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39º Congreso Federal del PSOE

El 'susanismo' exige una representación en el Comité Federal proporcional al resultado de las primarias

Susana Díaz, presidenta de Andalucía, este viernes.

Ibon Uría

Los dirigentes del PSOE que respaldaron la candidatura de Susana Díaz a la Secretaría General no están dispuestos a perder su influencia en el Comité Federal socialista. El susanismo quiere que se le respete la cuota de representación que obtuvo el 21 de mayo en las urnas, y reclama ocupar los puestos que le corresponden en el máximo órgano de decisión entre congresos. Cargos consultados por infoLibre advierten al número uno del partido, Pedro Sánchez, de que debe "integrar" a los perdedores de las primarias y "respetar" los resultados. Algunos avisan de que, en última instancia, cabe la posibilidad de presentar una lista alternativa a la de los sanchistas, aunque la mayoría de los dirigentes consultados no son partidarios de utilizar ese arma

Los estatutos del PSOE establecen que en el Congreso Federal se renueva parte de la composición del Comité Federal. El anterior congreso, por ejemplo, eligió a 110 miembros de un total de unos 260. Los restantes los nombran las federaciones. Las candidaturas son cerradas y completas –es decir, tienen tantos nombres como puestos a repartir–. Si hay dos los asientos se reparten de forma proporcional, salvo que la perdedora no llegue al 20% de votos, en cuyo caso se quedaría sin puesto alguno. Si hay tres o más, la ganadora se lleva siempre la mitad más uno de los puestos y los restantes se reparten proporcionalmente entre quienes superen 20%. 

Pedro Sánchez y su equipo parten con ventaja de cara a esa votación, pues se han asegurado ya más de la mitad de los delegados en el congreso del próximo fin de semana. Pero los afines a Susana Díaz superan con creces el 20%, por lo que no renuncian a su poder en el Comité Federal. Fuentes de este sector consultadas por infoLibre confían en que el secretario general atienda a sus razones y se llegue a un acuerdo para presentar una lista única que represente el actual equilibrio de fuerzas en el seno del partido. En caso contrario, algunos cargos advierten de que podrían resurgir tensiones e incluso darse el escenario de dos listas enfrentadas, algo que ha ocurrido en algunos congresos.

El Comité Federal es un órgano clave en el PSOE, y es el mayor contrapeso al secretario general. En su anterior etapa en Ferraz, Sánchez dimitió tras quedar en minoría precisamente en este comité. Tras la cascada de dimisiones en su Ejecutiva la última semana de septiembre de 2016, llevó al órgano la propuesta de celebrar un congreso para elegir a un nuevo secretario general entre octubre y noviembre de aquel año, que fue rechazada por 132 votos a 107. Sánchez, desautorizado, renunció a su cargo en ese momento. Tres semanas después, el Comité Federal aprobó la abstención en la investidura de Rajoy con 139 síes y 96 noes. Cargos del partido que apoyaron a Díaz temen que una de las pretensiones de Sánchez sea "vaciar de contenido" el Comité Federal.

Respetar la tradición

Una de las mujeres que pilotó la campaña de Díaz recuerda que "tradicionalmente siempre se ha integrado a los que perdían" los congresos en la lista del Comité Federal. Su razonamiento es que el comité equivale al "parlamento" del PSOE, por lo que tiene que haber "integración" de todos los sectores y "respeto" a las minorías. Pedro Sánchez logró en las primarias un 50,26% de los votos, Susana Díaz un 39,90% y Patxi López un 9,84%. De trasladarse esos resultados directamente a una lista de 110 puestos para el comité, a los sanchistas les corresponderían 55 puestos, los susanistas se harían con 44susanistas  y a los patxistas les tocarían 11.

Esta misma fuente reclama a Sánchez que atienda a diversos equilibrios en el comité, como el equilibrio territorial y el de género, y le exige también respeto a las minorías, como es el caso de la corriente de opinión Izquierda Socialista. Eso es, insiste, lo que "siempre" se ha hecho en el PSOE y lo que en esta ocasión también debería cumplir el secretario general. Esta dirigente, con muchos congresos ya a sus espaldas, admite que por ahora no ha habido contactos ni negociación para la lista del comité, si bien añade a renglón seguido que lo habitual es que la composición de la candidatura al comité se negocie durante el fin de semana del cónclave.

Además de tener en cuenta los resultados de las primarias y de respetar los citados equilibrios en la composición del órgano, estas voces advierten a Sánchez de que no verán con buenos ojos cualquier maniobra que suponga dejar fuera del comité a figuras de reconocida trayectoria dentro del partido, como los ex secretarios generales y los ex vicesecretarios generales. Los primeros de ellos, de acuerdo con los estatutos del PSOE, tienen siempre derecho a asistir a las reuniones, pero no tienen derecho a voto. Los segundos ni siquiera pueden acudir a las citas del comité si no son elegidos congreso tras congreso. 

Porcentaje "respetable"

En lo que coinciden las distintas fuentes afines a Susana Díaz consultadas por infoLibre es en que están decididos a hacer valer su peso en el partido en el Comité. "Mucha gente ha hablado de batacazo de Susana, pero aunque perdiera las primarias tiene un porcentaje respetable: estamos hablando de un 40%", dice una de estas voces, que avisa a Sánchez de que no puede poner en marcha una suerte de "apisonadora" y dejar fuera a todo el susanismo. Otro dirigente de este sector explica, por ejemplo, que en el comité también deberían estar las personas de la anterior Ejecutiva que no vayan a repetir en esta ocasión.

"La anterior Ejecutiva está siempre en la lista del Comité Federal si va a dejar de formar parte de la dirección del partido", insiste. Respetar esa tradición supondría, para Sánchez, tener que dar cabida en la lista a muchos de los miembros de la dirección que dimitieron en bloque la última semana de septiembre de 2016 para intentar forzar su salida de la Secretaría General. "Sea como sea –señala esta fuente– yo confío en que al final se llegue a un consenso y se dé una imagen de no confrontación". La previsión de este cargo es que las negociaciones comiencen "el viernes que viene". "Por ahora no está habiendo ningún diálogo", agrega.

La vía de la segunda lista

¿Pero, qué pasará si Sánchez no concede al sector 'crítico' los puestos que reclama? Algunos dirigentes opinan que presentar una lista alternativa es una "opción", otros consideran que sería un escenario "ajeno a la cultura del partido" y, finalmente, determinados apoyos de Susana Díaz en las primarias advierten de que "no están ni estarían" en una operación de ese tipo.

Quienes más proclives se muestran a dar la batalla dicen que es "pronto" para hablar abiertamente de ello y están dispuestos a que el número de puestos que se les otorgue no se corresponda "exactamente" con el resultado de las primarias, pero no dan su brazo a torcer. Si Sánchez intenta imponer un Comité Federal a su medida, avisan, "la lista alternativa es otra posibilidad" que no está totalmente descartada. De hecho, recuerdan que en el congreso ordinario de 2012, en el que Rubalcaba ganó a Chacón, algunas federaciones –entre las que citan a Andalucía, Madrid y el PSC– barajaron hasta las seis de la mañana del mismo día de votación presentar una segunda lista ante la falta de integración.

En un segundo nivel están quienes argumentan que "presentar dos listas sería algo muy novedoso", ajeno a la práctica "habitual" del PSOE. Confían en que Sánchez sea consciente de la situación y en que se imponga el "sentido común". Por último, algunos afines a Díaz dicen que "no están" en una maniobra de este estilo "ni lo estarán". Es el caso, según fuentes del PSPV, del presidente valenciano Ximo Puig, quien sin embargo también aboga por la "integración" y por "cierto respecto a las proporciones" que marcaron las primarias. "Ni Felipe González gobernó el partido sin contrapoderes", dice otro de los cargos preguntados por este diario.

Entre algunos críticos con Sánchez también cunde el temor de que el nuevo secretario general quiera vaciar de poder al Comité Federal. En el proyecto político con el que el ahora líder se presentó a las primarias, por ejemplo, se propone que sean las bases las que tengan que ratificar las mociones de censura del comité –ahora ese órgano tiene potestad para cesar al líder del partido–, que sean obligatorias las consultas a los militantes sobre los pactos de Gobierno –una materia que hasta ahora era competencia exclusiva de este foro– e incluso la elección directa por parte de las bases de parte de los miembros del comité.

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Ejecutiva a medida

Donde los susanistas no prevén oponer resistencia es en la Ejecutiva. Creen que Sánchez es quien debe elegir a sus miembros. "Va a ser lo que él diga, nadie le va a poner pegas. Pensamos que debe ser así para no reabrir tensiones y para que no pueda culparnos de imponerle nombres que no sean de su confianza. Lo que tenga que ser, para bien o para mal, será cosa suya", dice una dirigente autonómica. "En la Ejecutiva no tiene por qué integrar a nadie. Eso sí, en función de cómo lo haga sacará más o menos votos", advierte otra afín a Díaz. La Ejecutiva se votará el domingo en el Congreso Federal y el rechazo se manifiesta tradicionalmente con un voto en blanco.

Otros dirigentes que también se opusieron al hoy número uno de los socialistas consideran que Sánchez no debe intentar blindarse tampoco en la dirección del partido dando entrada sólo a fieles. Barones como Ximo Puig han manifestado a su entorno que el secretario general debería centrarse en dar cabida a "gente que aporte", con independencia de su procedencia, y consideran que sería especialmente positivo "abrirse al talento que está fuera del partido" para evitar "el riesgo de endogamia" en el PSOE.

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