria: un collage de recortes de prensa, de noticias de radio, de imágenes de la época y de elipsis temporales con calendarios de los avances militares de la Segunda Guerra Mundial, como información exterior, intercalados con diálogos que transmiten toda la desesperación, miserias, delaciones y amargura de las personas que transitan por sus páginas. Aub utiliza el esquema del inocente acusado para mostrarnos la cruda realidad del día a día en esos centros de internamiento, lugares que pasaron de meros campamentos insalubres en playas y descampados, en los primeros momentos, a auténticos centros de detención, avanzada la ocupación nazi, donde los sospechosos (combatientes comunistas, militantes, judíos y delincuentes comunes) sufrieron todo tipo de vejaciones, vigilancia extrema y un trato tremendamente infrahumano.
Carta abierta a mis bibliotecarios
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Diego Igeño Luque
, historiador y coordinador del club de lectura de Aguilar de la Frontera, realizó una síntesis de las circunstancias que confluyeron en el inicio y el final de la Guerra Civil y una aproximación al Max Aub que empezó a imaginar Campo francés en el barco Serpa Pinto que lo llevaba al exilio. Este libro, raro en su forma, lleno de datos visuales, generó un intenso debate entre los lectores de los clubes que participaron sobre lo que ocurría en la frontera de los Pirineos en 1939 y el trato dado por las autoridades francesas a los exiliados españoles. No faltó una mirada a la actualidad diaria con el éxodo de personas tan desesperadas como aquellos hombres, mujeres y niños.