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El fondo Amber y Banco Santander alcanzan una tregua en Prisa para gestionar la crisis sin zanjar el futuro de Javier Monzón

El presidente del consejo de administración de de Prisa, Javier Monzón.

La junta general de accionistas de Prisa reeligió este lunes como presidente de su consejo de administración a Javier Monzón. Obtuvo el 62% de los votos, pero también la abstención del principal accionista del grupo, el fondo Amber Capital. Además, un 1,2% de los votos rechazó la continuidad de quien también es presidente no ejecutivo de Openbank, la filial online del Banco Santander. Su permanencia al frente del principal grupo de comunicación español no significa, sin embargo, que la batalla que lleva meses librándose en el seno del consejo de administración de Prisa se haya cerrado. Más bien, que los dos principales actores en la pugna, Amber Capital y Banco Santander, han alcanzado una tregua sobre la gestión de la compañía, en plena crisis del coronavirus, que mantiene en el aire el futuro de Javier Monzón e incluye la venta de la joya educativa de Prisa, Santillana, para rebajar la abultada deuda del grupopara rebajar la abultada deuda del grupo.

Según las fuentes consultadas por infoLibre, el final de la contienda sólo se ha aplazado. Haber hecho caer a Monzón este lunes tampoco hubiera tenido mucho sentido, aclaran, puesto que, sin un candidato para sustituirle, el puesto habría recaído en el vicepresidente no ejecutivo, Joseph OughourlianJoseph Oughourlian, fundador y presidente de Amber Capital, además de principal antagonista de Monzón en el consejo. Un reemplazo que habría suscitado el obvio rechazo del Banco Santander, apoyo fundamental sobre el que se sienta el también expresidente de Indra.

En la lidia, revelan las mismas fuentes, es Telefónica quien está actuando de árbitro. Con un 9% del capital, si la compañía de José María Álvarez-Pallete se acerca al lado de Oughourlian, que cuenta con el 29,8% de las acciones, Monzón tendría que irse. Banco de Santander sólo posee el 4,1%. De forma que no es descartable que en no demasiado tiempo regresen los movimientos de sillas al consejo: bastaría con convocar una junta extraordinaria de accionistas o incluso con forzar la dimisión de Javier Monzón. De momento, Amber ha decidido abstenerse, en lugar de votar en contra de reelegir al presidente del consejo, como clara señal de sus dudas acerca de la gestión desarrollada en Prisa pero sin derramar aún toda la sangre.

Oughourlian sólo consiguió, pues, el apoyo del resto de los fondos con acciones en Prisa: Melqart Asset Management (3,6%), Vanguard (1,6%) y Polygon (1%). Enfrente y apoyando a Monzón se mantienen, además del Santander, la familia Polanco, los empresarios mexicano Roberto Alcántara, Carlos Slim y Carlos Fernández González, el banco británico HSBC y el jeque catarí Jalid Thani Abdulá Al Thani. El presidente de Amber quiere un cambio en la gestión del grupo que, entre otros asuntos, incluye la venta de Santillana, que en 2019 fue la responsable de más de la mitad de los ingresos del grupo y de 175 de los 242 millones de su resultado bruto de explotación. Su venta debería servir para aliviar parte de la cuantiosa deuda de Prisa, como dejó claro este lunes el propio consejero delegado, Manuel Mirat, en su discurso a los accionistas, tras mencionar también la reciente venta del 30% de Media Capital, su empresa de comunicación en Portugal.

El valor nominal de la acción, 10 céntimos

La situación económica del grupo no da para muchas alegrías. De hecho, el más importante punto económico del orden del día era este lunes la reducción de las reservas y del capital social para compensar pérdidas. Unos números rojos acumulados de ejercicios anteriores que sumaban hasta este lunes 705,09 millones de euros. Para eliminarlas ha sido necesario dejar la acción de Prisa en sólo 10 céntimos, justo cuando se cumplen 20 años de su salida a Bolsa, el 27 de junio de 2000. Entonces, el precio de salida de la acción fue de 20,80 euros, lo que suponía valorar el grupo en 4.551 millones de euros. Hoy su capital social es de sólo 70,8 millones. Este lunes, tras subir su cotización casi un 5,5% tras la junta y alcanzar un valor de 49 céntimos, la capitalización de Prisa apenas supera los 350 millones de euros. Nunca las acciones de Prisa estuvieron tan bajo.

Por el contrario, su deuda, que llegó a superar los 5.000 millones de euros en 2008 y 2009, se eleva a 1.061 millones, por lo que triplica su valor en Bolsa.

La reducción de capital, obligada por ley, ha sido una operación en cuatro fases. Primero se han compensado 469,97 millones de euros de pérdidas utilizando la prima de emisión de 254,18 millones, así como todas sus reservas voluntarias, 197,72 millones, y su reserva legal, otros 18,07 millones más. A continuación, Prisa ha rebajado su capital social recortando el valor nominal de sus acciones de 0,94 a 0,48 euros, lo que se equivale a una reducción de 320,76 millones. Así ha conseguido dejar en cero las pérdidas acumuladas.

Pero para recuperar la reserva legal, la junta ha aprobado una segunda reducción del capital social, recortando un poco más la acción, hasta los 0,47 euros, lo que se traduce en una rebaja de 7,08 millones. Finalmente, se ha ejecutado una tercera reducción, por importe de 267,41 millones adicionales, dejando la acción en sólo 0,10 euros. 

En total, el recorte del capital social de Prisa asciende a 595,26 millones. La ley obligaba al grupo a efectuar esta operación, ya que debía restablecer el equilibrio entre el capital y el patrimonio neto, disminuido como consecuencia de las pérdidas acumuladas. Cuando el pasado mayo Prisa presentó los resultados del primer trimestre, el grupo reconoció que su patrimonio neto era inferior a las dos terceras partes del capital social, por lo que se encontraba “en una situación de desequilibrio patrimonial a los efectos de la obligación de reducir el capital social en el plazo de un año, de acuerdo con el artículo 327 de la Ley de Sociedades de Capital”.

Pérdidas de 182,3 millones en 2019

En el primer trimestre, Prisa perdió 26,1 millones de euros, mientras que en todo 2019 los números rojos se elevaron hasta los 182,3 millones. De esa cifra, 6,4 millones corresponden a Prisa Noticias y de éstos, a su vez, son imputables al diario El País 5,36 millones de euros.El País

Con un impacto negativo de la crisis del covid-19 en los ingresos que el grupo ha calculado en 25,5 millones de euros, Prisa ha puesto en marcha un plan de contingencia hasta diciembre de 40 millones de euros que incluye recortes de salarios para la plantilla. La empresa emplea a 8.951 trabajadores en todo el mundo, de los que 3.097 se encuentran en España.

Esas bajadas de sueldo también afectan a sus consejeros y máximos ejecutivos. Los primeros se han reducido las retribuciones en un 20%, y los segundos, en un 10%. Así, el presidente no ejecutivo, Javier Monzón, cobrará este año como remuneración fija 340.000 euros, mientras que Manuel Mirat percibirá 462.500 euros este año.

“No representamos a ningún poder ni a ningún grupo de interés”o representamos a ningún poder ni a ningún grupo de interés

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Además, la junta general, que se ha celebrado de forma telemática, ha aprobado las cuentas del grupo y el nombramiento de un nuevo auditor para los próximos tres ejercicios: Ernst & Young sustituirá a Deloitte.

El resto de los consejeros cuya reelección se sometió al escrutinio de los accionistas fueron también ratificados: los independientes Javier de Jaime y Sonia Dulá, el dominical Joseph Oughourlian, (Amber Capital), Manuel Polanco y el jeque catarí Jalid Thani Abdulá Al Thani. El exministro de Comercio Javier Gómez-Navarro ha dejado a petición propia su puesto, que será amortizado. De esta forma el consejo de administración reduce a 12 el número de sus miembros.

Cuestión aparte son las implicaciones políticas de los cambios de sillón en el consejo, aireadas tras la salida de Soledad Gallego-Díaz de la dirección de El País hace sólo unos días y el regreso de Javier Moreno. Mirat quiso desmentirlas en la junta general: “Nosotros no representamos a ningún poder ni a ningún grupo de interés. Ejercemos el periodismo en su más noble, clásica y comprometida acepción, aunque muchas veces no seamos comprendidos, e incluso seamos atacados. En la historia de esta casa ha habido muchos intentos de ese estilo y siempre han prevalecido la consistencia y la fuerza de nuestros fundamentos. Y así continuamos”.

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