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La abstención es ya el principal partido: un 35% de electores no votarían frente al 23% de hace cinco años

La constitución de los ayuntamientos

Los acuerdos con Ciudadanos y Vox dan oxígeno a Casado

García Egea, Casado, Almeida y Ayudo en el salón de plenos del Ayuntamiento de Madrid.

A Pablo Casado se le ha cambiado el rictus serio que arrastra desde las elecciones generales en dos ocasiones en las últimas semanas. Una: la noche del 26M, cuando vio cómo su partido tenía serias opciones de hacerse con el Gobierno de la Comunidad de Madrid y del Ayuntamiento de la capital. Y dos: este sábado, cuando salía del salón de plenos del consistorio con la confirmación de que su amigo, su candidato, su apuesta personalísima, José Luis Martínez-AlmeidaJosé Luis Martínez-Almeida, había logrado los votos que le permiten ser alcalde de la capital la próxima legislatura.

El Partido Popular ya no es el mismo de siempre.Partido Popular Ni tiene a Mariano Rajoy al frente, el líder que fue testigo de mayorías absolutas en el Gobierno, en la Comunidad y en el Ayuntamiento de Madrid. Casado ha necesitado de los apoyos de Ciudadanos y Vox para apuntalar su poder local en plazas clave. Pero en Génova, cuartel general de los conservadores, intentan vestir de normalidad sus alianzas con la extrema derecha asegurando que de ellos mismos dependerá, en gran parte, la evolución del partido de Santiago Abascal. Y que este tipo de pactos –de los que todavía no conocemos la letra pequeña– son parte del proceso por el que el PP tiene que transitar para volver a ser "la casa común de la derecha".

Casado ha repetido en los últimos meses que esa "refundación" de la derecha "partida en tres" que heredó de Rajoy sólo podía hacerse desde el poder. El 28A se despidió de las posibilidades de intentarlo desde la Moncloa. Los suyos creen ahora que puede hacerlo desde el poder local y autonómico. De momento, con lo ocurrido este sábado, el PP gobernará en cuatro de las ocho grandes capitales españolas: Madrid, Zaragoza, Málaga y Murcia. Las dos primeras pueden apuntarse a la cuenta de resultados de Casado puesto que en la legislatura municipal pasada estuvieron en manos de dos de los llamados alcaldes del cambioalcaldes del cambio: Manuela Carmena y Pedro Santiesteve, respectivamente.

Comienza "el cambio"

"Hoy comienza el cambio que llegará a toda España en las próximas elecciones", diría Casado a los periodistas antes de abandonar el Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento madrileño. Hace menos de un año, antes de la moción de censura a Rajoy, el ahora líder del PP era el dirigente conservador con más papeletas para ser candidato a la Alcaldía. La moción de censura lo alteró todo y un grupo de jóvenes dirigentes, entre los que se contaba a Martínez-Almeida y Díaz Ayuso, le convencieron de que tenía que dar el paso para liderar el PP. Ahora son ellos los que, con sus resultados electorales, han dado oxígeno a un Casado en horas bajas tras ver cómo el Grupo Parlamentario Popular en el Congreso adelgazaba de 137 a 66 escaños. Ciudadanos, el partido que desde el 28A compite con el PP por el título de "líder de la oposición", parece haber rentabilizado peor que los conservadores sus resultados en las municipales.

La sonrisa de Casado, no obstante, no será completa hasta que vayan constituyéndose los gobiernos regionales y sea testigo de si han cuajado los pactos con Cs, y también con Vox, en comunidades como Castilla y León, Murcia o Madrid. O de si encaja una operación con Coalición Canaria para que Asier Antona sea presidente autonómico.

La 'jugada madrileña'

Para el nuevo PP de Casado la Comunidad de Madrid es clave por motivos muy parecidos a los del Ayuntamiento. Isabel Díaz Ayuso, del círculo de máxima confianza del líder, fue su apuesta personal. Levantó muchas ampollas designándola y, como en el caso de Martínez-Almeida, si ella sale mal parada, es muy difícil que el resultado no se le vuelva en contra a Casado. De momento, en la dirección nacional del PP dicen que mucho tienen que torcerse las cosas para que la jugada madrileñajugada madrileña no se complete.

Este sábado, en el salón de plenos del Ayuntamiento de Madrid, Casado se fotografiaba con Almeida, Ayuso y con el secretario general del PP, Teodoro García Egea. En la imagen faltaba Javier Maroto, vicesecretario de Organización del partido, que, según apuntan todas las fuentes, también ha sido clave a la hora de cerrar acuerdos de gobierno. 

La instantánea, que encabeza esta información, tiene en el anverso mucha letra pequeña y unas cuantas indirectas para algunos dirigentes territoriales del PP que, en los últimos meses, han censurado la estrategia de Pablo Casado y su equipo. La "derechización" frente al "giro al centro".

Si, como está previsto, Ayuso es presidenta de la Comunidad de Madrid, Casado podrá exhibir ante sus críticos como trofeo el gobierno del PP en estas dos instituciones consideradas las joyas de la corona de la política. El factor capitalidad y los presupuestos que manejan convierten a quienes lideran la Comunidad y el Ayuntamiento en contrapesos del presidente del Gobierno. Bien lo saben Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón, que este sábado aplaudían a Martínez-Almeida desde la tribuna de invitados del salón de plenos del Ayuntamiento. Tampoco faltaron José María Álvarez del Manzano y Ana Botella, los otros dos alcaldes del PP que, junto a Gallardón, tuvieron el bastón de mando del consistorio

También podrá Casado defender la solidez de su equipo más cercano de colaboradores. Tras las generales, en sectores del PP se extendió la idea de que Casado debía prescindir de García Egea y Maroto por el "fracaso" de la campaña de las generales y la gestión de la elaboración de unas listas electorales en las que las direcciones regionales y provinciales no habían pintado nada. Y, algo que en el PP no es un asunto menor: es muy complicado que con Almeida en el Ayuntamiento y Ayuso en la Comunidad Génova no tenga el control del PP de Madrid, una dirección regional que en los años de Esperanza Aguirre como jefa de los conservadores madrileños fue una importante herramienta de desafío interno al poder de Rajoy.

Buen resultado para el liderazgo de Casado

Si se comparan los resultados con los de 2015 con los de este sábado, lo cierto es que el PP ha perdido el poder en 13 de los 78 grandes municipios que se constituyeron este sábado –aquellos que tienen más de 100.000 habitantes o, sin alcanzar esa cifra, son capitales de provincia o de comunidad autónoma–. En concreto, se trata de los siguientes: Jaén, Ávila, Burgos, Palencia, Albacete, Guadalajara, Cuenca, Cáceres, Ourense, Alcobendas, Alcorcón, Parla y Melilla.

Sin embargo, las fuentes consultas por infoLibre coinciden en que el resultado es bueno para el liderazgo de Casado, por la importancia de las cuatro alcaldías que ha conquistado ahora. "A ver quién se atreve ahora a criticar estrategias, pactos, listas electorales...", señala una diputada conservadora en conversación con este diario. Junto a Madrid y Zaragoza, el PP ha logrado sumar los consistorios de Oviedo y Córdoba

¿Y los barones?

Pablo Casado convocó al Comité Ejecutivo Nacional del PP justo un día después de las autonómicas y municipales. En la primera parte de la reunión, nadie tomó la palabra para criticarle por la derechización de su mensaje. Pero barones como Alberto Núñez Feijóo, presidente de la Xunta de Galicia; Alfonso Fernández Mañueco, líder del PP de Castilla y León, y Alfonso Alonso, presidente de los conservadores de Euskadi, ya habían comentado antes con la prensa que si el 26M había ido mejor que el 28A para el partido era porque la dirección nacional había modulado su mensaje. Casado negó tal giro en la rueda de prensa que ofreció tras la reunión. Y, después, los barones se lo echaron en cara en un almuerzo a puerta cerrada.

En las próximas semanas, Casado tiene que convocar una Junta Directiva Nacional para proponer a los portavoces del PP en Congreso y Senado. Está por ver si el nuevo mapa de poder supone un punto de inflexión en las tensiones entre Génova y algunos de sus dirigentes regionales. También está por ver hasta dónde se siente el presidente del PP legitimado para tomar decisiones que puedan, de nuevo, ponerle en contra a los barones. O si opta por no encender a los críticos.

La gran incógnita es si Cayetana Álvarez de ToledoCayetana Álvarez de Toledo, que fue número uno del PP por Barcelona el 28A, es ascendida a la portavocía del Grupo Popular en el Congreso. Los barones ya dejaron claro a la dirección nacional del partido en ese almuerzo que no es el mejor perfil para trasladar a los electores el mensaje de que el 28A se equivocaron con el giro a la derecha. Como respuesta, Génova indicó que Álvarez de Toledo es "una opción", como otras, pero una opción. La última palabra la tiene Pablo Casado y el líder es consciente del mensaje que lanzará a los suyos tanto si la nombra como si no la nombra.

La relación con Vox

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Otro asunto delicado que Casado tiene entre manos es el de su relación con la extrema derecha, una relación que dará más de un dolor de cabeza a los conservadores porque Vox ha plasmado por escrito, y el PP lo ha firmado, su exigencia de entrar en los ayuntamientos en los que ha dado la Alcaldía al PP de forma proporcional a su importancia numérica en los plenos. Algo que, por otra parte, choca con los acuerdos con Ciudadanos.

De momento, es un misterio lo que pasará en Madrid. Vox pidió al PP dos concejalías y cuatro presidencias de distrito. Nada de esto aparece en el pacto que previamente firmaron los conservadores con el partido naranja. Y el PP, según fuentes conocedoras del contenido de las negociaciones, dejó claro que Vox no entrará en el gobierno municipal. Se les ofreció incorporarse a la presidencia de distritos de la capital y presencia en órganos ajenos al ejecutivo que liderará Almeida.

PP y Vox cerraron los flecos de su acuerdo para el Ayuntamiento –acuerdo en el que Vox incluye a Cs– a las cuatro de la mañana del sábado en el madrileño hotel Orfila, próximo a la sede nacional del PP. El número uno de Vox en el Ayuntamiento, Javier Ortega Smith, aseguró este sábado que en los próximos 20 días se concretarán los detalles del pacto

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