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Joseph Stiglitz: "Europa está al borde del abismo"
Diez años después de la crisis de 2008, ¿cuál es la situación de la regulación financiera? Miembros de la ICRICT –una comisión independiente creada hace tres años que propone, entre otras cosas, reformar la tributación de las multinacionales–, destacados economistas y defensores de la regulación financiera, se daban cita el pasado 4 de septiembre en Nueva York. Entre ellos, el experto en paraísos fiscales Gabriel Zucman, profesor de la Universidad de Berkeley en California, la ecologista Eva Joly o el economista indio Jayati Ghosh expresaban su temor por que la burbuja de la deuda de los países emergentes “estalle pronto, quizás este año”.
El también integrante del ICRICT Joseph Stiglitz, economista galardonado con el Premio Nobel, profesor de la Universidad de Columbia y ex economista jefe del Banco Mundial, respondía en estos términos a Mediapart, socio editorial de infoLibre.
PREGUNTA: Los papeles de Panamá, los Paradise Papers, Swiss Leaks, LuxLeaks, Malta Files, etc. Desde la crisis de 2008, las principales investigaciones internacionales han puesto de manifiesto el alcance de la evasión fiscal en todo el mundo. Pero, ¿ha cambiado realmente la situación?papeles de PanamáParadise PapersSwiss LeaksLuxLeaksMalta Files
RESPUESTA: La crisis financiera de 2008 no la provocaron los paraísos fiscales, pero hay que reconocer que se ha puesto el foco sobre ellos. ¡Y eso es bueno! Gracias al trabajo de investigación de periodistas de todo el mundo, somos conscientes de la magnitud de la evasión fiscal, pero también de la optimización fiscal, que priva a los Estados de recursos fundamentales. Las restricciones presupuestarias posteriores a la crisis han contribuido a esta toma conciencia y han hecho posible que la opinión pública sea muy sensible a estas cuestiones.
Más recientemente, considero que la elección de Donald Trump también ha contribuido a esa toma de conciencia. El presidente de Estados Unidos es un experto indiscutible en lavado de dinero. Con él, la opinión pública ha descubierto ese oscuro mercado en el que todo tipo de gente despreciable blanquea dinero sucio comprando y vendiendo apartamentos de lujo. ¡Ése es exactamente el modelo de Trump! [En ese momento, mira por la ventana, en el piso 34 de una torre de Manhattan con vistas a los rascacielos de la Tercera Avenida]. Todo esto ha terminado por reforzar la sensación de que en una ciudad como ésta hay algo que no va bien. La gente común ya no puede comprar una casa. Los más pobres viven fuera y tienen que efectuar todos los días trayectos muy largos. Pero en el centro de las ciudades, hay miles y miles de metros cuadrados vacíos, propiedad de especuladores ricos, que a menudo los utilizan para el blanqueo de dinero. Este tipo de cosas hace crecer el enfado de la gente.
P: ¿Ha habido algún avance en los últimos diez años para reducir los paraísos fiscales y regular los mercados financieros?
R: En cuanto a la transparencia del sistema financiero internacional y la evasión fiscal, se han registrado algunos avances, pero las medidas están lejos de ser suficientes. El vaso está vacío en sus ¾ partes. En cuanto al sistema financiero, ¿es más estable que hace diez años? Yo diría que sí. Se han aumentado los umbrales mínimos de capital exigidos [a los bancos], hay más supervisión. Pero está claro que no es suficiente. En los últimos tres o cuatro años, se han producido incluso importantes recaídas con el cuestionamiento de reglamentos financieros adoptados después de la crisis. La presión de los principales bancos estadounidenses ha tenido éxito. Al igual que Citigroup, no oculta la presión que ejercen mediante enmiendas legislativas redactadas por sus lobbyistas.
P: La diferencia con 2008 ¿no estriba en que la urgencia es aún mayor? Tenemos por delante el desafío climático, la aparición de gigantescos monopolios como Apple y Amazon (cuyas capitalizaciones bursátiles superan ahora el billón de dólares), la explosión de las desigualdades. El senador socialista estadounidense Bernie Sanders cita a menudo este hecho sorprendente: en Estados Unidos, la riqueza de tres multimillonarios, Warren Buffett, Bill Gates y Jeff Bezos, es superior a lo que acumula la mitad de los hogares estadounidenses más modestos...
R: Efectivamente, la urgencia de la cuestión de las desigualdades es la gran diferencia. En marzo de 2011, cuando publiqué un artículo en el que mencionaba que el 1% de los estadounidenses acumulaba del 25% de los ingresos de sus ingresos, todavía no había conciencia mundial. Ahora sabemos que en las últimas tres o cuatro décadas, casi todos los beneficios del crecimiento han ido a parar a los más ricos. El capitalismo está en jaque. A pesar del fantástico progreso en investigación médica, la esperanza de vida en los Estados Unidos cae, algo increíble. Cada vez más gente piensa que el sueño americano es un mito. Las elecciones de 2016 demuestran que la explosión de las desigualdades tiene ahora importantes consecuencias políticas y sociales.
Garantizar el empleo
P: Donald Trump, el artífice de Make America great again, resultó elegido hace dos años. A menudo se jacta de tener una tasa de desempleo en su nivel más bajo en 18 años y récords bursátiles, evidencias todo ello, dice, de su éxito. ¿Qué piensa de sus políticas económicas? Make America great again
R: En primer lugar, no funcionan para la mayoría de los estadounidenses. El mercado de valores está subiendo porque los salarios son bajos y los tipos de interés son bajos. Reduciendo los salarios y transfiriendo dinero a las ganancias, no es difícil que suban las acciones, ¡especialmente si se bajan los impuestos a las empresas! La reforma fiscal de Trump, una bajada generalizada de impuestos a los multimillonarios y grandes empresas, ha aumentado sustancialmente el déficit presupuestario de Estados Unidos [podría alcanzar el billón de dólares en 2020, según el Congreso de Estados Unidos], pero el crecimiento adicional fruto de este regalo fiscal masivo en realidad es muy pequeño. Fue una reforma fiscal muy mala, cuyo impacto será muy a corto plazo y mínimo. A eso hay que sumarle el proteccionismo de Trump, que sume al mundo en la incertidumbre...
P: ¿Qué opina de las guerras comerciales lanzadas por Trump contra China, Europa, etc.?guerras comerciales
R: En las guerras comerciales, todo el mundo pierde. Donald Trump se ha fijado el objetivo de reescribir las reglas del comercio internacional para dar a Estados Unidos una ventaja significativa y reducir el déficit comercial estadounidense. Pero eso es una tontería. Lo que determina los déficits comerciales es la macroeconomía y, haga lo que haga, el déficit comercial de Estados Unidos empeorará. Detrás de la retórica y el rugido, recoge cacahuetes.
Véase el acuerdo con México, anunciado recientemente con gran pompa y boato. De hecho, Estados Unidos ha obtenido una pequeña concesión sobre la parte de los coches fabricados en América del Norte: no es mucho y, en última instancia, es probable que aumente los costes de producción y, por lo tanto, destruya puestos de trabajo. El acuerdo con Corea del Sur tampoco tendrá mucho efecto: Corea ha aceptado introducir más coches estadounidenses que no cumplen necesariamente sus criterios de seguridad. ¡Pero los coreanos no los compran! El hecho de que haya más de ellos en el mercado no cambiará la situación.
P: En la prensa estadounidense se leen con frecuencia análisis que anuncian una nueva crisis financiera. Algunos apuntan a los excesos de las finanzas, otros a la burbuja energética de Estados Unidos, otros a la insostenibilidad de la deuda de los hogares estadounidenses. ¿Hay que temer otra crisis?
R: En el caso de Turquía y Argentina, ya es una realidad. Se sospechaba que las políticas de expansión cuantitativa [quantitative easing] aplicadas por los bancos centrales tras la crisis plantearían un problema a las economías emergentes cuando subieran los tipos de interés, debido a sus déficits y deudas. Eso es lo que está ocurriendo y no conocemos el grado de contagio. Desde una perspectiva global, este es el riesgo más inminente.
También está lo que menciona, en particular la deuda de los estudiantes estadounidenses, que asciende a 1,5 billones de dólares. El efecto negativo sobre nuestra economía ya es una realidad. Muchos estadounidenses ya no pueden comprar una casa, retrasan sus proyectos familiares, lo que debilita la economía. El problema es que después de su efecto cosmético, la reforma fiscal de Trump comenzará a tener un impacto negativo en la economía. Por lo tanto, podemos esperar una desaceleración económica significativa en 2019 o 2020. En ese momento, la deuda podría acelerar los problemas.
P: Durante mucho tiempo, ha advertido de la falta de reforma del euro y de las políticas de austeridad. ¿Se está hundiendo Europa?
R: Es decepcionante observar que, si bien el riesgo griego ha disminuido, los esfuerzos por reformar el euro y la zona del euro también lo han hecho, mientras que las políticas de austeridad prosiguen. Grecia sigue sumida en la depresión con objetivos de superávit presupuestario que corren el riesgo de ahogarla, los jóvenes griegos siguen huyendo de su país y Europa parece estar haciendo la vista gorda. Italia, con el nuevo Gobierno planteándose la salida del euro, es un riesgo potencial de crisis. Si Europa no reforma el euro, creo que debemos anticipar una crisis. Habrá países que abandonen el euro, de hecho o de derecho, mediante la creación de monedas paralelas.
Europa está al borde del abismo. Y cuando te quedas en el borde del abismo, es muy probable que caigas.
P: El presidente francés Emmanuel Macron ha expresado su intención de reformar Europa. En Francia, en cambio, aplica políticas ortodoxas.
R: Tiene una visión de Europa, pero no parece convencer a Alemania ni a otros países. Una vez más, aparte de una reforma de la zona euro y del euro, es muy limitada la posibilidad de políticas expansionistas. Mientras tanto, Europa está practicando una devaluación interna, que causa recesión, debilita la economía y comprime los salarios. La otra opción es un impuesto europeo sobre el carbono que estimularía la economía.
P: En Francia, Europa y Estados Unidos, los progresistas buscan políticas para resolver el problema de las desigualdades, para responder a los desafíos del cambio climático, para luchar contra el autoritarismo y la extrema derecha. ¿Qué les sugiere?
R: Una de las fuentes de desigualdad es el creciente desequilibrio entre el poder cada vez mayor de los monopolios, por un lado, y el debilitamiento del poder de negociación de los empleados, por otro. Por lo tanto, es necesario fortalecer a los sindicatos y atacar los monopolios, tanto regulándolos como reforzando la competencia. Por otro lado, se necesita más redistribución –tenga en cuenta que en los Estados Unidos tenemos un sistema tributario que no es progresivo, sino regresivo–, aumentar los salarios de los trabajadores, fortalecer la educación pública, reducir la carga de las transferencias intergeneracionales con un impuesto sobre las sucesiones, mejorar la salud, la vivienda, tener como objetivo el empleo para todos.
P: En Estados Unidos, varias figuras emergentes del Partido Demócrata proponen una “garantía de empleo” para los asalariados. Esta podría ser incluso una de las principales ideas del candidato rival de Trump para las elecciones presidenciales de 2020. ¿Qué opina al respecto?
R: Es una de las ideas que apoyo. Para las clases más populares y las minorías, el mercado no funciona como debería. Por un lado, hay enormes necesidades, por ejemplo, a la hora de mantener las ciudades y atender a las personas mayores. Por otro lado, mucha gente no tiene trabajo. La unión de ambos reduciría las desigualdades, estimularía la economía y beneficiaría a la sociedad en su conjunto.
P: Trump está en el poder, Europa está siendo devorada por la extrema derecha y, sin embargo, usted sigue siendo optimista...
R: Nunca he visto a los jóvenes estadounidenses tan motivados. Se dan cuenta de que su futuro está en juego. Nuestra democracia hace aguas, la economía falla, pero todavía tienen confianza en nuestros procesos democráticos. Han entendido que la dirección en la que el Partido Republicano nos está llevando es un agujero negro. Cuando viajo, siento lo mismo en Europa y en otras partes del mundo. Ahí radica mi esperanza.
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Traducción: Mariola Moreno
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