calidad del aire
El plan anticontaminación de Almeida: las medidas que copia de Carmena... y algunas nuevas
El Ayuntamiento de Madrid ha presentado este lunes un avance de Madrid 360, su estrategia de sostenibilidad ambiental. Lo ha hecho sobre la bocina, ya que el Gobierno municipal se comprometió a presentarlo "en septiembre"; en un tiempo récord, apenas unos meses después de la toma de posesión de José Luis Martínez-Almeida; y con el coste justo para poder adjudicarle a dedo a Deloitte la asesoría y parte de la ejecución (17.908 euros). La medida más sonada y más polémica ha sido la rebaja de las restricciones de Madrid Central: ahora los vehículos con etiqueta ambiental C podrán entrar, siempre que circulen con dos o más pasajeros dentro. La zona de bajas emisiones de la capital, así, deja de ser la más exigente de Europa para quedarse en tierra de nadie: ni destaca por sus prohibiciones, ni por su tamaño, ya que es muy pequeña en comparación con la mayoría. Sin embargo, no ha sido la única medida que ha anunciado el alcalde este lunes.
El avance de Madrid 360 incluye decenas de propuestas para limitar el problema de la contaminación en la ciudad. Según ha prometido el alcalde, la versión completa incluirá más de 200 acciones, aunque ya ha presentado las más destacadas. Muchas de ellas ya estaban incluidas en el Plan A de Calidad del Aire impulsado por el Ayuntamiento de Manuela Carmena y aprobado en 2017 tras dos años de consulta pública y debates con actores interesados y expertos en movilidad. Otras vienen a complementar o a detallar intenciones del Gobierno de Ahora Madrid. Y las menos son absolutamente nuevas. Repasamos y contextualizamos cinco de las medidas estrella de Almeida que ya estaban aprobadas por una ordenanza de hace dos años.
Eliminación de las calderas de carbón
Según datos del Ayuntamiento, la contribución de las viejas calderas de carbón en los domicilios particulares es del 20% de toda la contaminación en relación con la calidad del aire en Madrid. El Gobierno municipal actual ha propuesto acabar con todas en 2022: el de Carmena fijó su fin en 2020. El problema es que su abordaje dependió de una ordenanza que nunca se llegó a aprobar: se quedó en consulta pública. Almeida defiende inversiones de 50 millones de euros para la renovación de las calderas, algo en lo que se desmarca de su predecesora, que nunca puso una cifra sobre la mesa para fomentar estos cambios.
La planta de Valdemingómez
La Planta de Tratamiento de Biogás (PTB) de Valdemingómez es una instalación dedicada a convertir los desechos en gas natural utilizable como combustible. Funciona a partir de un vertedero gigante que surte de malos olores a los vecinos del barrio. Y la actividad es altamente contaminante en cuanto a dióxidos de nitrógeno. La estrategia de sostenibilidad ambiental del Ayuntamiento de Madrid propone aumentar su capacidad para mejorar su eficiencia y, por tanto, la producción de biometano. Exactamente la misma medida que aprobó el Gobierno de Carmena en enero de 2018. El Plan A, de 2017, también reflejaba esta propuesta.
Aparcamientos disuasorios
Los aparcamientos disuasorios llevan años siendo motivo de polémica, reproches y acusaciones entre administraciones. Se trata de parkings destinados a que los usuarios de vehículo privado que viven en la periferia pueden dejar su utilitario, a bajo o nulo coste, y coger transporte público para llegar al centro de Madrid sin contaminar. Se trata de una medida clave para compensar el impacto que tienen las restricciones al coche en los trabajadores que dependen de su automóvil para desplazarse al trabajo.
Al inicio de la legislatura, el Ayuntamiento gobernado por Ahora Madrid prometió 12 aparcamientos, de los cuales se han construido tres en estos cuatro años. Otros tres, en teoría, se inaugurarían en 2019. Aún no hay noticias. El Gobierno de Carmena no gastó ni el 1% de lo presupuestado en la pasada legislatura para la construcción de estas instalaciones.
En todo caso, no se trata precisamente de una medida nueva. Almeida ha prometido 10.000 plazas más, que sin duda se cubrirían si simplemente se respetaran los planes de Carmena. También propone que los usuarios de transporte público no paguen por el aparcamiento en estas plazas, algo también previsto por sus predecesores.
Bosque metropolitano
El Ayuntamiento ha propuesto la creación de un llamado "bosque metropolitano", de 600 hectáreas, y la plantación de más de 100.000 árboles en la ciudad con el objetivo de que actúen de sumideros de carbono y absorban parte del CO2 sobrante de la atmósfera. Según ha indicado Almeida, esto supondrá la absorción de 170.000 toneladas de CO2 y contará con un presupuesto estimado para una primera fase de 20 millones de euros hasta 2023.
Pese a que el Plan A de Calidad del Aire del anterior Gobierno municipal no preveía la creación de este bosque en concreto, sí que planteaba la reforestación como medida para sumar a la lucha contra el cambio climático –esta acción es inocua en términos de calidad del aire, ya que los árboles no absorben los contaminantes que afectan a la salud–. En concreto, la corporación de Carmena prometió desarrollar “un Plan de Reforestación de Zonas Degradadas, con el doble objetivo de actuar como sumidero de emisiones de CO2 y la creación de infraestructuras verdes en zonas estratégicas de la ciudad, particularmente zonas colindantes con M-30 y periferia urbana”.
Zona de estacionamiento regulado fuera de la M30
A día de hoy, el Servicio de Estacionamiento Regulado (SER) de Madrid, que impone tasas a los vehículos que aparquen en determinadas zonas y que no sean residentes, solo funciona dentro de la zona que delimita la M30. Madrid 360 incluye crear espacios con SER fuera de ese anillo, exactamente igual que planeaba Carmena en el Plan A. Además, prohibirá, a partir de 2020, que los vehículos sin etiqueta ambiental aparquen en estas zonas, una medida ya prevista por la corporación de Ahora Madrid. En los mismos términos y en el mismo plazo de tiempo.
Medidas nuevas… o parcialmente nuevas
Precisamente en relación con los vehículos sin etiqueta ambiental, altamente contaminantes pero muy reducidos en su número, es donde se encuentra una de las innovaciones, aunque solo parciales, del plan propuesto por el Gobierno municipal de PP y Ciudadanos. Proponen que este tipo de automóviles tengan vetada por completo la circulación dentro de la M30 en 2022, en la propia M30 en 2023 y en todo el término municipal en 2024. Madrid 360 desarrolla, convierte en progresiva y calendariza la medida, pero no es al 100% nueva, ya que el Ayuntamiento liderado por Ahora Madrid puso también 2024 como fecha para expulsarlos de la ciudad sin checkpoints intermedios.
Almeida propone, además, fomentar con dinero público la renovación de la flota, bonificando a los compradores de vehículos más limpios. El Plan A solo establece bonificaciones en el pago de la zona SER y descuentos en los impuestos municipales. Además, el descuento en el aparcamiento de pago de los vehículos eléctricos o híbridos pasará del 50% al 75%.
El soterramiento de la A5, que costará millones de euros, tampoco estaba previsto por el anterior equipo municipal. Pese a que dicha obra no reducirá el número de coches que pasen por allí, permitirá, según ha explicado Almeida, que el barrio de Carabanchel deje de estar dividido en dos partes. Además, los túneles pueden contar con mecanismos para absorber parte de la polución.
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En cuanto a la flota de autobuses de la capital, dependientes únicamente del Ayuntamiento, el Gobierno municipal propone que sea al 100% eléctrica. No era el objetivo de la anterior corporación, que hizo un gran desembolso en vehículos impulsados por gas natural, cuya contribución al problema de la calidad del aire es menor pero que sí que emiten CO2, y en grandes cantidades. Madrid 360 también propone crear dos líneas de autobuses eléctricos cuyo pasaje será gratuito, en pleno centro de la capital (ya con más de 60 líneas de autobús). Expertos del portal Ecomovilidad han asegurado que la efectividad de esta medida para reducir la dependencia del vehículo privado está en cuestión: estudios en ciudades como Tallin (Estonia) desvelan que este incentivo no es suficiente para que un usuario de su propio coche descarte utilizarlo.
La peatonalización de determinadas vías del centro es también novedosa. El Ayuntamiento pretende eliminar por completo la circulación de la Puerta del Sol y calles adyacentes, así como peatonalizar otras como Hortaleza, arteria principal del famoso barrio de Chueca. Contrasta con una de las primeras acciones que Almeida y Villacís ejecutaron en su mandato: la reversión de la semipeatonalización de Galileo. El Consistorio liderado por Manuela Carmena peatonalizó otras calles, pero su mandato destacó por quitarle espacio al coche en vías principales y con más afluencia de vehículos como Gran Vía. Muchos de sus planes en este ámbito nunca llegaron a materializarse, y no parece que lo vayan a hacer ahora: prometió sacar al coche de los ejes Quevedo-Bilbao, Prado-Recoletos y Fuencarral al completo. Almeida está muy lejos de retomar esas intenciones. En cuanto a Hortaleza, Ahora Madrid solo estimaba una ampliación de aceras.
Dadas las coincidencias entre el Plan A del Gobierno de Carmena y Madrid 360, aportaría al debate saber si el nuevo plan anticontaminación viene a sustituir a su antecesor, a complementarlo o a enmendarlo. No se ha hablado este lunes de cuál será el mecanismo legal en concreto. Las acciones previstas solo buscan bonificar e incentivar, no prohibir. El alcalde defiende que lograrán una disminución del 15% de los niveles de dióxido de nitrógeno en toda la ciudad: con un indicativo tan claro, los datos respaldarán o desmentirán la efectividad de su propuesta en la capital. Una ciudad, recordemos, acorralada por Bruselas por su problema con la calidad del aire.