Los libros
Nuevos territorios de la poesía gallega
13. Antoloxía da poesía galega próximaEdición de María Jesús NogueiraChan da Pólvora / PapelesmínimosMadrid201813. Antoloxía da poesía galega próxima
Tierra afecta a la poesía, Galicia asiste en los últimos tiempos a un reverdecer de los laureles del verso, a un nuevo asomarse a los acantilados de una costa que ha hecho de unas nuevas mareas una renovación de nombres y formas, permitiendo a la poesía gallega aproximarse a la realidad, en una sacudida que va más allá de ese frenesí poético que vemos en muchos territorios de España ligados a músicos que hacen hilo con sus canciones para madejar el verso, o nuevos poetas que van poco más allá de estirar un tweet para convertirlo en una poesía tan frágil como simple.
Territorios de creación poética, de publicación y difusión como las editoriales Apiario (al frente del cual nos encontramos a dos poetas valientes como Dores Tembrás y Antía Otero) o Chan da Pólvora (dirigida por otro capitán de la poesía, Antón Lopo) balizan esa nueva generación de nombres que rondan los treinta años y que han publicado ya algún poemario. En ellos pone los ojos este volumen, 13. Antoloxía da poesía galega próxima que, de la mano de María Xesús Nogueira reúne a trece de esos nuevos poetas para visibilizar ese nuevo movimiento mareal que ha llegado para inundar mucho de nuestro espacio fértil. Samuel Solleiro, Xabier Xil Xardón, Andrea Nunes Brións, Oriana Méndez, Lara Dopazo, Francisco Cortegoso, Alicia Fernández, Berta Dávila, Gonzalo Hermo, Celia Parra, Jesús Castro, Ismael Ramos y Antón Blanco forman parte de esta edición bilingüe gallego-castellano que Chan da Pólvora ha puesto en circulación como un libro de referencia para reflejar esas identidades.
Y es que si algo define a esta poesía es su carácter identitario. Mujeres y hombres que se han configurado en un nuevo paisaje, de nuevos y fulgurantes verdes y cielos que se han llevado con ellos una Galicia no tan lejana pero que en cambio responde a un tiempo que sí parece extinguido. Las tragedias naturales en forma de chapapote o ceniza, las mudanzas políticas o la brutal crisis se han constituido en un inesperado alimento para esa rebeldía que debe configurar a todo poeta y se ha incrustado en sus ojos para poner tierra por medio con una poesía dócil e insustancial.
En este proceso de construcción de una nueva identidad poética cada uno de ellos genera una posibilidad, una definición del yo en relación con su territorio, una experimentación íntima que se acaudilla en un interior que mediante la palabra se conecta ya no tanto con una tradición como con una necesidad. Es por ello que si algo unifica a estas voces, junto a la multiplicidad que conlleva la cronología, es la asunción del verso como espasmo dentro del adocenamiento colectivo. Cada uno de ellos sabe de su condición de poeta como algo que va más allá de forjadas estéticas o de lirismos domesticados, proponiendo una poesía compleja, por lo que tiene de exploración de esas identidades frente al exterior. Una dualidad que engrandece, como hacía tiempo que no lo hacía, al ámbito de la poesía en Galicia y, sobre todo, plantea un escenario inmejorable de cara a un futuro que ya es presente.
Cada una de estas propuestas propone feminismos, memorias, cotidianeidad, identidad, símbolo, política, historia, belleza... estableciendo así un magma creativo que sobre todo se evidencia desde lo vivo, configurando una poesía natural, alejada de artificios o contaminaciones que podrían embellecer la forma pero serían una perversión para el fondo, en la manera de entender unas circunstancias en las que el lenguaje es un arma empleada con absoluta libertad, sin condicionantes. Un lenguaje que necesita ser reasumido para otorgarle nuevos espacios de significado, una lengua gallega que todos ellos han visto inmersa en un debate con el castellano y cómo las decisiones políticas han ido primando más a la segunda que a la primera. Su íntima vinculación con el gallego es también una forma de estar, una manera de ser y de concebir ese sentir de un territorio como prolongación de uno mismo y de la poesía como exploración de lo que sucede en él.
El río del tiempo
Ver más
Se adivinan hermosos atardeceres desde el verso gallego ante esta realidad ya efectiva y que no se detiene en los nombres condensados en este volumen. Mujeres como Eli Ríos, Lucía Novas, Tamara Andrés o Miriam Ferradáns se suman a esta explosión poética orgullosa de sí misma y que está convirtiendo a Galicia en un poema inmenso, como siempre fue, cierto, pero ahora alentado desde la juventud, lo femenino y la libertad por hacer de la palabra resistencia, pero también una orgullosa y valiente manera de ver y sentir el mundo hombro con hombro con otras identidades.
*Ramón Rozas es crítico literario.